Le pedía el moderador de la tribuna a Pablo Iglesias, durante ‘Los Desayunos de Europa Press’ celebrado este 28 de junio de 2017, que para cuando pensaba normalizar esa relación «tan aparatosa» con la prensa y los medios.
El líder de la formación morada sonreía. Y se pavoneó. Por dos cosas. La primera porque la agencia de noticias le sirvió en bandeja la tribuna para volver a arremeter contra los medios que no le gustan.
Y lo focalizó en Victoria Prego, presidenta de la APM y Federico Jiménez Losantos. Y después porque encima se pavoneó cuando le recordaron su veto a algunos corresponsales en un ‘off the récord’: «quienes no respetan las reglas, no se les invita», dijo.
Iglesias volvió a llegar tarde a una acto. Mucho «tic-tac» pero no es capaz de poner en hora su minutero. En esta ocasión el acto organizado por EP comenzó con retraso. Y no es la primera vez que ocurre.
Sorprende que luego le exija prisa al PSOE y Pedro Sánchez a la hora de coger la misma senda de negociación para explorar un frente común anti-PP.
El PSOE prefiere caminar más despacio
No hay conferencia, charla o entrevista donde ya no salgan las relaciones de Podemos con los medios. Bien haría Iglesias en preocuparse por qué ya hay tantos que dudan acerca de su actitud democrática para con el cuarto poder–Pablo Iglesias sigue mofándose de la libertad de expresión y veta a El País, la SER, El Periódico, El Independiente y OKDiario de un desayuno–.
Con el tema de Venezuela, otro clásico, puede desviar la atención y añadir que en otros países también hay desmanes y escasez de garantías y nadie se lleva las manos a la cabeza. Cierto. Pero el perenne enfrentamiento con la prensa le persigue allá por donde pisa como su sombra–Las lunáticas razones de Monedero para festejar el desayuno amordazador de periodistas–.
Creo que en este país nos hemos atrevido a decir cosa que antes nadie decía. En este país pasan cosas muy graves, el pasado domingo vimos al señor Villarejo reconociendo que trabajaba con periodistas para construir informes falsos y había periodistas que se prestaban a eso.
Aquí en este país hemos visto como alguien que en el pasado tuvo enorme prestigio como Victoria Prego ha defendido al señor Moix, algo muy grave, y que muy pocos se han atrevido a decir.
Aquí hay profesionales de los medios que se la juegan porque resisten presiones de poderosos. Recuerdo a Sánchez también en el programa de Évole cómo relataba las presiones de los directivos de El País.
Decir esto tiene consecuencias.
El señor Jiménez Losantos ha amenazado de muerte al señor Errejón.
Eso no quita que nosotros hayamos podido hacer cosas mal pero en política se paga decir la verdad, y cuando afecta a gente muy poderosa capaz de hacer caer gobiernos tiene consecuencias.
Los off the récord se fundamentan en la confianza, uno se relaciona con quien tiene confianza o con quien no respeta el off the récord–Victoria Prego arrincona a Alberto Garzón por el veto podemita a algunos medios: «¡Esto no se había visto nunca, es antidemocrático!»–.
El gobierno del PP los hace con quienes tiene confianza. Nosotros somos un ejemplo de dar la cara. Hay una cosa fundamental, la confianza, quien no respeta un off the récord no se le suele invitar.