Resulta que este año Champagne Taittinger celebra su convención mundial en Navarra. Y como en su día les conté, el hecho de beber o no un champán exquisito, como el Taittinger, y saber hacer elegantes y espumosos cócteles con ellos, diferencia a veces a los buenos de los malos, como sucede en la película de James Bond, «Desde Rusia con amor”.
Pues bien, a navarra han llegado los buenos. Estos días pàsados, 150 distribuidores de todo el mundo se han concentrado en Pamplona, entre otras cosas, para conmemorar el 60º aniversario de su apreciado y premiado «Comtes de Champagne Blanc de Blancs«. Con este motivo, la familia Taittinger, depositaria de la historia y el patrimonio de Comtes de Champagne desde hace casi 100 años, han concentrado en la capital navarra a 150 distribuidores de todo el mundo. Por primera vez en su historia, esta reunión anual se celebra fuera de Reims, y además se hace en Navarra, tierra con la que, por cierto, Taittinger comparte historia y leyendas.
Según Pierre Emmanuel Taittinger, presidente de la compañía, «la elección de Pamplona y de España es lógica ya que Teobaldo, IV Conde de Champagne y I Rey de Navarra de 1234 a 1253, que murió precisamente en Pamplona, es uno de los mayores personajes de la región de Champagne. Su reinado en Navarra también dejó una rica leyenda que aún se celebra hoy en día».
Con la celebración de esta convención mundial en Pamplona, la familia Taittinger ha querido rendir homenaje a la figura de Teobaldo, conocido como «El Trovador», celebrar el nacimiento de uno los mejores vinos del mundo, el Comtes de Champagne, y convertir en embajadores de esta tierra a los 150 empresarios de todo el mundo que acudirán a esta cita.
Además de la vinculación con Navarra a través de la figura de Teobaldo, la Casa Taittinger mantiene una estrecha relación con la familia Chivite. El grupo que preside Julián Chivite, empresa familiar que desde hace once generaciones defiende el modo de vida vinculado a la viña, es además el distribuidor de Taittinger en España. «Hemos trabajado durante 15 años con la familia Chivite y –afirma Pierre Emmanuel Taittinger– y estamos orgullosos de esta amistad y esta asociación».
Si tienen curiosidad, le spuedol contar que el encuentro comenzó con una recepción en el Ayuntamiento de Pamplona. Posteriormente, y ya en la catedral, se visitó la tumba de Teolbaldo I y se interpretó un concierto de música medieval. Al día siguiente se pasó al trabajo y tras él se realizó una visita al Palacio de Olite y una comida en su parador. Por la tarde y tras llegar a la bodega propiedad de Arínzano, de la familia Chivite, realizaron una visita para conocer las singulares características de la bodega diseñada por Moneo y su entorno. Una cata de vinos en la sala de barrica precedió a la cena de gala en Arínzano.
