A menudo se produce el efecto contrario al deseado, un error típico en el análisis anticipado de las consecuencias, cuando se ignoran. Esta aptitud para no examinar las consecuencias revela una singular falta de talento. Pero peor aún que esta falta de talento es la que se presenta en las élites políticas que siegan la hierba bajo sus pies tratando de destruir a sus socios. La patulea de ganapanes que le ha empujado a Feijoó a creerse su propia propaganda les ha llevado a cuestionar a sus potenciales socios con una estúpida llamada al voto útil. Su inconcebible ignorancia consiste en haber interpretado las elecciones como un juego suma cero. Han entendido que lo que perdía su socio Vox, lo ganaba el PP. Nada mas lejos de la realidad.
Si tuvieran un mínimo de cultura científica esa pandilla de turiferarios habría reconocido e ilustrado a Feijoó como es la distribución de escaños a lo largo del pais, de tal manera que optimizaran el número de sus votos residuales que podrían aprovechar sus socios. Cuál es la razón de demonizar a tu socio, esconderlo, o negarlo. El daño ya estaba hecho cuando lo explicó antes de las elecciones Espinosa de los Monteros, y ha recordado Abascal en su evaluación de los resultados.
Esa llamada al voto útil ha sido la estúpida estrategia de un estúpido que verá decaer sus opciones cuando concurra a las próximas elecciones. Feijoó quedará expulsado de la política en breve. Actuar de forma mezquina pensando únicamente en su propio beneficio ha destruido sus opciones como se explica en el conocido dilema del prisionero, desarrollado por Flood y Dresher en la Rand Corporation en 1950. Detenidos dos sospechosos de un delito, uno de ellos delata al otro para ser declarado inocente, pero solo se beneficia si el otro no le delata a su vez, lo que no hará buscando él mismo ser declarado inocente. En la búsqueda egoista de su beneficio ambos delatan y ambos tienen una pena, –el conocido como equilibrio de Nash–, superior a la pena que obtendrían si ninguno delatara, aceptando una pena por no cooperar en la investigación policial. A Barrionuevo y Vera les salió bien la jugada, no delatando a X. No existe conducta humana que no conlleve externalidades, que no tenga efectos sobre terceros. A Feijoó le ha salido el tiro por la culata. Es un inútil necesario. Algo tan sencillo como haber visto y entendido la película «Una mente maravillosa» sobre John Nash. Un tiro en la culata, al no asumir y defender lo que le habría llevado a la presidencia.
La taumaturgia de Sánchez, el tahur, ha hecho el resto. Construyó por anticipado a una farsante como Yolanda Diaz, con su misma falta de escrúpulos, a su imagen y semejanza, se prodigó en las encuestas manipuladas y en entrevistas graciosillas, hizo de su mendacidad cambios de opinión, aceptó y se prodigó en la defensa de sus leyes-delito exonerando a quienes los causan, como si fueran la misma expresión de la ética del asesino honrado. Predicó la coalición como si fueran la misma expresión de la ética política con asesinos buscando redención, y golpistas exonerados con indultos particulares y cambios legales, y compró a sus electores con promesas incumplidas y bonos botellón, y los salarios mínimo vital (SMV) no practicados e impracticables. Escrivá puso en marcha el SMV Bus. El ciudadano perjudicado ignora cuantos son los perjudicados y asigna al crápula el beneficio de la duda. Rodríguez Zapatero puso el punto grotesco de la cultura de los ignorantes de la LOGSE y la Ley Celaá en connivencia con el sindicato del culo. Habló del universo infinito como si fuera una verdad apodíctica frente a quienes ignoran la teoría de la gravedad por no hablar de la relatividad, que interpretan como relatividad moral y promiscuidad. Como él mismo. Para la cultura popular de las leyes de educación socialistas, un agujero negro, es una parte oscura del cuerpo utilizado para follar.
Y en medio de estas élites corruptas, estériles e ignorantes, el pueblo ha dictado su compensación particular, si otorgó el control de autonomías y ayuntamientos a la derecha ahora tocaba el cambio de turno al contrario, porque un pueblo que se odia a sí mismo y desconoce su futuro, quiere compensar los privilegios imaginarios del blanco con los privilegios del negro, los privilegios imaginarios de los heterosexuales con los privilegios homosexuales, los privilegios imaginarios del rico con los privilegios del pobre. La cultura de la alienación de Marx, el juicio enajenado que aprovecha Sánchez para perpetuarse a costa de la destrucción.
