FENÓMENO CLIMÁTICO INESPERADO EN EL CONTINENTE HELADO

Los científicos no dan crédito: la Antártida invierte su tendencia y gana hielo

Un estudio revela un sorprendente aumento de la masa de hielo antártico entre 2021 y 2023, rompiendo con dos décadas de pérdida constante

Antártida

El continente blanco vuelve a sorprender a la comunidad científica. Un reciente estudio liderado por la Universidad Tongji de China ha documentado un fenómeno que pocos esperaban: después de casi dos décadas de pérdida constante de hielo, algunas zonas de la Antártida Oriental han experimentado un notable incremento en su masa helada entre 2021 y 2023.

Esta investigación, publicada en la revista Science China Earth Sciences, ha identificado un aumento medio de 108 gigatoneladas de hielo por año en las regiones de Wilkes Land y Queen Mary Land, áreas donde anteriormente se había registrado una pérdida media de 142 gigatoneladas anuales durante la década precedente. El cambio ha dejado perpleja a parte de la comunidad científica, que ahora debe reconsiderar algunas hipótesis sobre el comportamiento climático del continente helado.

El inesperado repunte del hielo antártico

Los datos recopilados mediante los satélites GRACE y GRACE-FO de la NASA han permitido a los investigadores constatar que glaciares como Totten, Denman y Moscú —históricamente en retroceso— han experimentado un sorprendente repunte en la acumulación de masa. Este fenómeno se atribuye principalmente a un aumento excepcional de las precipitaciones en forma de nieve en la zona.

Según el estudio, entre 2002 y 2010, la capa de hielo antártica perdió masa a una tasa promedio de 73,79 gigatoneladas al año, tendencia que casi se duplicó entre 2011 y 2022. Como consecuencia, el nivel medio del mar aumentó 0,20 milímetros anuales en el primer periodo, alcanzando los 0,39 milímetros por año durante el segundo.

Sin embargo, tras un cambio anómalo en la intensidad y frecuencia de las nevadas, los glaciares comenzaron a recuperar hielo, acumulando cerca de 107,79 gigatoneladas de masa al año. Este incremento ha logrado reducir el ritmo de aumento del nivel del mar hasta los 0,30 milímetros anuales.

¿Una buena noticia con matices?

Aunque este repunte podría interpretarse como una noticia positiva, los expertos advierten que esta tendencia alcista responde a motivos anómalos y no representa una recuperación estable de los glaciares de la región. Las precipitaciones extraordinarias, asociadas a una mayor humedad atmosférica, habrían contribuido decisivamente a este fenómeno, pero su carácter excepcional no permite establecer un cambio de tendencia a largo plazo.

Es importante contextualizar este hallazgo dentro del panorama general del cambio climático. Mientras algunas zonas de la Antártida Oriental ganan masa, otras regiones del continente continúan experimentando pérdidas significativas de hielo. Los científicos predicen que, a medida que la capa de hielo antártica se derrita y adelgace en las próximas décadas, los ríos subglaciales crecerán, se desbordarán y cambiarán de curso, lo que podría desestabilizar los grandes glaciares costeros que controlan el ritmo de subida del nivel del mar.

«Los cambios son bastante drásticos», afirma Christine Dow, hidróloga glacial de la Universidad de Waterloo (Canadá), cuyo equipo codirigió un estudio sobre los ríos ocultos bajo el hielo antártico. «Estamos subestimando la velocidad con la que van a cambiar las cosas y la cantidad de hielo que se perderá en los próximos 80 años».

El impacto en el medio ambiente y la salud

El comportamiento de los glaciares antárticos tiene implicaciones directas para el medio ambiente global y, por extensión, para la salud humana. El aumento del nivel del mar, uno de los efectos más visibles del deshielo polar, amenaza a comunidades costeras de todo el mundo, pudiendo provocar desplazamientos masivos de población, contaminación de acuíferos de agua dulce por intrusión salina y pérdida de tierras cultivables.

La alteración de las corrientes oceánicas debido al aporte de agua dulce procedente del deshielo también puede modificar patrones climáticos globales, afectando a la producción de alimentos y facilitando la propagación de enfermedades transmitidas por vectores hacia zonas anteriormente no afectadas.

Por ello, aunque el reciente aumento de hielo en ciertas regiones antárticas pueda parecer alentador, los científicos insisten en la necesidad de mantener los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.

Un continente lleno de sorpresas y misterios

La Antártida no deja de asombrar a los científicos, no solo por sus dinámicas glaciares, sino también por los extraordinarios ecosistemas que alberga. Recientemente, bajo el hielo del Lago Enigma, un equipo internacional de investigadores ha descubierto un ecosistema microbiano activo que ha permanecido oculto durante milenios, sobreviviendo a temperaturas bajo cero, sin luz solar directa y en un entorno prácticamente aislado del resto del planeta.

Este lago, que durante años se consideró un bloque de hielo sólido, esconde en realidad una capa de agua líquida de hasta 12 metros bajo su superficie helada. El hallazgo desafía lo que la ciencia creía conocer sobre la vida en condiciones extremas y abre nuevas posibilidades para la búsqueda de vida en otros planetas con condiciones similares.

Otro fenómeno fascinante es el del glaciar «pirata». El Kohler East está literalmente robando hielo a su vecino, el Kohler West, a una velocidad récord. Este proceso de «canibalismo glaciar», que se creía imposible a escalas de tiempo humanas, se está produciendo en apenas 17 años, según un estudio publicado en The Cryosphere.

Curiosidades científicas sobre el continente helado

La Antártida, además de ser un laboratorio natural para estudiar el cambio climático, alberga fenómenos y características que desafían nuestra imaginación:

  • En 1983, se registró en la estación Vostok la temperatura más baja jamás medida en la Tierra: -89,2°C, un entorno extremo que pone a prueba la resistencia de cualquier ser vivo.
  • Bajo el manto de hielo antártico existen más de 400 lagos subglaciales. El más famoso es el lago Vostok, que permanece aislado desde hace millones de años, convirtiéndolo en una verdadera cápsula del tiempo biológica.
  • Durante el verano antártico (de octubre a febrero), el sol nunca se pone: brilla las 24 horas del día. En invierno ocurre lo contrario, con semanas o incluso meses de oscuridad total.
  • La Cascada de Sangre (Blood Falls) es un fenómeno natural único cuyo color rojizo se debe al alto contenido en hierro del agua que brota de un glaciar, oxidándose al contacto con el aire.
  • A principios de 2025, el desprendimiento del iceberg A-84, del tamaño de Chicago, dejó al descubierto una región submarina de 540 kilómetros cuadrados que jamás había sido observada por el ser humano. Los científicos encontraron un verdadero jardín de vida submarina: extensos bosques de esponjas vasiformes, corales antiguos, anémonas multicolores y criaturas fantasmales como la medusa gigante Stygiomedusa gigantea.

El reciente descubrimiento sobre el aumento de hielo en la Antártida Oriental nos recuerda que, a pesar de décadas de investigación, nuestro planeta aún guarda secretos capaces de sorprender a la comunidad científica. Mientras los expertos trabajan para comprender mejor estos fenómenos y sus implicaciones para el futuro del clima global, el continente blanco continúa siendo un enigma fascinante y una pieza clave en el complejo rompecabezas del cambio climático.

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Autor

Fernando Veloz

Economista, comunicador, experto en televisión y creador de formatos y contenidos.

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