La electricidad es el alma invisible de nuestra civilización moderna. Sin ella, el propio cine no existiría, pues jamás se habría podido proyectar una imagen en pantalla. Paradójicamente, la ausencia de luz ha sido uno de los recursos narrativos más potentes del séptimo arte, convirtiendo los apagones en protagonistas de historias que exploran desde nuestros miedos más primitivos hasta las amenazas tecnológicas más sofisticadas.
El reciente apagón masivo que paralizó España el pasado lunes ha reavivado el interés por aquellas películas que, con notable clarividencia, han imaginado escenarios donde la oscuridad se convierte en el catalizador perfecto para el caos, la supervivencia o la redención. El cine, siempre atento a nuestros temores colectivos, lleva décadas anticipando lo que podría ocurrir cuando se apagan las luces.
El apagón como recurso narrativo: del suspense al apocalipsis
En el cine, quedarse sin luz nunca es un simple inconveniente técnico. Desde los primeros thrillers hasta las modernas distopías, el corte eléctrico funciona como una potente metáfora visual que nos conecta con miedos ancestrales. En Hollywood, la oscuridad repentina ha servido tanto para generar suspense en una escena de terror como para plantear reflexiones profundas sobre nuestra dependencia tecnológica.
Uno de los ejemplos más emblemáticos lo encontramos en Sola en la oscuridad (1967), donde Audrey Hepburn interpreta a una mujer ciega acosada por criminales durante un apagón. La película, dirigida por Terence Young, utiliza magistralmente la ausencia de luz para equiparar al espectador con la protagonista, creando una atmósfera claustrofóbica donde la vulnerabilidad se palpa en cada fotograma.
En el extremo opuesto del espectro narrativo, películas como La Jungla 4.0 (2007) convierten el apagón en el arma definitiva del villano. Bruce Willis, en su papel de John McClane, debe enfrentarse a un grupo de ciberterroristas que ejecuta un sofisticado ataque paralizando por completo las infraestructuras de Estados Unidos. La película, aunque cargada de acción y espectáculo, plantea una inquietante reflexión sobre nuestra vulnerabilidad ante un colapso tecnológico generalizado.
Las 10 mejores películas sobre apagones eléctricos
La reciente crisis energética ha puesto de relieve nuestra absoluta dependencia de la electricidad. A continuación, un recorrido por las diez películas que mejor han capturado la fragilidad de nuestra civilización cuando se apagan las luces:
- Dejar el mundo atrás (2023): Esta reciente producción de Netflix protagonizada por Julia Roberts y Ethan Hawke explora las consecuencias de un ciberataque que provoca un apagón generalizado. La película destaca por su inquietante retrato de la desconfianza y el colapso social.
- The Trigger Effect (1996): Dirigida por David Koepp, esta joya infravalorada muestra cómo un simple apagón en el sur de California desencadena una espiral de paranoia y violencia entre vecinos. Inspirada en un episodio de La dimensión desconocida, la película plantea una premisa escalofriante: sin electricidad, la línea entre civilización y barbarie es extremadamente delgada.
- Blackout (2013): Este falso documental británico dirigido por Ben Chanan explora con inquietante realismo los efectos de un ciberataque que deja al Reino Unido sin energía. Utilizando imágenes de apagones reales, la película difumina la línea entre ficción y realidad.
- La purga (2013): Aunque no trata específicamente de un apagón, esta distopía de James DeMonaco utiliza la noche y la oscuridad como escenario para una sociedad que ha institucionalizado la violencia como válvula de escape.
- Coherence (2013): En esta fascinante película independiente, un cometa provoca un apagón que desencadena fenómenos cuánticos donde los protagonistas interactúan con versiones alternativas de sí mismos. Una propuesta que mezcla ciencia ficción y terror psicológico.
- En el bosque (2015): La cineasta Patricia Rozema sitúa a dos adolescentes en un futuro cercano donde un apagón continental las obliga a sobrevivir en una remota casa en las montañas, en una fábula sobre la resistencia femenina ante el colapso.
- El efecto dominó (1996): Un apagón prolongado en California sirve como telón de fondo para explorar cómo la civilización puede desmoronarse cuando falla la tecnología. La película, protagonizada por Kyle MacLachlan, es un inquietante estudio sobre el comportamiento humano bajo presión.
- Apagón en Nueva York (1978): Basada en los sucesos reales del apagón de Nueva York en 1977, esta película de serie B dirigida por Eddy Matalon recrea la ola de delincuencia y violencia que siguió al corte de electricidad en la gran manzana.
- Armageddon (1998): Aunque el apagón no es el tema central, esta superproducción de Michael Bay incluye escenas de caos urbano provocadas por fallos en los sistemas eléctricos ante la inminente llegada de un asteroide.
- Blackout (2021): Esta producción alemana basada en la novela de Marc Elsberg presenta un escenario aterrador: un ciberataque deja sin electricidad a toda Europa, sumiendo al continente en un caos absoluto.
Del cine a la televisión: cuando el apagón se convierte en serie
La pequeña pantalla también ha explorado con profundidad las consecuencias de quedarnos a oscuras. Series como Apagón (2022), creada por Rodrigo Sorogoyen para Movistar Plus, han imaginado con notable precisión escenarios similares al vivido recientemente en España. Basada en el podcast El gran apagón, la serie narra cinco historias protagonizadas por personajes que deben adaptarse a un mundo sin electricidad, telecomunicaciones ni transporte, a causa de una tormenta solar.
Más reciente aún es Día Zero (2025), protagonizada por Robert De Niro en Netflix, donde sus personajes viven al borde del colapso debido a un fallo a escala mundial de la red eléctrica. La serie pone en evidencia cómo el colapso tecnológico muestra tanto lo mejor como lo peor del ser humano.
Otra propuesta interesante fue El colapso (2019), una serie francesa que abordaba en cada capítulo una etapa concreta antes del colapso total, desde la situación en los supermercados al éxodo hacia el campo. Lo que resultó profético es que se estrenó justo antes de la pandemia de COVID-19, anticipando muchas de las situaciones que viviríamos meses después.
La luz al final del túnel: cuando el apagón nos humaniza
No todas las historias sobre apagones son apocalípticas. En la literatura infantil, El apagón (2011) de John Rocco acercó a los más pequeños el gran blackout que sufrió Nueva York en 2003, cuando 14 millones de personas se quedaron sin electricidad. El autor reflexionó en el New York Times sobre cómo esta situación «obligó a las personas a bajar el ritmo y a interactuar entre ellos, en lugar de estar ocupados con sus aparatos eléctricos».
Esta visión más optimista también aparece en algunas películas donde el apagón sirve como catalizador para redescubrir conexiones humanas perdidas en nuestra hiperconectada sociedad digital. Al fin y al cabo, quizás sea en la oscuridad donde mejor podamos vernos a nosotros mismos.
El cine, como espejo de nuestros miedos y esperanzas colectivas, seguirá explorando nuestra relación con la electricidad y lo que ocurre cuando esta falla. Porque, paradójicamente, es en la pantalla iluminada donde mejor podemos contemplar nuestra fragilidad ante la oscuridad.
