Quizás no valga la pena
El vivir sufriendo tanto
Que se desea la muerte;
Si es la vida una cadena
Con argollas de quebranto,
El morir es tener suerte;
No obstante, este aserto,
Tiene escasa acogida,
Pues resulta ser más cierto
Nuestro apego a la vida;
La misma que aún me importa,
Que aunque cargado de años,
Me sabe a gloria bendita …
La que el recuerdo soporta
Los muchos y grandes daños
Que sufrí en la maldita
Guerra Civil Española,
Bajo el mando de los Rojos,
Los mismos que hoy a su bola
Me amargan con sus antojos;
Como hongos en pradera,
Se les ve por todas partes
Reinscribiendo la historia,
Pero siempre a su manera,
Convirtiendo en ciencia y artes
Lo que fue y es escoria …
Andan a los cuatro vientos
Pregonando utopías,
Pues esperan, tan contentos,
Ocupar todas la vías
Del Gobierno, con el tren,
Que avanza con el vaivén
Del progreso, a más de cien
Por hora, con la sartén
Por el mango, hacia el arcén
Del bienestar para quien
Halla en ellos su sostén …
Y para quienes no estén
En su ilusorio edén,
Albarcas y terraplén;
Yo, que los conozco bien,
Pues de ellos fui rehén,
Espero en mi andén
Que les den por el … ¡también! …
Y ya, sin más por hoy, … ¡Amén!.