Poco ha trascendido sobre el escenario donde se desarrollan los hechos, ni si hubo alguna represalia.
Es el vídeo de una pareja que, tras el postre de rigor, se puso a practicar sexo en un reservado del restaurante donde estaba cenando, sin importare que a través de las cristaleras el respetable fuera testigo de la faena.
QUEJAS
Una de las pudorosas de turno, que aún así filma la escena como si en ello le fuese la vida, le indica al camarero lo que está pasando, auque éste, -muy profesionalmente y quizás para no armar más follón-, se hace el loco y sigue sirviendo como si la cosa no fuera con él.
Ver para creer.