Contra “Refugees welcome”

La crisis de los refugiados es tema facilón para abrir los corazones de los europeos acomplejados y lloricas, por eso lo explotan las televisiones: la sensiblería barata siempre ha vendido mucho.

No, no se me alarmen ni se me tiren al cuello tan deprisa. Estoy de acuerdo en que lo primero que hay que hacer es atender las necesidades de los refugiados: acogerlos y darles casa, comida y derechos. A ello me lleva mi cultura europea, basada en la civilización judeo cristiana, la que dice que debo cumplir a fondo este deber humanitario, la misma civilización que defiende los derechos humanos, la que dice que hombres y mujeres tienen los mismos derechos, como por ejemplo al voto, a la propiedad o a los hijos.

Y son estos derechos (¡y deberes!) occidentales los que pueden estar en peligro si veinte o treinta, hablan de sesenta, millones de personas para los que todo esto es algo desconocido desembarcan en Europa en un periodo demasiado breve. Es Europa, la esencia democrática y social liberal de Europa la que corre peligro. Es estúpido que en ese buenismo que recorre la prensa europea, en ese buenismo que moldea muchos corazones tan sensibles al dolor como insensibles a la realidad, se olviden estos aspectos absolutamente inherentes a esta tremenda crisis humanitaria. Y miren que de momento ni nombro a los posibles lobos solitarios que en un año se pueden hacer saltar por los aires en cualquiera de nuestras ciudades.

Yo estoy dispuesto a que me suban los impuestos por ayudar a estos cientos miles de personas que lo han perdido todo. En España nos corresponderán (qué palabra más cruel) quince mil refugiados, lo que traducido en impuestos no nos lleva ni al 0’01 %, ése no es el problema sino el choque de civilizaciones que tan imprudentemente nos ocultan.

No se trata de dinero ni puestos de trabajo, no se trata de raza ni de religión, se trata de la manipulación que gobiernos y medios de comunicación, en estrecha sociedad, pretenden hacernos aceptar. Y sí, ya puestos a ello puedo admitir la parte de culpa que a Occidente le corresponde en las guerras diversas y variadas que asolan algunos países musulmanes. Europa y Estados Unidos depusieron gobiernos depravados que han sido sustituidos, véase Libia, por la anarquía o el islamismo radical y terrorista. La inutilidad de nuestros gobernantes nunca estuvo más a la vista.

Y déjenme finalizar con una simpleza… Puestos a dar la bienvenida a refugiados sirios o afganos, ¿por qué Madrid ha colocado una estúpida pancarta en inglés? ¡Pánfilos!

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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