‘Mask Singer’, con cuatro galas, ya es uno de los mejores programas que se ha estrenado en 2020 pero se enfrenta al ‘acoso’ de las redes sociales, lo que nos hace preguntarnos, una vez más, si lo que diga Twitter es tan importante o no.
Qué bueno es ‘Mask Singer’. Que sí, que si lo comparas con la versión estadounidense, la nuestra es más bien la marca blanca del formato pero es una idea tan estupenda y funciona todo tan bien que un servidor, hace años que no estaba tan enganchado a un programa música desde hace años (muchos años).
El 25 de noviembre de 2020, la cuarta gala se convirtió en otro acontecimiento. Un espectáculo divertidísimo y que no puedes parar de ver.
Como la semana anterior, hubo dos máscaras descubiertas, la invitada y la que concursa de manera regular.
Cristina Pedroche fue la máscara invitada, la del robot, y bueno… era de esperar. Ella es para Atresmedia lo que es Belén Esteban en Mediaset, la utilizan para todo. Menos mal, que sólo ha ido un día, sino era un fichaje demasiado obvio y de andar por casa.
La gamba, sin embargo, sí tenía otro nivel. Y es que no era otro que el mismísimo Máximo Huerta, escritor, periodista y ex Ministro de Cultura y Deporte (por una semana).
Primero, que un señor tan aparentemente elitista, serio, chic, frío y ‘divo’ como Huerta se preste a cantar reggetton disfrazado de marisco es un ‘puntazo. Alguien que no te esperas que se preste a algo así y lo hace. Bravo por el casting.
Problema: muchos sabíamos de quién se trataba. Te metías en Twitter y ya se daba por hecho por las miles de pistas que había.
El dilema de las redes sociales
Puede que, de cara a la edición que viene, los guionistas deberían ser un poco menos obvios con las pistas.
Pero sobre todo, deberían controlar a Susana Uribarri, la mánager de, hasta ahora, todos los concursantes descubiertos (con los que ha posado en redes sociales).
Puede que los responsables de ‘Mask Singer’ no hayan tenido en cuenta la era de las redes sociales, donde la gente tiene mucho tiempo en investigar y poder estropear la sorpresa.
Pero aquí llega la pregunta del millón: ¿Es tan importante lo que se diga en Twitter? Los medios estamos obsesionados con lo que pase allí, cualquier Treding Topic se convierte en noticia pero en realidad es un porcentaje muy pequeño de la audiencia potencial de programas como este.
A mí me puede estropear la intriga pero a mi padre, por ejemplo, no y lo disfruta como nadie.
Además, insisto en lo que digo todas las semanas: Aunque intuyas quién se esconda detrás de las máscaras quieres saber si tienes razón o no. Ni los spoilers pueden acabar con un formato como este.