No, no se me eche encima antes de empezar, querido lector. Yo me siento tan español como usted, de igual modo que un paisanete de Oporto se siente portugués u otro de Carcassonne se siente francés…
Pero a veces España me da vergüenza. Verán, es que en cualquier lugar del mundo civilizado los ciudadanos se sienten orgullosos de una serie de cosas elementales y normales, que no entran en discusión, que son básicas, que todos aceptan sin más. El ejército, por ejemplo, es siempre motivo de orgullo y que un buque de la Armada visite un puerto es razón de alegría y reconocimiento…
Pues, lector, en Guecho el PSOE ha votado junto con BILDU contra la presencia en su puerto de un portaaviones español. En cualquier parte del mundo reciben a a quienes están encargados de la libertad e independencia nacionales con fiestas y fuegos artificiales… menos en España. YO envidio a los ciudadanos de Oporto o Carcassonne, como a los Nápoles, EnhKhuizen en Holanda o Åkeene en Noruega. Los envidio porque son normales… ellos nunca presentarán este enfermizo comportamiento como el PSOE de Guecho o tantos otros españoles. Yo quiero ser muy europeo, tanto como estos señores del resto de Europa. ¿Se supone que si el País Vasco se independizara no tendría ejército… o que si en España gobernase eternamente el PSOE no habría portaaviones?
También me da vergüenza cuando los españoles nos insultamos o nos discriminamos por razón de la ideología, sobre todo cuando lo hacen nuestras autoridades. Entonces me siento mal, siento que los españoles somos muy trogloditas y muy poco europeos… Por ejemplo, si yo pongo en un autobús que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva, me dicen quienes gobiernan ciudades importantes que el mío es discurso de odio y me niegan el pan y la sal, me llaman facha, homófobo, patriarcal y machista. Pero sin embargo a quien promociona una obra teatral que dice que Dios tiene vagina y ofende el sentimiento religioso de media sociedad viene premiado y promocionado por las autoridades. A veces me da la impresión de que el auge de los extremismos en Europa tiene su origen en… el auge de los extremismos de signo contrario. A tanta presión, tanta reacción. Mire, lector, yo quiero ser más, mucho más europeo y menos… menos troglodita.
Pero luego nos quejaremos…