Que la experiencia, ajena y propia, es madre…

QUE LA EXPERIENCIA, AJENA Y PROPIA, ES MADRE

Y MAESTRA NINGUNA/O PONE EN DUDA,

AL NO PODER NEGARLO NI OBJETARLO

Que la experiencia, ajena y propia, es madre y maestra ninguna/o pone en duda, al no poder negarlo ni objetarlo. Y que el gobierno de Sánchez está cadáver, exánime, tampoco. Que su muerte se debe a que Junts le ha quitado la respiración asistida, que lo mantenía vivo, su apoyo, es un hecho innegable, pero que también es consecuencia directa de años de corrupción que, poco a poco, se van sustanciando, y de falta de transparencia (¿acaso alguien le escuchó decir al presidente del Gobierno el motivo por el que prescindió de su mano derecha, José Luis Ábalos —quien defendió en la tribuna del Congreso la moción de censura contra el Ejecutivo de Rajoy, no lo olvidamos—, como ministro de Transportes?; yo, al menos, que no soy ciego ni sordo, ni lo vi ni lo escuché) es el argumento bifronte que se ha impuesto por su propio peso.

En la sociedad española (que está hasta los topes de suciedad política, originada por la continua confrontación de los “hunos” y los “hotros”, y harta, hasta la saciedad, de tan pocos acuerdos o consensos y tanta polarización y tanto odio circulante) esta realidad ha ido calando paulatinamente, como lluvia fina, imponiéndose. Como al abajo firmante de estos parágrafos le gusta pulsar la opinión de sus conciudadanos, no solo los de la villa donde reside, sino de otros puntos del país, esta semana pasada ha hecho una párvula encuesta, de escasa validez científica, es cierto, pero que no convendría desdeñar.

A Rocío, docente universitaria, le pregunté, en un correo que le mandé: ¿Qué te parece cuanto está pasando en la actualidad? Y me respondió esto:

“Este Gobierno, como lo propio hacen otros en el ancho mundo inmundo, no deja de polarizar, con el claro objetivo de sembrar cizaña, esto es, odio, entre la ciudadanía; de azuzar con el clásico y proverbial “ellos contra nosotros”, los malos contra los buenos. ¿Alguien ha escuchado decir a Pedro Sánchez que asume su responsabilidad, al no haber cumplido bien con su parcela o tarea de supervisor del Gobierno de España, al nombrar como ministro de Transportes a José Luis Ábalos, que, mientras lo fue, si hacemos caso a cuanto dice la UCO que hacía, que iba de chanchullo en chanchullo y nadie le ponía freno ni remedio a tanto desmán, hasta que el desafuero fue mayúsculo, morrocotudo, y entonces ya Sánchez se vio obligado a decir “hasta aquí ha llegado la lava del tonto del haba”, de quien hacía y deshacía a su antojo (como, al final, todo acaba saliendo a relucir, veremos hasta dónde llegaba su influyente mano negra y sabremos si, como hemos escuchado decir a alguna compareciente en sede parlamentaria, Sánchez tenía conocimiento exhaustivo de las andanzas de la pareja más experta o perita de pícaros españoles del siglo XXI, por ahora, Ábalos y Koldo, o no, como se hartó de negar, sin llegar a negar del todo, con su socorrida respuesta de “no me consta”, que lleva escondida dentro una carga explosiva, que unas veces detona y otras no, pues denota o da la nota no, que es una contranota musical”.

Javier, docente de Bachillerato, a la misma cuestión ha respondido estas líneas:

“O ponemos remedio en las próximas elecciones generales, que acaso no sean este año, pero lo serán a comienzos del siguiente, 26, seguro, o vamos camino del fundido a negro, del hoyo. ¿Cuánto daño ha hecho, daño irreversible, Sánchez a la democracia española y al PSOE? Poco a poco, lo sabremos. Los próximos comicios los vamos a perder, porque, como devenga otra victoria, de semejantes características, vendrá aparejada de los peores augurios, los idus de marzo personales”.

Sebastián, pensionista, que, como le ocurrió al santo asaeteado, también ha sufrido mucho durante el medio siglo largo de existencia que lleva sobre la faz del planeta azul, la Tierra, ha tenido a bien escribir y mandarme sus asiduos renglones torcidos, en los que sigue chapoteando su habitual pesimismo:

“Las elecciones, digan lo que digan los tentáculos del Gobierno, están al caer, se van a anticipar. Seguramente, serán en febrero. Así que, prepárate, Otramotro, para acudir al colegio electoral un día de dicho mes, a fin de elegir nuevos Congreso y Senado, aunque me temo que el 70% de los diputados y senadores que elijamos ya los conocemos. Así que puede que volvamos a vivir otro iterativo día de la marmota, otro 2 de febrero, previo al día de san Blas, porque los “hunos” volverán a votar a los vuestros y los “hotros” a los nuestros. ¿O alguien, en dicha fecha, se va a atrever a cambiar de equipo de fútbol, o sea, de partido político? ¿Aprenderemos la lección o seguiremos siendo los mismos votantes repetidores, de arriba? ¿Tú crees, Otramotro, que en España va a seguir habiendo militantes del partido gobernante ocupando cargos de consejeros o puestos de responsabilidad sin tener la capacitación o cualificación exigible? Yo, ya me conoces, sí”.

   Ángel Sáez García

   angelsaez.otramotro@gmail.com