Lo suyo si que fue el sueño americano hecho carne.
Mary Anne MacLeod Trump, madre del expresidente Donald Trump, encarna una historia de superación que contrasta con las políticas migratorias promovidas por su hijo.
Nacida en 1912 en la remota isla escocesa de Lewis, Mary Anne llegó a Estados Unidos en 1930 con apenas 50 dólares en el bolsillo y el sueño de forjarse un futuro mejor.
Había crecido en una familia numerosa de diez hermanos en Tong, un pequeño pueblo de la isla de Lewis azotado por la pobreza tras la Primera Guerra Mundial.
Su padre, Malcolm MacLeod, era pescador y granjero, y posteriormente se encargó de la oficina postal local.
A los 18 años, siguiendo los pasos de su hermana Catherine, Mary Anne decidió embarcarse rumbo a Nueva York en busca de oportunidades.
Llegó el 11 de mayo de 1930 a bordo del SS Transylvania, declarando su intención de quedarse permanentemente en EE.UU. y trabajar como empleada doméstica.
Sus primeros años en América no fueron fáciles.
Consiguió empleo como criada en una familia adinerada de las afueras de Nueva York, pero perdió su trabajo durante la Gran Depresión. Sin embargo, su suerte cambió cuando conoció a Fred Trump, un prometedor empresario inmobiliario de origen alemán.
El ascenso social de la mano de Fred Trump
Mary Anne y Fred Trump se casaron en 1936, iniciando así el ascenso social de la joven inmigrante escocesa.
A medida que los negocios de Fred prosperaban en el sector inmobiliario de Queens, la pareja fue escalando posiciones en la alta sociedad neoyorquina.
Tuvieron cinco hijos, entre ellos Donald, nacido en 1946.
Mary Anne se nacionalizó estadounidense en 1942 y se dedicó a labores filantrópicas, participando activamente en organizaciones benéficas como:
- Hospital Auxiliar de Mujeres de Jamaica
- Guardería Jamaica
- Ejército de Salvación
- Boy Scouts de América
Su compromiso social le valió reconocimientos como tener un pabellón con su nombre en el Centro Médico Jamaica.
Una mujer entre dos mundos
A pesar de su nueva vida en la élite neoyorquina, Mary Anne nunca olvidó sus raíces. Realizaba frecuentes visitas a su Escocia natal, donde mantenía el contacto con familiares y vecinos, conversando en gaélico y asistiendo a la misa dominical.
Sin embargo, su hijo Donald pareció distanciarse de ese legado.
En una visita a la casa familiar en Escocia en 2008, Trump permaneció apenas 97 segundos en el hogar donde su madre creció, alegando estar «muy ocupado».
La historia de Mary Anne MacLeod Trump plantea un interesante contraste con las políticas migratorias promovidas por su hijo Donald.
Cierto que los tiempos y las circunstancias han cambiado una barbaridad, pero ientras ella personificó el sueño americano del inmigrante que prospera con esfuerzo, Donald Trump ha impulsado medidas restrictivas contra la inmigración, especialmente la de países pobres.
Esta contradicción no ha pasado desapercibida para los críticos de Trump, que señalan la paradoja de que el expresidente, hijo de una inmigrante que llegó buscando trabajo de baja cualificación, haya adoptado una retórica tan dura contra los inmigrantes en situaciones similares.
El legado de Mary Anne
Mary Anne Trump falleció en 2000 a los 88 años, dejando tras de sí una historia de superación y adaptación.
De la joven que llegó sin nada a Ellis Island, se convirtió en una respetada figura de la alta sociedad neoyorquina, conocida por su elegancia y labor filantrópica.
Su vida ejemplifica las oportunidades que Estados Unidos ha ofrecido históricamente a los inmigrantes, un aspecto que contrasta con las políticas restrictivas impulsadas por su hijo Donald durante su presidencia.
La familia Trump
- El abuelo paterno de Donald, Friedrich Trump, también fue un inmigrante. Llegó de Alemania a los 16 años y empezó como barbero antes de hacer fortuna durante la fiebre del oro en Alaska.
- Mary Anne era conocida por pasear en su Rolls Royce por Queens para recoger las monedas de las lavanderías propiedad de la familia.
- Donald Trump ha afirmado erróneamente en varias ocasiones que su padre nació en Alemania, cuando en realidad nació en el Bronx, Nueva York.
- Melania Trump, actual esposa de Donald, recibió el apodo de «Rapunzel» por parte del Servicio Secreto debido a que rara vez salía de sus habitaciones en la Casa Blanca.
- Ivanka Trump, hija de Donald, solía burlarse del peculiar peinado de su padre entre sus amigos, según el polémico libro «Fuego y furia» de Michael Wolff.
- El hijo menor de Donald, Barron Trump, mide 2,06 metros de altura a sus 18 años y ha jugado un papel clave en la campaña de su padre para conectar con votantes jóvenes.
- Mary Anne Trump hablaba gaélico como lengua materna y solo aprendió inglés en la escuela.
