No hay tregua para Venecia.
La ciudad se hunde y el nivel del mar aumenta, lo que incrementa la frecuencia y gravedad de las inundaciones.
Se echa la culpa al cambio climático.
Pero el patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia, desde su basílica de San Marcos, herida por el agua salada del mar, acusa sin piedad a los poderes públicos por el desastre:
«Nunca se ha visto algo parecido; esta ciudad no puede ser herida cada año. Me amarga la inercia del gobierno central. Solo hicieron promesas: el Moisés no se sabe dónde está».
Dos factores principales contribuyen a la vulnerabilidad de la maravilla de los canales:
- Subsidencia: La ciudad se asienta sobre sedimentos blandos que se compactan con el tiempo, provocando un hundimiento gradual. Durante el siglo XX, Venecia se hundió aproximadamente 11,4 centímetros debido a la extracción de agua subterránea para uso industrial.
- Aumento del nivel del mar: El cambio climático ha provocado un incremento en el nivel del mar Adriático, exacerbando las inundaciones. Se estima que el nivel del mar podría aumentar hasta 180 centímetros para el año 2100, lo que pondría en riesgo la existencia de la ciudad.
Impacto de las inundaciones
Las inundaciones, conocidas localmente como «acqua alta», afectan la vida diaria y el patrimonio cultural de Venecia:
- Daños estructurales: El agua salada deteriora los cimientos y materiales de los edificios históricos, incluyendo la Basílica de San Marcos.
- Afectación al turismo: Las inundaciones frecuentes disuaden a los visitantes, afectando la economía local que depende en gran medida del turismo.
Medidas de protección
Para mitigar los efectos de las inundaciones, se han implementado varias iniciativas:
- Proyecto MOSE: Un sistema de 78 compuertas móviles que se elevan para bloquear la entrada de agua durante mareas altas. Aunque ha enfrentado retrasos y críticas, se activó con éxito en octubre de 2020, protegiendo la ciudad de una marea de 135 centímetros.
- Restauración de marismas: Las marismas actúan como amortiguadores naturales contra las mareas. Se están llevando a cabo proyectos para restaurarlas y mejorar la resiliencia de la laguna.
Desafíos futuros
A pesar de las medidas adoptadas, persisten desafíos significativos:
- Mantenimiento del MOSE: El sistema requiere un mantenimiento constante y costoso para garantizar su eficacia a largo plazo.
- Impacto ambiental: El uso frecuente del MOSE podría alterar el ecosistema de la laguna, afectando la biodiversidad y la calidad del agua.
LA MANO PERVERSA DEL POLÍTICO

Venecia, inundada por la ‘acqua alta’.
En efecto, todos los venecianos están furiosos por la irresponsabilidad de diferentes administraciones públicas incapaces de poner en marcha el MOSE (módulo experimental electromecánico), el faraónico proyecto llamado Moisés porque evoca al personaje bíblico que separó las aguas del Mar Rojo.
Iniciado en el 2003, para salvar la ciudad de las mareas, aún sin terminar, supone un escándalo por su corrupción y el retraso bíblico en la ejecución.
En el Moisés los italianos ven un espejo de la política del país, puesta en la picota por el patriarca de Venecia: «No podemos ya permitirnos la propaganda; es necesaria una política próxima a la gente. Esta ciudad no puede ser Disneyland», ha dicho a «La Repubblica» el patriarca Moraglia.

Venecia, inundada por la peor ‘acqua alta’ desde 1966.





