Justo es reconocer que lo que pedí a los Reyes Magos en 2024, me lo trajeron.
Tardó medio año en llegar, pero llegó, lo cual ha permitido que estas Navidades hayan sido muy diferentes, para bien, a las frías y solitarias Navidades que pasé el año anterior.
Obviamente, para este año no he pedido a los Reyes Magos que me trajeran nada, si no más bien, que se llevaran.
De momento, no se lo han llevado, pero no desespero que lo hagan antes del verano, y lo dejen, envuelto en papel regalo, en pelotas y sin escolta, en una plaza de Paiporta.