El obispo de Urgell recibe al presidente luso

Andorra y Portugal estrechan lazos en torno a la Virgen de Meritxell

Celebran sus valores comunes de amor fraternal, solidaridad y respeto por la vida humana

Andorra y Portugal estrechan lazos en torno a la Virgen de Meritxell
El arzobispo de Urgell y el presidente de Portugal celebran la fiesta de Andorra Obispado de Urgell

La visita de Rebelo de Sousa ha fortalecido aún más "los lazos de la fraternidad y del amor entre nuestros pueblos para que las naciones y las hablas se suman y se unen en el corazón lleno de amor de la Madre común de Fátima y de Meritxell"

(Obispado de Urgell).- El Principado de Andorra celebró el pasado fin de semana su fiesta nacional. La fiesta de la Virgen de Meritxell que se celebró el viernes 8 de septiembre en el Santuario-Basílica de Meritxell, con un invitado de excepción, el Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.

La celebración eucarística fue presidida por el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Monseñor Joan-Enric Vives, y contó con la presencia de numerosas autoridades del Principado de Andorra, encabezadas por el Jefe de Gobierno y por el Síndic General. El Santuario estuvo lleno de fieles desde primera hora de la mañana con las sucesivas celebraciones eucarísticas.

La visita de Marcelo Rebelo de Sousa tiene una especial relevancia, porque la comunidad portuguesa que vive en Andorra es muy numerosa y activa y mantiene muchas vinculaciones con la Iglesia local. Justamente en la celebración de Fátima se lleva a cabo una procesión muy numerosa de fieles que llevan a la Virgen de Fátima hasta el Santuario de Meritxell en un gesto de hermandad muy profundo y vivido.

Aunque la Virgen de Meritxell, «Luz del Mediodía», fue recibiendo desde primera hora de la mañana a cientos de peregrinos, poco antes de la celebración eucarística llegó alguien muy especial: el presidente de la República de Portugal, que el día antes había comenzado una visita oficial al Principado, y que quiso participar en la solemne Eucaristía.

Quiso llegar a Meritxell como un peregrino más, recorriendo a pie el antiguo camino que une el pequeño pueblo cercano de Prats de Canillo con el Santuario. Saludó a los peregrinos que encontraba y a su llegada visitó el antiguo Santuario antiguo, encendió un cirio y tuvo unos momentos de intimidad.

A la llegada del Copríncipe, y después de saludar a las autoridades que le recibieron al pie del Santuario, Monseñor Vives y el Presidente portugués entraron juntos al templo y se acercaron hasta el camarín de la Virgen, donde dedicaron unos instantes a venerar la imagen de la Virgen de Meritxell y donde el Arzobispo le explicó el origen de esta advocación en Andorra.

Recepción en el Palacio Episcopal

Era ya la segunda vez que se encontraban en esta visita oficial: la noche antes se reunieron en la cena ofrecida por los copríncipes al Presidente de la República de Portugal en el Palau Episcopal.

En este encuentro, el Copríncipe Episcopal y el Presidente portugués -junto con los dos Representantes de los copríncipes- el Embajador de Portugal en Andorra, Excmo. Sr. Ribeiro de Menezes, y el Secretario de Estado de las Comunidades portuguesas, Excmo. Sr. José Luis Carneirovan, mantuvieron una reunión en el transcurso de la cual Monseñor Vives obsequió al Presidente Rebelo de Sousa con una copia facsímil del folio 82v. del Beatus de La Seu de Urgell, en la que el miniaturista representó el momento en que Noé recibe la paloma de la paz con una rama de olivo en el pico.

La elección de esta miniatura no fue al azar, sino por la actualidad de lo que simboliza. El Beatus identifica Noé con Cristo y el arca con la Iglesia. La llegada de la paloma anuncia la retirada de las aguas y el comienzo de una nueva era después de una época de dificultades y tribulaciones y la enseñanza eterna sobre la malicia del hombre y la salvación concedida al justo.

Una nueva era de concordia y paz en la tierra. El Presidente portugués, a su vez, correspondió el Copríncipe con un presente que también calificó de «simbólico»: una delicada bandeja circular de plata, bellamente trabajada, con un motivo central que representa un ramo de olivo, «el símbolo de la paz «.

Lazos de fraternidad

Durante la celebración eucarística en el Santuario de Meritxell, el Arzobispo Joan-Enric expresó a Marcelo Rebelo de Sousa la alegría y el agradecimiento por su presencia y por haber escogido una fecha tan importante y significativa del calendario andorrano para su primera visita oficial al Principado, con la que fortalece aún más «los lazos de la fraternidad y del amor entre nuestros pueblos para que las naciones y las hablas se suman y se unen en el corazón lleno de amor de la Madre común de Fátima y de Meritxell».

Cada año, la comunidad portuguesa participa muy devotamente en la procesión en la que la Virgen es llevada a hombros hasta el Santuario. En la noche, docenas y docenas de antorchas acompañan la comitiva y los fieles llenan el gran santuario para la celebración posterior.

Además, los vínculos son muy fuertes entre los dos estados, no sólo por la gran comunidad portuguesa en Andorra: en noviembre de 2009, cuatro de los siete trabajadores que murieron durante un accidente en la construcción del Puente de Lisboa eran portugueses. Esos lazos entre comunidades se han vuelto a manifestar este verano, cuando ante las víctimas en los incendios en Portugal, la comunidad quiso celebrar un funeral, que presidió Monseñor Vives y al que acudieron las autoridades andorranas.

Muestras de afecto

Tras la celebración, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra y el Presidente portugés recibieron en el Claustro del Santuario las muestras de afecto de una verdadera multitud que esperaba para poderlos saludar personalmente.

En declaraciones a los medios de comunicación andorranos y portugueses que habían seguido el día, Monseñor Vives explicó que Meritxell no es sólo una advocación de la Virgen, sino también uno de los fundamentos de la sociedad andorrana, al que acude para encontrar modelo y guía de virtudes y valores como el amor fraternal, la solidaridad o el respeto por la vida humana. Unos valores que hermanan los pueblos de Andorra y de Portugal y que se revelan más importantes que nunca en los momentos actuales, cuando muchos países se ven golpeados por la violencia, la guerra y la barbarie del terrorismo.

A continuación, Monseñor Joan-Enric Vives, el Presidente Marcelo Rebelo de Sousa y las autoridades andorranas se trasladaron hasta el Puente de Lisboa, que une la boca norte del Túnel de «Los dos Valiras» con la parroquia de La Massana, donde guardaron un minuto de silencio por los trabajadores fallecidos en el accidente sucedido el 7 de noviembre de 2009, durante la construcción del puente.

Ofrecieron un ramo de flores y un minuto de silencio y de oración, y pudieron saludar y dar el pésame personalmente a algunos familiares que estuvieron presentes y se despidieron fraternalmente, antes de que el Presidente siguiera el programa de actividades de su visita.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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