Los asesinatos por violencia de género cometidos por extranjeros han experimentado un aumento significativo desde que Pedro Sánchez ocupa el cargo en La Moncloa.
Según datos del Ministerio de Igualdad, hasta diciembre de 2025, 46 mujeres han sido asesinadas por esta causa, y 19 de ellas fueron víctimas de maltratadores extranjeros.
Esto representa un 41,3% del total, una cifra que supera los registros anteriores y establece un nuevo récord histórico.
Este incremento es evidente al observar la evolución reciente. En 2021, había 14 agresores extranjeros; para 2023, esa cifra se elevó a 26 de 58, lo que supone un 44,8%.
En la primera mitad de 2025, ocho de quince feminicidios fueron perpetrados por hombres nacidos fuera de España, alcanzando un alarmante 53,3%, cuando los extranjeros representan solo el 14,1% de la población total.
Esto significa que su participación en estos crímenes es cuatro veces mayor que la de los españoles.
Las comunidades autónomas como Andalucía y Cataluña concentran gran parte de estos casos, en correlación con el aumento demográfico extranjero en esas zonas.
Entre los países que destacan, Marruecos se sitúa en primer lugar: sus ciudadanos cometieron 22 feminicidios entre 2021 y 2024, lo que implica una probabilidad 5,7 veces mayor que la media nacional.
En Madrid, el número de agresores extranjeros supera al de nacionales: desde 2003 se han registrado 68 sobre 135. A lo largo del tiempo, desde 2003 se han contabilizado 1.293 asesinatos de mujeres a manos de parejas o exparejas, con 417 perpetrados por extranjeros (32,5%), pero la tendencia sigue en ascenso.
Víctimas y perfiles en 2025
De las 46 víctimas mortales registradas en 2025, 27 eran españolas y 19 extranjeras, reflejando la misma proporción entre agresores: 27 españoles y 19 extranjeros.
Solo 10 de las 46 víctimas contaban con denuncias previas; mientras que 36 no habían denunciado nada.
En este año trágico, cinco agresores se suicidaron tras cometer sus crímenes y otros nueve intentaron hacerlo. Además, este año ha dejado a 35 niños huérfanos, y lamentablemente tres menores perdieron la vida a manos de padres o parejas maternas.
Algunas historias desgarradoras ocurridas en 2025 son las siguientes:
- Karilena, madre de dos hijos y con solo 39 años, fue asesinada el 31 de enero en Sama de Langreo, Asturias, por su compañero Francisco F., quien tiene 72 años. Fue la primera víctima del año.
- El caso de Doreen, una británica de 78 años asesinada el 3 de marzo en Martos, Jaén, a manos de su esposo británico también sin denuncias previas.
- A los 36 años y siendo madre, Eva fue asesinada el 6 de marzo en Blanes, Girona, por su pareja que tenía 53 años.
- El asesinato brutal ocurrió el 16 de marzo cuando Andrea Bejarano Echeverri, madre y con solo 34 años fue víctima en Burgos por un militar llamado Jaime Vélez, quien contaba con 43 años.
- En Gran Canaria se registró el caso trágico de una mujer hondureña llamada Diana Carolina, víctima también sin denuncias previas; este fue el primer feminicidio en Canarias después de dos años sin casos similares.
- La violencia tomó otra forma cuando a martillazos fue asesinada la mujer identificada como Zunilda H. M., quien tenía 43 años. Su agresor fue Jarrod G., un hombre que luego se quitó la vida.
- El caso impactante ocurrió el 24 de junio cuando a cuchilladas fue asesinada Marisa, madre y con solo 61 años. Su victimario Floren tenía ya una edad avanzada (64).
- Otra tragedia ocurrió el 25 de junio en Algemesí (Valencia), donde fueron asesinados Alejandra Villegas (41) y su hijo Samuel (2) por Leonardo David Arenas R., quien contaba con solo 34 años..
Las circunstancias detrás estas muertes revelan patrones inquietantes: muchas víctimas no habían denunciado previamente sus situaciones; además hay una amplia variedad tanto en edades como nacionalidades. En cuanto a Andalucía, se observa que entre las seis primeras víctimas del año dos fueron atacadas por extranjeros.
| Año | Víctimas totales | Por extranjeros | Porcentaje |
|---|---|---|---|
| 2021 | – | 14 | 23,6% |
| 2022 | 49 | 19 | 38,8% |
| 2023 | 58 | 26 | 44,8% |
| 2024 | 48 | – | 36,2% |
| 2025 (hasta dic) | 46 | 19 | 41,3% |
Críticas a las políticas y el Ministerio de Igualdad
A pesar de los presupuestos millonarios asignados al Ministerio de Igualdad —cuyo enfoque ideológico ha priorizado campañas propagandísticas y estructuras burocráticas sobre medidas efectivas—, la violencia machista no ha experimentado una reducción significativa desde inicios del siglo XXI.
Los datos oficiales desmienten cualquier narrativa de progreso sustancial: en 2003 se registraron 71 víctimas mortales; en 2004, 76; y en años posteriores, las cifras oscilaron en torno a los 50-70 anuales, con picos como los 73 de 2010.
En 2019 fueron 56, mientras que en 2024 se alcanzó el mínimo histórico de 48, y en 2025 —hasta diciembre— se han confirmado 46 víctimas. Estas cifras, aunque ligeramente inferiores a las de décadas pasadas, permanecen inaceptablemente estables, revelando una ineficacia crónica del sistema pese a los recursos invertidos.
Las leyes supuestamente protectoras han demostrado ser poco efectivas, cuando no contraproducentes.
Un ejemplo paradigmático es la Ley del solo sí es sí, promovida con gran fanfarria por el Ministerio de Igualdad, que resultó en más de 1.200 rebajas de penas a agresores sexuales y más de 120 excarcelaciones, liberando a delincuentes que en muchos casos reincidieron o representaban un riesgo evidente. Esta norma, defendida con obstinación ideológica pese a sus efectos devastadores, expone el sectarismo progre que prioriza dogmas sobre la seguridad de las mujeres. Solo en 2025, de las 46 víctimas, apenas se registraron denuncias previas en 10 casos, lo que subraya la opacidad y la tolerancia institucional ante señales de alarma ignoradas.
Casos como el de Maritza, inscrita en el sistema VioGén con “riesgo no apreciado” pese a agresiones previas y una denuncia de oficio, evidencian fallos graves y sistemáticos. VioGén, lejos de ser infalible, ha fallado repetidamente, especialmente con mujeres migrantes, subestimando riesgos que terminan en tragedia.
Esta categorización de “riesgo no apreciado” —que ha sido eliminada recientemente ante las críticas— reflejaba una tolerancia complaciente con potenciales violentos.
En la Comunidad de Madrid, los datos son particularmente alarmantes: los agresores extranjeros superan a los nacionales, con un porcentaje que ha pasado del 23,6% en 2021 al 50% en periodos recientes. Este incremento coincide con políticas migratorias laxas impulsadas por el Gobierno progresista, que han ignorado los riesgos asociados.
A nivel nacional, en 2024 las víctimas extranjeras alcanzaron el 50%, superando el promedio histórico del 35,8%. Proporcionalmente, los extranjeros —minoría poblacional— cometen más feminicidios, un dato que los datos cruzados del INE y la Delegación del Gobierno corroboran sin ambages.
Por comunidades, Andalucía lidera con 267 casos desde 2003, seguida de Cataluña (211) y Valencia (163). El drama se extiende a los más vulnerables: desde 2013, se acumulan más de 500 huérfanos (exactamente 504 hasta fechas recientes), y al menos 65 menores han fallecido en actos de violencia vicaria.
La Delegación del Gobierno confirma que la mayoría de casos carecen de denuncias previas, y en diciembre de 2025 se registraron cinco nuevos feminicidios, solo uno más que en 2024, con un repunte veraniego que genera alarma. Los números hablan por sí solos: la falta de políticas eficaces, la opacidad en la gestión de riesgos y la tolerancia ideológica de la izquierda hacia factores como la inmigración descontrolada han perpetuado esta barbarie. Es urgente abandonar el sectarismo progre y centrarse en la protección real de las mujeres, priorizando la seguridad sobre dogmas políticos.
La atención debe dirigirse sin eufemismos al aumento significativo de agresores extranjeros, cuya implicación desproporcionada no puede seguir siendo ignorada.
