El expresidente ha elevado el tono hasta niveles pocas veces vistos en los últimos años, lanzando duras acusaciones contra el Gobierno de Pedro Sánchez y el PSOE. Aznar no se ha limitado a la crítica política habitual: ha llegado a augurar que los actuales dirigentes socialistas acabarán en la cárcel, en referencia a los pactos alcanzados con partidos y personas investigadas o condenadas por delitos graves.
No es la primera vez que Aznar advierte sobre los riesgos de las alianzas tejidas por Sánchez, pero sí es una de las ocasiones en que lo ha hecho con mayor contundencia. “Si negocias Presupuestos en una prisión, te asocias con presidiarios y pactas una amnistía con delincuentes, no te extrañe acabar en la cárcel porque ese es tu ambiente”, sentenció, aludiendo directamente a la reciente implicación de Santos Cerdán, exsecretario general del PSOE, en un caso de corrupción que le ha llevado a prisión.
Hoy más que nunca, el Partido Popular es la mejor herramienta al servicio de España.
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— Partido Popular (@ppopular) July 4, 2025
Más allá del impacto mediático de sus palabras, Aznar plantea una cuestión de fondo: ¿está el Gobierno actual comprometiendo la independencia judicial, la libertad de expresión y el crédito internacional de España? Para el expresidente, la respuesta es clara y alarmante. Considera que el “escenario de cartón piedra” que sostiene al Ejecutivo se está desmoronando y que el país ha llegado a este punto “porque se ha mentido mucho, robado mucho y comprometido el futuro de España”.
El núcleo de su argumento es que, bajo el liderazgo de Sánchez, “los delincuentes redactan la ley” y que el Gobierno trata al Estado como un botín y a España como moneda de cambio. Aznar denuncia que la supervivencia política del Ejecutivo depende de concesiones a quienes, según él, están dispuestos a subastar la unidad nacional a cambio de poder. “El Gobierno huye hacia adelante porque no tiene salida y arrastra al país a una vía muerta”, advirtió.
Frente a este panorama, Aznar reclama una ruptura con el “muro” del sanchismo y una tarea urgente de reconstrucción nacional. Propone “unir lo separado, reconciliar lo enfrentado y recomponer lo roto con visión nacional e integradora”. No se trata, dice, de refundar el PP, sino de sentar las bases para restaurar la convivencia constitucional y devolver a las instituciones el prestigio perdido.
En este contexto, la presencia conjunta de Aznar y Rajoy, presentada por Feijóo como símbolo de unidad y continuidad, cobra un valor añadido. El PP, orgulloso de sus referentes, se presenta como el partido capaz de ofrecer una alternativa sólida y de futuro para España.
El discurso de Aznar pone sobre la mesa una preocupación legítima: la necesidad de defender la independencia de las instituciones y la convivencia democrática frente a la polarización y la instrumentalización política. No se trata solo de una batalla partidista, sino de un debate crucial sobre el modelo de país que queremos construir. ¿Serán capaces los partidos de altura de miras y sentido de Estado, o seguiremos atrapados en el corto plazo y la confrontación permanente? La respuesta, como siempre, está en manos de los ciudadanos y de quienes aspiran a gobernarles
