QUE LLEGARÁ LEJOS LE AUGURO AL LINCE
“Por motivos ajenos a nuestra voluntad, la biblioteca estará cerrada desde el lunes 30 de junio hasta nuevo aviso. Disculpen las molestias”.
Escrito que cabe leer en la puerta de la biblioteca “Yanguas y Miranda”, de Tudela.
Como los días 12, 13, 16, 17, 18, 19 y 20 de junio la biblioteca pública “Yanguas y Miranda”, de Tudela, ha permanecido cerrada por falta de personal que atendiera a sus posibles usuarios (habituales o esporádicos) y se responsabilizara de su gestión oportuna (está clara, cristalina, la circunstancia de que dicha falta de personal es compatible y solidaria con la sobra del mismo, sobre todo, del águila, la persona de enorme inteligencia y con excelentes dotes de capacidad previsora y resolutiva que, si mis últimas averiguaciones no van desencaminadas, priorizó que la vacante de responsable en la biblioteca de Cáseda —943 habitantes, en 2024— obtuviera una sustituta antes que la segunda ciudad del viejo reino navarro —más de 37.000 habitantes—; ¡chapó!; ¡sombrerazo!; así, con esa vista de lince, y el orden de prelación que se sacó de su manga o chistera —de chiste, con poca gracia— le auguro que llegará lejos; basta con echar un vistazo rápido al presunto trío corrupto KAC, acrónimo de Koldo, Ábalos, Cerdán, para confirmar dicha tesis), hoy, viernes 27 de junio, he podido pasar a ordenador el texto que escribí con un BIC azul y titulé así: “¿Corazón y razón son compatibles?”.
Nada más darle el pintiparado remate, se lo he remitido a mi amigo Luis de Pablo. A la media hora escasa, me ha mandado un correo en el que me dice que le ha gustado sobremanera. Me ha asegurado que, desde su perspectiva o prisma, cada día escribo mejor (al menos, a él así se lo parece). Y que entiende mi cantilena o cantinela de que estoy casado con Literatura. Y que hago bien, lo correcto, siéndole fiel, leal, o sea, trenzando a diario equis líneas o versos. Con cada nueva pieza literaria que urdo y le mando más claro tiene que formo parte de ese edificio que es, según su modo de ver las cosas, Literatura, en el que solo un selecto grupo de literatos entran como Pedro por su casa.
Dudo si habrá quedado diáfana la idea que recorre el cuerpo del texto, como si fuera el raquis o la columna vertebral de un ser humano. Cada día estoy más de acuerdo con el criterio que dejó escrito en letras de molde Camilo José Cela en el número C (cien) de la revista Papeles de Son Armadans, que dirigió, dedicado a “Silverio Lanza”, seudónimo literario de Juan Bautista Amorós Vázquez de Figueroa, el raro de Getafe, en cuya introducción a dicho número redondo el Premio Nobel de Literatura 1989, si no me falla la memoria, escribió, negro sobre blanco, esto: “En España, el que la sigue la mata, el que resiste gana y el que no se pone nervioso se come al mundo por los pies”. Su lema, “el que resiste gana”, que es el de su Fundación, sigue vigente (ahí está el caso peculiar, singular, de Pedro Sánchez para corroborarlo o ratificarlo, aunque para una legión, no solo para mí, su ficha lleve tiempo tumbada y, por ende, él muerto), guste o disguste.
El triunfo del ratón de biblioteca ha sido tardío. pero es irrebatible; al fin, se ha logrado zampar todo el queso emmental (que es el de los agujeros, no el gruyer, como gusta iterar hasta el hartazgo el inculto o indocumentado, que goza incurriendo en el clamoroso yerro).
Hay días en que siento la emoción fértil de la escritura a ras de poro, porque percibo que he llegado al tuétano de algo, y eso me reconforta. La circunstancia de arribar al meollo, a la quintaesencia, suele llevar aparejada satisfacción personal, la de tener derecho a poder pisar el terrazo limpio, brillante, de un templo al que tú no creías que algún día pudieras tener libre acceso, y en el que no necesitas presentar tu acreditación, porque todos los conserjes te conocen, para que sus puertas se abran, dejándote el paso expedito.
Aunque sigo siendo el mismo demonio que fui, con las mismas pestes debajo de la piel, no me hace ningún daño exhibir el colgajo. Me ducho para quitarme el sudor feliz que ha conseguido abrirse paso a través de mis poros y salgo, tras vestirme y calzarme, a callejear.
Cuando regreso a casa, vuelvo a leer cuanto había escrito y ya no me parecen tan geniales los párrafos que había agavillado en dicho texto, que he enviado a mi amigo y mejor crítico literario, Luis de Pablo, y tanto le han agradado, agrandándome, cual coloso o gigante.
En “¿Corazón y razón son compatibles?” he disertado sobre el amor que me consta, el que he experimentado. No quiero aseverar con ello que el vivido por mí sea el único, sino que hay tantos amores como congéneres lo/s han experimentado, catado. La panoplia puede ser amplia y variopinta. Noto que al texto susodicho le falta algo, auscultar cómo late su corazón, pero, al menos, he tomado el pulso a tres de mis episodios amorosos.
Nota bene
Como el incompetente sigue en sus trece, ejerciendo de funcionario inoperante, incumpliendo, de manera pública, notoria y clamorosa sus funciones, no me queda otra solución que mandaros/te los títulos de los textos que publicaré del lunes 30 de junio al lunes 7 de julio, san Fermín:
30.- Mi inconsciente ha vuelto a hacer diabluras.
1.- El proceso contiene retroceso.
2.- Les jode a los mediocres ser comparsa.
3.- La vida es un chispazo entre dos nadas.
4.- Pedí a Literatura matrimonio.
5.- ¿Cómo “poema” defino?
6.- Haz mejor, aunque hagas menos.
7.- Sentencia que no hago el mico.
Confío, deseo y espero que alguien le haga ver al tarugo que, para que servidor deje de llamarlo así, habrá de proceder de manera inteligente y diligente, aunque esto acaso sea como pedir peras al olmo, un imposible.
Os desea lo mejor, como de costumbre, vuestro deudo y/o amigo,
Ángel Sáez García
angelsaez.otramotro@gmail.com
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