Condena judicial tras un intento de robo con violencia en Murcia

Un año de prisión para Issam B, el facineroso marroquí de la paliza al jubilado, por robar el reloj a un vecino en Torre Pacheco

El acusado deberá indemnizar al perjudicado y pagar una multa tras ser identificado sin dudas por la víctima

El marroquí Issam B, agresor en Torre Pacheco
El marroquí Issam B, agresor en Torre Pacheco. PD

En la madrugada del 7 de julio, la calma habitual del municipio murciano de Torre Pacheco se vio alterada por un intento de robo con violencia.

Un facineroso marroquí, identificado como Issam B., trató de arrebatarle el reloj a un vecino octogenario, empleando fuerza física y dejando lesiones en el brazo de la víctima.

El suceso no solo conmocionó a los vecinos por la brutalidad del ataque, sino que también desencadenó una ola de tensión social en la localidad, reflejando el impacto que este tipo de delitos puede tener en comunidades pequeñas y cohesionadas.

El agresor, que fue detenido días después en Errentería (Gipuzkoa) cuando intentaba huir hacia Francia, se enfrentó a un juicio rápido desde prisión provisional.

La resolución del Juzgado de lo Penal número 1 de Cartagena ha sido clara: un año de prisión por un delito de robo con violencia en grado de tentativa y otro de lesiones.

Además, deberá abonar una multa de 180 euros y una indemnización de 320 euros al perjudicado, cuantía que corresponde a los días necesarios para la recuperación física del vecino agredido.

Issam B., que tiene 19 años y residía legalmente en España, se encuentra en prisión provisional en el País Vasco, tras ser detenido por la Ertzaintza en Rentería mientras intentaba huir a Francia.

Detalles del caso y del proceso judicial

La secuencia de los hechos muestra que el condenado abordó a la víctima sobre las 6:25 horas, sujetándole con fuerza del brazo para intentar arrancarle el reloj.

Tras varios minutos de forcejeo sin lograr su objetivo, abandonó el lugar dejando al anciano con abrasiones que tardaron más de una semana en curar.

La versión exculpatoria ofrecida por el acusado resultó endeble ante el tribunal: alegó estar trabajando en el campo esa mañana, pero no pudo aportar ni testigos ni pruebas que avalaran su coartada. Por el contrario, la víctima lo reconoció «sin ningún género de dudas» tanto en sede policial como durante la vista oral.

Este episodio no fue aislado: apenas dos días después, el mismo joven fue señalado por otra agresión violenta a otro vecino jubilado, hechos que generaron disturbios y protestas vecinales en Torre Pacheco.

La sentencia dictada ahora no es firme y puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Murcia, aunque marca un precedente sobre la respuesta judicial frente a delitos similares en entornos rurales.

 

Perfil del agresor y contexto social

Issam B., marroquí de 19 años según datos judiciales recientes, llegó a Torre Pacheco pocos días antes del incidente. Su paso por la localidad fue breve pero intenso: además del intento frustrado de robo al octogenario, se le atribuyen otros altercados menores e incluso agresión a un agente policial cuando intentaban detenerlo por otro delito menor. Este historial ha alimentado el debate local sobre integración y seguridad, especialmente tras los disturbios surgidos tras la segunda agresión.

  • El intento de robo se produjo a primera hora del día, cuando muchos vecinos aún dormían.
  • El joven fue reconocido sin margen de error por parte del perjudicado durante las diligencias.
  • Tras cometer los delitos, intentó huir hacia Francia pero fue localizado gracias a la colaboración entre cuerpos policiales autonómicos.
  • El caso ha servido para poner sobre la mesa las carencias en materia de prevención e integración social en municipios con alta diversidad cultural.

Reacciones vecinales y debate social

El intento violento y su rápida resolución judicial han generado división entre quienes reclaman mayor seguridad ciudadana y quienes temen una estigmatización injusta hacia comunidades migrantes. La condena incluye también el pago de las costas judiciales y refleja una respuesta legal contundente ante delitos que alteran gravemente la convivencia.

El caso pone en primer plano cuestiones como:

  • El impacto social del delito común en entornos rurales.
  • Las dificultades para atajar los brotes puntuales de violencia.
  • La importancia del reconocimiento visual y la colaboración ciudadana para esclarecer estos sucesos.

Los vecinos esperan que este episodio sirva como punto de inflexión para reforzar tanto los dispositivos preventivos como las iniciativas sociales orientadas a evitar nuevas fracturas en la convivencia local.

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