CAMBIO DE RUMBO EN EE.UU

Donald Trump va sin complejos contra la inmigración ilegal masiva

Durante el mandato de Biden de 2021 a 2025 habrían entrado de forma irregular entre 3,7 y 5,4 millones de personas, provocando innumerables problemas en las áreas del país donde más concentración de extranjeros hay

Visa para EEUU e inmigración
Visa para EEUU e inmigración. PD

Donald Trump lo dijo en reiteradas ocasiones durante la campaña electoral y lo ha cumplido al volver a la Casa Blanca: Lucha sin complejos contra la inmigración ilegal masiva. Revisión de las condiciones para la inmigración legal buscando siempre el interés de Estados Unidos sobre el de los propios inmigrantes.

Este fue el mensaje que lanzó Trump frente al descontrol migratorio de la Administración Biden. Si bien no hay cifras exactas del numero de ilegales que entraron al país entre 2021 y 2025 dado que no se intercepta a todo ilegal y muchos consiguieron pasar sin ser detectados, sí que hay estimaciones de diferentes organismos federales norteamericanos.

Según las cifras publicadas por el Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina de Protección Fronteriza de Estados Unidos, entre 2021 y 2025 se contabilizaron nada menos que 10,8 millones de ‘encuentros’ sólo en la frontera suroeste del país. Por encuentros la administración norteamericana entiende el número de personas detectadas intentando entrar en el país. De ellos, hay que deducir los ilegales que son «entradas reales» es decir, inmigrantes irregulares a los que se les acaba permitiendo la entrada al país.

Las cifras oficiales cifran entorno a un 35-50% el numero de personas detectadas intentando entrar a Estados Unidos que finalmente han conseguido quedarse. Por lo que con esta horquilla y teniendo en cuenta que se detectaron a 10,8 millones de ilegales, en el mandato de Biden habrían conseguido quedarse entre 3,7 y 5,4 millones de inmigrantes ilegales.

La guerra de los autobuses de ilegales

Una ingente avalancha de ilegales que ocasionó serios problemas en múltiples estados norteamericanos, sobre todo en los de la frontera sur como Arizona, Texas o Nuevo Mexico. Los gobernadores de esos estados pidieron ayuda a la administración federal ante esta oleada y la respuesta que obtuvieron por parte de los demócratas fue la habitual de tacharles de racistas o xenófobos. Por ello y harto de no obtener respuesta ni ayuda, el gobernador de Texas, Greg Abott recurrió a usar en su contra el argumentario buenista con la inmigración ilegal de la izquierda norteamericana.

Así, como el alcalde de Nueva York, Eric Adams, había declarado a su ciudad como «refugio humanitario», Abott comenzó a fletar autobuses llenos de ilegales con destino al ‘refugio’ para que Adams comprobase de primera mano que una cosa es el discurso buenista y otra tener que hacerse cargo de miles y miles de personas de los que no se tiene certeza de su honradez o de que no son delincuentes, que no tienen trabajo ni techo y en muchos casos que no hablan inglés. Previamente, Abott había enviado también a miles de ilegales a Washington, la capital federal, para que la Administración Biden comprobase las consecuencias de la llegada de cientos de miles de personas.

En este conflicto entre administraciones estatales y federales durante la Administración Biden, Trump se posicionó claramente al lado del Gobernador de Texas y denunció sistemáticamente la ineficacia de la administración federal para contener la inmigración ilegal.

Regreso de Trump a la Casa Blanca

En enero de 2025, restaurado Trump en la presidencia de Estados Unidos tras el mandato del senil Biden, el republicano comienza a firmar órdenes ejecutivas para revertir el caos migratorio dejado por su antecesor. Medidas como:

  • Eliminación de la ciudadanía automática bajo el principio de que de un acto ilegal no pueden derivarse consecuencias legales. Trump ha sentado la base lógica de que no se puede otorgar ciudadanía norteamericana a los hijos de quienes están en el país de forma ilegal.
  • Ampliación de las prioridades de deportación: Ahora, cualquier ilegal es considerado objetivo prioritario, ya que lo que prima es revertir el haber entrado al país de forma ilegal sin tener en cuenta ningún factor más.
  • Deportaciones exprés: Se pone en marcha la expulsión acelerada en todo el territorio nacional, permitiendo la deportación inmediata de los ilegales que no puedan probar más de dos años de estancia en EE UU.
  • Sanciones a organizaciones y ciudades santuario: Se retiran fondos federales a aquellos estados y ciudades que no colaboren con las autoridades migratorias, además de sancionar a quienes faciliten la residencia o empleo a inmigrantes ilegales.
  • Reestructuración de requisitos para la inmigración legal: Los permisos de trabajo y TPS están sujetos a revisiones rigurosas para garantizar que no hay fraude.
  • Muro fronterizo: Se reanudan la obran en la frontera con México para alargar los kilómetros de frontera que están protegidos y se reactiva el programa «Quédate en México», estableciendo que quien quiera solicitar asilo, debe hacerlo desde México, frente al absurdo coladero de ilegales creado por Biden de permitir la entrada a todos los solicitantes de asilo que, una vez dentro de Estados Unidos no se presentaban en las oficinas de inmigración para tramitar el proceso y se les perdía la pista.
  • Registro nacional de inmigrantes: Desde abril, todos los inmigrantes, incluidos aquellos que llegaron por vías legales pero permanecen más tiempo del permitido, deben registrarse bajo pena de multas y prisión si no lo hacen.

Cambios en la regulación de la inmigración legal

La ofensiva del presidente Trump para poner orden en materia migratoria no se ha centrado sólo en la persecución de los que entran ilegalmente en Estados Unidos. Las vías para emigrar de forma legal también se han revisado, de forma que Estados Unidos se beneficie de recibir extranjeros en vez de estar perjudicado como hasta ahora.

  • Suspensión de programas humanitarios: Se cancela la concesión automática de permisos de trabajo a personas de determinadas nacionalidades como cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos. Tiene que primar la preparación y experiencia laboral de cada candidato a trabajar en Estados Unidos, junto a las demandas de personal del mercado de trabajo.
  • Cierre del CBP One: El coladero de las citas para pedir asilo a Estados Unidos desde cualquier lugar del mundo puesto en marcha por Biden ha sido clausurado. Trump entiende que no es responsabilidad de los norteamericanos dar asilo a cualquier persona de cualquier lugar del planeta y que sean los ciudadanos norteamericanos los que tengan que mantenerles.
  • Congelación del programa para refugiados: A su llegada a la Casa Blanca, Trump corta fulminantemente la generosidad demócrata para con familias enteras de presuntos refugiados aplicando los mismos principios que con el cierre del CBP One. Además, recortó fuertemente el presupuesto de las agencias dedicadas a estas funciones.
  • Ley Laken Riley: El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas ahora puede detener a cualquier inmigrante ilegal acusado de un delito, facilitando así las pesquisas policiales para investigar y evitando que los ilegales implicados en hechos delicitivos huyan o se escondan de las autoridades cuando son acusados y lleguen a evadir la acción de la Justicia si las acusaciones se demuestran ciertas.
  • Revisión exhaustiva de antecedentes y posturas políticas: Las nuevas regulaciones permiten negar visas e incluso revocar ciudadanía a inmigrantes legales que promuevan mensajes de odio o en contra de los intereses y seguridad de la nación o que hagan propaganda islamista. Trump ha sentado el lógico principio de que como extranjero no puedes beneficiarte de que un país te permita vivir en su sociedad para luego promover actividades que dañan a esa sociedad que te ha acogido.

La reversión por parte de Trump de la política permisiva con la inmigración ilegal ha suscitado todo tipo de reacciones hiperventiladas por parte de la izquierda norteamericana. Como es habitual en ella, siguen primando los discursos buenistas con la inmigración ilegal masiva y defendiendo un «papeles para todos» a la americana.

Unas políticas suicidas para cualquier país que las aplique ya que renunciar al control de fronteras, a la deportación de los ilegales, a la entrada ordenada al país de personas que realmente tengan valor y atractivo para el país es condenar a toda una sociedad a la inseguridad, el desorden y en definitiva, la ley de la selva. Hay un viejo aforismo estadounidense que dice «What you don’t want for your own home, don’t want for your country» lo que puede traducirse al español como «lo que no quieras para tu casa, no lo quieras para tu país». De la misma manera que nadie mete en su casa a cualquier persona sin saber quien es o que nadie mete en su casa a vivir a su costa a terceras personas, lo mismo debe hacerse a nivel nacional.

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Autor

César Sinde

Periodista. Interesado en Política, Economía, Motor y Seguridad Vial. Madrid, ESPAÑA. V.E.R.D.E

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