EL NUEVO FRENTE POPULAR

Sánchez maniobra para colocar a Rufián como relevo de Yolanda Díaz en el Pacto Frankenstein

El marido de Begoña busca que el 'macarra simpático' reemplace a la comunista al frente de una coalición amplia del PSOE con ERC, Podemos y nacionalistas

Rufián (ERC) con Sánchez (PSOE)
Rufián (ERC) con Sánchez (PSOE). PD

Pedro Sánchez ha decidido mover ficha en el complicado tablero político para intentar unir a una izquierda que se encuentra fragmentada.

Desde La Moncloa, se está promoviendo a Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, como la figura principal de un nuevo bloque que podría reemplazar al debilitado Sumar de Yolanda Díaz.

Esta estrategia tiene como objetivo reunir a Podemos, ERC, BNG y Bildu en una lista conjunta que evite el colapso electoral de la extrema izquierda.

La vicepresidenta segunda no atraviesa su mejor momento. Sumar ha cosechado fracasos en Galicia, País Vasco y Cataluña, y ha visto deserciones significativas de Compromís y Chunta Aragonesista. En Extremadura, ni siquiera se presenta, dejando el camino libre a Podemos e IU, lo que indica que sus aliados ya no confían en ella.

A esto se suma su enfrentamiento con Podemos, que dificulta la unidad tan necesaria para Sánchez. Además, su reciente demanda de una remodelación del Gobierno ha sido interpretada en Moncloa como un acto de deslealtad.

Mientras tanto, Rufián está ganando protagonismo en los círculos políticos.

Su lealtad durante las crisis de corrupción y acoso sexual del Ejecutivo lo sitúa como un candidato ideal. Aunque está algo desconectado de las bases de ERC en Cataluña, mantiene buenas relaciones con Podemos y actúa como un baluarte contra Junts, expresando abiertamente lo que el PSOE piensa sobre Puigdemont pero no se atreve a decir.

El plan es ambicioso: crear un Sumar ampliado, recuperando a Podemos y sumando a independentistas de extrema izquierda como BNG y Bildu. Esta fórmula funcionó bien en las últimas elecciones europeas y podría dar lugar a un grupo confederal en el Congreso con escaños clave para Sánchez. Fuentes cercanas indican que ya ha habido conversaciones directas entre ambos y se habla incluso de que Rufián podría dejar ERC si Junqueras no apoya el pacto.

Perfil controvertido de Rufián

Sin embargo, Gabriel Rufián no es precisamente un político sin mancha. Sus meteduras de pata y comentarios cínicos han dejado huella en su trayectoria. Recientemente lanzó duras críticas al PSOE llamándolos «inútiles» por el caso Salazar de acoso sexual, a pesar de ser socios en la investidura. «Nadie entiende lo que están haciendo», manifestó en el Congreso, reflejando su descontento mientras ignora sus propias exigencias de lealtad.

En la misma línea, cuestionó al PSOE por la falta de medidas anticorrupción, aun cuando ahora depende del apoyo socialista. Sobre el caso Koldo, expresó dudas sobre si Sánchez desconocía los viajes con implicados: «Me cuesta creerlo». Y durante el juicio al fiscal general Álvaro García Ortiz, denunció la politización judicial contra la izquierda pero criticó al PSOE por compartir el CGPJ con el PP: «Con su pan se lo coman».

Sus contradicciones son evidentes en su postura independentista. Hace diez años prometió dejar su acta si Cataluña no alcanzaba la independencia; sin embargo, sigue ocupando su puesto y cobrando del Congreso. Defiende apasionadamente el uso del catalán y cuestiona por qué no es oficial en Europa si lo hablan 10 millones; irónicamente eligió hablar en castellano durante una intervención crucial, lo que provocó críticas por parte de Quim Torra: «Así no se prestigia el catalán».

En la comisión sobre la DANA, mostró una actitud arrogante al dirigirse a la exconsellera valenciana Salomé Pradas buscando ganar protagonismo. Criticó al PP y Vox por ser hipócritas respecto a la inmigración: quieren evitar musulmanes rezando pero están dispuestos a aceptarles trabajando bajo condiciones extremas. Recordó también absoluciones en Murcia por explotación sexual de menores sin que hubiera protestas por parte de la derecha, comparándolo con disturbios ocurridos en Torre Pacheco.

Antecedentes de la crisis en Sumar y la izquierda

Yolanda Díaz se aferra a su candidatura por Sumar y rechaza cualquier idea sobre su sucesión, pese a las presiones internas que recibe. Desea mantener su marca personal pero está abierta a discutir una codecisión o cambio de nombre para llegar a un acuerdo con Podemos. Sin embargo, su liderazgo bloquea esa unidad tan deseada por Sánchez hacia su izquierda.

El malestar dentro del PSOE crece debido a las críticas provenientes de Sumar sobre corrupción y acoso dentro del partido. Desde Moncloa se percibe esta situación como normalidad y se planea una declaración institucional por parte de Sánchez para defender la coalición. Mientras tanto, Sánchez también enfrenta relevos inminentes como los casos de Pilar Alegría por Aragón o María Jesús Montero por Andalucía.

Rufián ya había propuesto anteriormente una coalición plurinacional; sin embargo, tanto Sumar como Podemos miran esta idea con recelo debido al temor a que pueda perjudicar carreras políticas como la de Íñigo Errejón. A pesar de todo esto, el PSOE necesita contar con una única fuerza sólida a su izquierda y no dos dispersas.

Posibles consecuencias de la maniobra

Si esta coalición logra prosperar, podría sumar alrededor de 20 diputados en las próximas elecciones generales; esto sería crucial para la supervivencia política de Sánchez después de derrotas anticipadas en Extremadura, Aragón, Castilla y León así como Andalucía. Podría convertirse así en una CEDA (Confederación Española De Derechas Autónomas) pero desde un enfoque radicalmente izquierdista: cada partido mantendría sus siglas propias pero presentarían listas acordadas territorialmente junto con un grupo confederal dentro del Congreso.

Sin embargo, existen múltiples riesgos involucrados. La actitud prepotente mostrada por Rufián durante las discusiones puede alienar votantes potenciales. Su cinismo al criticar la corrupción del PSOE mientras lo apoya genera desconfianza entre muchos sectores. Además, su desconexión respecto a las bases catalanas podría fracturar aún más ERC. Por otro lado, aunque Díaz parece estar amortizada políticamente sigue siendo vicepresidenta y difícilmente cederá sin resistencia prolongando así esta división interna.

Sánchez se encuentra bajo presión ante una crisis múltiple y apuesta decididamente por Rufián para manejar situaciones complicadas como las planteadas por Vito Quiles. El independentista parece dispuesto a jugar sus cartas sabiendo que un ciclón electoral podría arrasar con todo lo que queda del panorama político actual.

Para finalizar este análisis sobre corrupción política reciente donde Rufián dejó caer afirmaciones llamativas como que «la izquierda puede robar pero no al nivel Gürtel», o que considera que la mejor noticia del Gobierno es precisamente su oposición actual; incluso reconoció fracasos relacionados con vivienda diciendo: «Si el pan sube como los precios actuales del alquiler tendríamos que pagar 12 euros». Hay mucho trabajo pendiente.

Curiosidades adicionales nos revelan cómo Rufián intentó hacer pasar vergüenza al diputado Mazón durante una sesión parlamentaria sin conseguirlo del todo; prometió hace diez años abandonar la política si no lograba ver independizada Cataluña; hoy día sigue recibiendo sueldo desde Madrid. En 2023 fue calificado por Torra como traidor lingüístico tras optar nuevamente por expresarse en castellano frente al hemiciclo; datos reveladores sobre un político tan astuto como contradictorio.

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