¿Te quejas de que no duermes lo suficiente? Pues prepárate para sentirte afortunado.
En el reino animal hay auténticos expertos en dormir poco, ya sea por supervivencia, adaptación o pura necesidad biológica.
Desde gigantes de la sabana hasta criaturas marinas, estos animales han llevado el concepto de «madrugar» a otro nivel.
Si alguna vez te has preguntado cómo sobreviven con tan pocas horas de descanso, sigue leyendo, porque la naturaleza nunca deja de sorprender.
Algunos animales han desarrollado mecanismos increíbles para dormir lo mínimo necesario sin comprometer su seguridad.
Desde microsueños de segundos hasta descansar con un ojo abierto, estas criaturas parecen desmentir la importancia del sueño.
Aquí te presentamos un ranking de los 10 animales que menos duermen, y créenos: ¡algunos te dejarán boquiabierto!
1. Elefante africano (Loxodonta africana)
El rey indiscutible del insomnio animal es el elefante africano, que duerme solo 2 horas al día en la naturaleza. Además, puede pasar hasta 48 horas sin descansar cuando necesita desplazarse largas distancias o evitar depredadores. Cuando finalmente duerme, puede hacerlo de pie o tumbado, aunque solo en esta última posición alcanza el sueño profundo.
2. Jirafa (Giraffa camelopardalis)
Las jirafas también son campeonas del poco sueño: apenas duermen unas 2 horas diarias repartidas en intervalos de 10 minutos. Este patrón está diseñado para minimizar el riesgo frente a depredadores en la sabana africana. Curiosamente, suelen dormir de pie y solo se tumban cuando están completamente seguras.
3. Morsa (Odobenus rosmarus)
Este mamífero marino puede permanecer despierto hasta 84 horas seguidas, especialmente mientras busca alimento en el agua. Pero no todo es insomnio: una vez que encuentra un lugar seguro, puede compensar con largas sesiones de descanso de hasta 19 horas seguidas.
4. Delfín (Delphinus capensis)
Los delfines tienen un cerebro dividido en dos hemisferios que les permite «dormir a medias». Mientras una parte del cerebro descansa, la otra permanece alerta para respirar y vigilar posibles depredadores. Su sueño se limita a intervalos de apenas 30 minutos, pero esta estrategia les garantiza sobrevivir en su entorno acuático.
5. Caballo (Equus caballus)
Los caballos necesitan solo 3 horas diarias para recargar energías y suelen dormir de pie gracias a un sistema anatómico que bloquea sus articulaciones. Aunque pueden tumbarse para alcanzar un sueño más profundo, prefieren mantenerse alerta para reaccionar rápidamente ante cualquier amenaza.
6. Pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus)
Los pingüinos barbijo tienen un sistema de microsueños único: duermen durante ráfagas de apenas 4 segundos miles de veces al día, acumulando un total aproximado de 11 horas diarias. Esta técnica les permite descansar mientras protegen sus huevos o evitan a los depredadores.
7. Oveja doméstica (Ovis aries)
Con un promedio de 4 horas al día, las ovejas son animales nerviosos que se despiertan fácilmente ante cualquier ruido extraño. Al vivir en rebaños, alternan el sueño entre los miembros del grupo para mantenerse protegidas frente a posibles amenazas.
8. Tiburón (Selachimorpha)
Los tiburones deben nadar constantemente para mantener oxigenados sus cuerpos a través del movimiento del agua sobre sus branquias. Aunque técnicamente no duermen como los mamíferos, entran en estados de reposo en los que reducen su actividad física sin detenerse por completo.
9. Hormigas (Formicidae)
Las hormigas no necesitan largas noches reparadoras: alternan breves periodos inactivos durante el día y la noche, acumulando solo unos minutos de descanso efectivo diario. Este patrón les permite mantener una actividad constante dentro del hormiguero.
10. Avestruz (Struthio camelus)
Aunque duermen más que otros animales en esta lista (unas 6-7 horas diarias), las avestruces tienen la peculiaridad de hacerlo con los ojos abiertos y en ciclos cortos que les permiten estar siempre alerta frente a depredadores.
¿Por qué algunos animales duermen tan poco?
La cantidad mínima de sueño en estos animales está directamente relacionada con su tamaño corporal, dieta y entorno natural. Los herbívoros grandes como elefantes y jirafas necesitan estar activos la mayor parte del tiempo para buscar alimento y evitar depredadores; mientras que los animales acuáticos como delfines y tiburones deben mantenerse en movimiento por razones fisiológicas.
Además, muchos han desarrollado adaptaciones específicas como el «sueño unihemisférico» (en delfines), los microsueños (en pingüinos) o la capacidad de dormir de pie (en caballos y jirafas). Estas estrategias aseguran su supervivencia en entornos hostiles donde el lujo del descanso prolongado podría costarles la vida.
Así que ya sabes: la próxima vez que te sientas cansado tras una mala noche, recuerda que podrías ser una jirafa esquivando leones o un delfín vigilando tiburones mientras medio duerme… ¡y agradece tus ocho horitas!

