JUICIO HISTÓRICO EN MÁLAGA

Custodio Ballester, en el banquillo: el sacerdote que podría ser encarcelado en España por criticar el Islam

El sacerdote barcelonés se enfrenta a tres años de prisión por un delito de odio tras sus críticas al Islam en televisión hace ocho años

Custodio Ballester
Custodio Ballester. PD

La Inquisición, pero al revés.

El 1 de octubre se convierte en una fecha crucial en la vida de Custodio Ballester, sacerdote de la Archidiócesis de Barcelona.

Hoy miércoles se presenta ante la sección primera de la Audiencia Provincial de Málaga, acusado de un delito de odio por sus declaraciones sobre el Islam en un programa televisivo en 2017.

Si resulta condenado, Ballester podría ser el primer sacerdote encarcelado en España por expresar opiniones sobre una religión, algo sin precedentes en la historia reciente del país.

La denuncia fue presentada por la asociación Musulmanes contra la Islamofobia (MCI), que considera que las palabras del sacerdote –como que “el islam es una religión de violencia que se ha difundido por la espada” o que en las mezquitas “se predica la destrucción y el exterminio del infiel”– crean un ambiente hostil y afectan a la convivencia pacífica.

La fiscal María Teresa Verdugo solicita tres años de prisión y ocho años de inhabilitación para ejercer como docente, además de una multa de 3.000 euros.

Ocho años de espera y un juicio con sabor a advertencia

Este proceso lleva ocho años gestándose, desde aquella tertulia en La Ratonera de Alerta Digital TV, donde Ballester, junto a Jesús Calvo y Armando Robles, expusieron sus opiniones sobre el islamismo radical. Ballester confiesa vivir esta situación “con resignación”, argumentando que lo que busca la Fiscalía es un efecto “disuasorio”, para que “por este delito te autocensures”. Sin embargo, no se retracta: “La verdad hay que decirla. Si hay que pagar un precio, pues vale.”

La expectación es palpable. Si finalmente es condenado, Ballester dejará su huella: sería el primer caso en democracia donde un sacerdote acaba encarcelado por expresar sus opiniones sobre una religión. En apoyo a su causa, dos campañas de recogida de firmas han movilizado a miles de personas, superando las 27.000 adhesiones en cuestión de días.

¿Delito de odio o doble rasero?

El debate sobre la libertad de expresión y los límites del delito de odio se sitúa en el centro del proceso. Ballester critica que “las penas por estas infracciones son absolutamente desproporcionadas”, comparando su situación con otros casos donde la violencia física ha recibido castigos más suaves. Se pregunta si hay un “doble rasero”, ya que las denuncias por ofensas al cristianismo suelen archivarse, mientras que criticar al islamismo radical puede llevarte ante el tribunal.

En el artículo El imposible diálogo con el Islam, también mencionado por la Fiscalía, Ballester responde a una carta pastoral del cardenal Juan José Omella y defiende su derecho a opinar sobre la realidad socioteológica del islam. “No me acusan de ningún crimen grave, sino simplemente de haber expresado mi opinión sobre cómo es el islam bajo ciertas circunstancias”, aclara el sacerdote, quien considera que el concepto de delito de odio “es tan subjetivo que dependes completamente del criterio del juez”.

Curiosidades y datos locos del proceso

  • La sede fiscal del programa donde se emitieron las declaraciones está ubicada en Málaga; por ello, el juicio se celebra allí, aunque todos los implicados son catalanes.
  • Custodio Ballester tiene 61 años y lleva más de 27 años ejerciendo su ministerio, principalmente en Hospitalet y Badalona.
  • El portavoz de la asociación denunciante, Ibrahim Miguel Ángel Pérez, tiene vínculos con el partido Barcelona en Comú y ha hecho comentarios muy críticos hacia el catolicismo, incluso llegando a calificarlo como “una mierda de religión”.
  • En caso de ser condenado, Ballester dice que aceptaría «hacer apostolado en prisión», ironizando al señalar que “si estuviera en Pakistán me pedirían pena capital, no solo unos años tras las rejas”.
  • La archidiócesis barcelonesa y la Conferencia Episcopal Española han optado por mantener una postura cautelosa sin emitir comunicados públicos; aunque el cardenal Omella contactó a Ballester para expresarle su solidaridad.
  • En la campaña impulsada por Abogados Cristianos, ya se han reunido más de 27.000 firmas, mientras que en Peticiones Católicas buscan alcanzar las 4.000 apoyos más.
  • El padre Jesús Calvo, coimputado del caso, tiene 80 años y es párroco en León; mientras tanto, Armando Robles enfrenta cuatro años de prisión y diez años sin poder ejercer su profesión.

¿Libertad de expresión en peligro?

La pregunta resuena entre círculos católicos y gran parte de la sociedad: ¿estamos ante un proceso que compromete nuestra libertad para expresarnos? ¿Es legítimo encarcelar a alguien solo por opinar sobre una religión, sin importar cuán dura sea esa crítica? ¿Por qué se penaliza más severamente hablar mal del islamismo radical mientras se permite burlarse del cristianismo sin consecuencias?

La campaña a favor lo plantea claramente: “¿Por qué se permite ridiculizar a la Iglesia mientras se castiga con cárcel criticar al islamismo radical?”. Las miles de firmas reflejan cómo el caso Ballester ha tocado una fibra sensible: hay una percepción creciente entre muchos ciudadanos sobre que no todos disfrutamos del mismo derecho a expresarnos.

Este proceso judicial tiene tintes kafkianos e invita a reflexionar sobre cuestiones esenciales como el pluralismo, la tolerancia y los límites dentro de una sociedad democrática. Aunque Ballester lo vive “con resignación”, su caso quedará grabado como aquel momento en que la libertad palabra fue llevada ante un tribunal.

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