Deconstruir Castilla para deconstruir España

No les ha bastado con dividir a Castilla en cinco regioncillas pequeñas, incapaces de sobrevivir casi todas, incapaces de influir en el camino común, incapaces de hacer llegar al poder sus necesidades, incapaces de avisar de su pronta desaparición, de su abandono, de su despoblación, de su desindustrialización. No les bastó conseguir que Castilla fuera insignificante, no les bastó hacerla desaparecer del mapa de las autonomías, aunque todavía no son capaces de hacer desaparecer su pasado, quisieron deconstruir Castilla para construir una España de dos velocidades, de dos desarrollos, de dos economías.

No les bastó con fortalecer a otras regiones a las que el dinero, las empresas y la emigración que crea riqueza y paga impuestos fueron dirigidos artificial y malévolamente. No les bastó con diseñar una España con dos niveles de autogobierno, con dos clases de Administraciones regionales, la de los ricos, listos y buenos y la de los demás, la del pelotón de los torpes, de los desterrados del poder. No les bastó con aupar a los prósperos, a los rebeldes, a los enemigos del bien común, no les bastó con proteger a los egoístas, a los que ponían palos en las ruedas comunes.
No les bastó con diseñar nuestra ruina, con programar nuestra desaparición, no les bastó con observar serena y pacientemente nuestra agonía. No les bastó con cuarenta años de vetos, leyes y presupuestos hechos por unos pocos a medida de unos pocos, a medida de quienes vendían sus votos parlamentarios a unos gobiernos que no eran de todos, que no eran para todos.

No les bastó con el reconocimiento social y político de quienes chupaban nuestra sangre, no les bastó con enaltecerlos, con aceptar sus chantajes obscenos, no les bastó con tolerar su supremacía cultural, con sus imposiciones, con sus dictados intolerantes. No les bastó con reducirnos a un montón de piedras artísticas, a unas ruinas históricas, no les bastó con decirnos que éramos el pasado pero no contábamos para el futuro, que los modernos eran otros, que el futuro pasaba por el corredor del Mediterráneo, que éramos estepa, desierto y vaciedad.

No les bastó con ello, no les bastó con arruinarnos, ofendernos y apartarnos, no les bastó con negar la existencia de Castilla y su papel equilibrado, moderador, no les bastó con la Constitución del 78 que nos rompió en cinco pedazos. Ahora quieren aún más, quieren que dejemos de existir, quieren una nueva constitución hecha a medida de quienes no quieren la constitución, hecha a medida de quienes chantajean al Estado, de quienes nos ofenden, de quienes nos discriminan, de quienes piensan que somos seres inferiores, de quienes piensan que hay dos clases de españoles, hecha a medida de quienes lo quieren todo, de quienes nos niegan todo. Quieren una nueva constitución que les favorezca aún más, que contribuya más a su engrandecimiento, a nuestra ruina, que contribuya a expulsar de la vida española la justicia regional, que contribuya a fortalecer a quienes han querido deshacer el Estado, a quienes quieren el Estado solo si es como ellos quieren, como a ellos beneficia, un Estado que no reparta socialmente la riqueza, esa riqueza hecha con los brazos de andaluces, extremeños, gallegos y castellanos… obligados a emigrar, a escapar de sus pueblos si querían comer.

No les bastó, ahora quieren crear una “nación de naciones” en la que cada nación, Galicia, Euskadi, Cataluña, tiene su idioma. Excepto Castilla, Castilla, no existe, Castilla no pinta nada, Castilla no tiene idioma propio. Un Estado asocial, injusto, insolidario, desequilibrado, de los poderosos. España, el país que se quiere suicidar, que niega sus raíces, que niega sus orígenes. Deconstruir Castilla para deconstruir España.

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Pedro de Hoyos

Escribir me permite disfrutar más y mejor de la vida, conocerme mejor y esforzarme en entender el mundo y a sus habitantes... porque ya os digo que de eso me gusta escribir: de la vida y de los que la viven.

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