Sórdido pero rentable.
Y todo al contado y en negro.
La política española nunca deja de sorprender.
Si alguien pensaba que ya lo había visto todo, el relato de Pedro el cubano —el apodo tras el que se esconde quien fuera durante dos décadas contable y gerente de las saunas sexuales regentadas por Sabiniano Gómez, suegro de Pedro Sánchez— ha venido a elevar el listón.
Entre sobres repletos de billetes, comisiones a prostitutas y una caja diaria que haría palidecer a cualquier pequeño empresario, el escándalo promete alimentar tertulias y portadas durante semanas.
El testimonio recogido por Francisco Mercado en EsDiario no es una novela negra, aunque lo parezca.
Cada mañana, Pedro entregaba a Sabiniano “seis sobres con el dinero ingresado por sus saunas” y, según su propio cálculo, solo la famosa Sauna Adán generaba entre 3.000 y 5.000 euros diarios —un millón al año si multiplicamos por los cuatro locales que controlaban—.
Y todo ello, asegura, “muy lejos de lo declarado al fisco en el mejor de sus años”. El volumen de negocio era tal que hasta los clientes más ingenuos que pagaban con visa quedaban retratados en los papeles.
Dinero negro, sobres y la ley del más fuerte
Pedro empezó limpiando cabinas y terminó siendo el hombre de confianza en la caja. Su relato es minucioso: “En Adán estaba rodeado de chaperos y de putas. De señores que pagaban. Hacíamos una caja diaria escandalosa”. Cada mañana, a las 7:30, la recaudación nocturna iba directa a las manos del suegro presidencial. Pero detrás del fulgor de los billetes se escondían prácticas menos glamurosas: explotación sexual —de hombres y mujeres, sobre todo emigrantes—, salarios miserables y trabajadores sin papeles.
La operativa era sencilla pero implacable: “Cuánto más dinero ingresábamos, más comisión dábamos a las putas”. No estaban en nómina, pero eran “el mayor sustento de las saunas”, recuerda Pedro. Los chaperos también encontraron su sitio cuando vieron que la caja se multiplicaba con su presencia: “Entraron los chaperos en las saunas y como la caja se multiplicó, se quedaron”. En noches señaladas podían acudir hasta 100 prostitutas por local.
El papel de Begoña Gómez y los vínculos familiares
Aquí entra en escena otro nombre propio: Begoña Gómez. Según diversos testimonios recogidos en medios digitales solventes como The Objective y Libertad Digital, la actual esposa del presidente realizaba tareas contables para estos negocios familiares. No solo eso: algunas fuentes aseguran que “iba por las saunas a hacer caja y dejaba preparado el dinero para pagar a las chicas en un sobre”. La imagen contrasta con la narrativa oficial del PSOE abolicionista.
No es menos singular cómo evolucionó este emporio familiar. Sabiniano Gómez arrancó en los años 80 con la compra del Cine Mundial para transformarlo en salón de celebraciones; luego dio “el salto al ocio nocturno” con la apertura de la Sauna Adán en San Bernardo. La propiedad de estos locales era jugosa: pagaban apenas 850 euros mensuales por un ático de 139 metros cuadrados en pleno centro madrileño gracias a un contrato con Muface. En 2006 —coincidiendo con el matrimonio entre Sánchez y Begoña— Sabiniano cedió el control formal de las empresas a su hermano Enrique Francisco.
Un submundo con conexiones políticas (y mediáticas)
La historia no sería completa sin el ingrediente político-mediático propio del thriller ibérico. Los audios filtrados por el excomisario Villarejo han destapado que algunos círculos policiales utilizaron estos locales para tender trampas a políticos, jueces o empresarios —instalando cámaras espía para grabar encuentros comprometidos— y después extorsionarles. La ironía no escapa al relato: mientras Pedro Sánchez prometía leyes abolicionistas contra la prostitución durante la precampaña electoral de 2016, su suegro regentaba uno de los clanes prostibularios más prósperos de Madrid.
Por si faltara picante mediático, personalidades tan dispares como periodistas veteranos o incluso estrellas transgresoras como La Veneno frecuentaron estos ambientes nocturnos vinculados al clan Gómez. La Veneno fue durante años una habitual del circuito Adán-San Bernardo-Azul.
Impacto político e incógnitas abiertas
- El escándalo ha supuesto un torpedo bajo la línea de flotación moralista del Gobierno.
- La oposición exige explicaciones parlamentarias mientras se multiplican las preguntas sobre posibles delitos fiscales o blanqueo.
- El PSOE defiende que todo es una campaña orquestada por “las cloacas”, aunque los testimonios directos complican esa estrategia.
- El caso saca a relucir viejas luchas internas socialistas: algunos ministros rivales ya intentaron explotar estos datos hace años.
Más allá del ruido político inmediato, el asunto deja incógnitas para el futuro: ¿hasta qué punto afectará esto a la credibilidad personal del presidente? ¿Habrá investigación judicial real sobre posibles delitos fiscales? ¿Se investigará si hubo extorsión política usando grabaciones obtenidas en estas saunas?
Curiosidades y anécdotas sobre el caso
- El fontanero aficionado contratado en negro por Sabiniano sufrió una descarga mortal en 1989; tras negarse inicialmente a indemnizarle, fue condenado por el Supremo años después.
- Entre las anécdotas más surrealistas figura cómo algunos clientes VIP eran policías nacionales e incluso responsables políticos.
- El hermano menor de Sabiniano fue militante orgulloso del partido ultraderechista Fuerza Nueva.
- En noches señaladas llegaban “cien prostitutas”, ninguna regularizada; hasta los camareros se asombraban ante semejante desfile.
- El escándalo ha sido bautizado ya como el prostigate español por algunos columnistas ácidos.
La política patria siempre encuentra nuevas formas de superar la ficción. Y esta vez lo hace mezclando sexo, dinero negro y poder… todo ello con aroma castizo y un toque inconfundible de sainete madrileño.
