El exdiputado Pablo Cambronero ha participado en La Segunda Dosis para analizar las causas y consecuencias de la tragedia ocasionada por la DANA en Valencia.
Estima que el Estado de las autonomías falla en los peores momentos, por lo que hay que repensar el modelo de Estado de España. “Me duele decirlo porque antaño he sido defensor de él pero tal cual como está establecido, creo que no funciona”.
También expone el ridículo de las Administraciones Públicas que se encuentran en una batalla política para acusarse, con el Gobierno de Pedro Sánchez señalando al presidente autonómico, Carlos Mazón, y este a su vez, trasladando las responsabilidades a instituciones y organismos del Estado central.
Cambronero incide en que las responsabilidades son compartidas y que todos son culpables de la pésima gestión que se ha realizado hasta el momento.
“Lo primero es reparar el daño causado y luego, cada uno sentarse y responder por los hechos que no ha ejecutado o ha ejecutado mal. Para mí, no se salva nadie. Y esto viene de atrás. A toro pasado, vemos que no invertir en infraestructuras hídricas como defendía el Ministerio no funcionay es un riesgo para la salud y vida de las personas”.
Redundando en este problema de las autonomías está el tema de Muface. Incide en que la medida impulsada por Mónica García tiene una intención política que es desbordar la Sanidad que son competencia de los gobiernos autónomos, la mayoría en manos del Partido Popular. Advierte que sobrecargar la maltrecha Sanidad Pública expone la vida e integridad de muchas personas.
Los manejos opacos de Cruz Roja
“Cruz Roja hace cosas que no están muy adecuadas a la labor que supuestamente realiza”, así desvela el exdiputado los manejos opacos de la organización que se ha visto expuesta por sus cuestionables actuaciones en la catástrofe ocasionada por la DANA.
Incide en que es un ente vinculado al Gobierno y que su primer presidente es nombrada a través de un Real Decreto con el visto bueno del Ministerio de Sanidad.
“Hablamos de presupuestos de 1.600 millones de euros anuales, de gastos de 500 millones de euros solo en personal; un ente que debería dedicarse solo a la atención sociosanitaria tiene muchísimos inmuebles que alquila, y al mismo tiempo, recibe edificios como donaciones para ejercer su labor también, lo cual no tiene mucho sentido; además, invierte en bolsa”.
Considera que debe analizarse bien los datos porque “chillan” y una ONG que debería dedicarse a la atención sociosanitaria, se dedica a muchas otras cosas, algo que no es “ni adecuado ni moralmente efectivo”.