La derrota del PSOE no ha tenido paliativos. Ni siquiera en un feudo tradicional en las elecciones generales como es Cataluña la formación progresista puede presumir de un triunfo parcial. Carme Chacón fracasó contundentemente con la pérdida de 11 de los 25 escaños conseguidos en 2008. CiU, con 16 escaños, pasa a ser la primera fuerza, alargando el momento de vino y rosas de los nacionalistas tras acceder a la Generalitat hace un año, y pese a los recortes en materia de educación y sanidad.
La candidatura encabezada por Chacón (PSC) se dejó cerca de 770.000 votos que han volado a manos de todos sus rivales, ICV-EUiA por la izquierda y CiU y PP por la derecha. Con esta debacle en las urnas, la ministra de Defensa en funciones pierde su principal baza para presentarse como futurible candidata a la secretaría general del PSOE, o al menos, no consigue una que la distinga de entre sus posibles contendientes. El refugio del PSC no será suficiente.
No solo eso, la dimensión del batacazo en las urnas este 20N también deja el futuro del PSC en el aire. José Montilla deberá dar el relevo a un dirigente socialista que hereda el partido en su peor momento de toda la historia.
El PP, que mejora sus resultados, pasando de 8 a 11 escaños, pero no supera los 12 escaños obtenidos en época de Josep Pirqué, ve como el tsunami azul se ralentiza la Cataluña. Y es que esta Comunidad es de los pocos feudos que sigue resistiéndose a los populares. En esta ocasión se han quedado a cinco de los convergentes y a tres de los socialistas.
