Hablar de queso es remontarse siglos y siglos en la historia, cuando los habitantes de esta región, dedicados al pastoreo y a la elaboración de queso, los poblados Celtas y Vacceos de la cuenca del Duero, fueron los primeros artesanos del queso, aunque habría que remontarse a la Edad de Bronce en la que se han encontrado «queseras» o también denominadas «encellas» donde fabricaban el producto, evolucionando hasta el Queso Castellano del Siglo XXI, donde los parámetros de calidad hacen del Queso Castellano un queso con innumerables tipologías, texturas, sabores y olores, siendo el Queso Castellano uno de las grandes estrellas en el universo quesero.
Este producto se ha consolidado en el mercado de Castilla y León, se expande rápidamente al nacional y al internacional, aunque de este último supone solamente un 15% de la venta, pero que gracias a la creación de la IGP Queso Castellano, teniendo en cuenta los parámetros de calidad del producto en cuestión, es fácil que esa cifra quede en agua de borrajas en breve.
Uno de cada cuatro quesos que se elaboran en España procede de Castilla y León y representa el 12% de la industria agroalimentaria en la Comunidad, ocupando el segundo lugar en importancia tras el sector cárnico. El impacto económico supera los 1.500 millones de euros, genera más de 4.000 puestos de trabajo, lo que convierte a la Industria del Queso en una de las grandes potencialidades presentes y futuras de la región.

Estamos hablando de un producto considerado por los consumidores en general como una delicia de aspecto cilíndrico, que se presenta en diferentes tamaños, determinados por el peso de la pieza, con caras planas y perímetro liso o con marcas del cincho de esparto. En el aspecto al corte suele ofrecer un color marfil que va oscureciéndose conforme avanza la curación. El ‘Queso Castellano’ muestra una pasta firme y compacta con presencia de oquedades repartidas irregularmente por su superficie.
El «Queso Castellano» que en su elaboración emplea 100% leche de oveja cruda y/o pasterizada, y presenta una intensidad de olor moderadamente alta, existen pequeños matices según la edad de maduración, se habla de un olor agradable del joven, oloroso en los curados y excelente fragancia en los añejos.

En cuanto al olor, varía según la edad del queso, es decir, es más intenso a medida que aumenta su periodo de curación. Su sabor es franco y el tacto en boca es agradable, suave y cremoso. Además, presenta sensaciones gustativas picantes con distintos toques en función del tipo de leche, siendo más armónico cuando el porcentaje de leche de oveja es mayor.
Cabe destacar el olor a caramelo más apreciable en los quesos elaborados con leche pasterizada, como consecuencia de la caramelización de la lactosa. En menor medida se aprecia olor vegetal, en los quesos más madurados se distinguen un olor bajo a frutas y frutos secos.
El queso es uno de los grandes superalimentos, puesto que contiene una elevada proporción de las proteínas necesarias para el mejor rendimiento del cuerpo humano , lo que le hace ser incluso más rico que la carne en estos elementos. En el Queso Castellano, igualmente están presentes vitaminas imprescindibles para la vida como la A, la D y la E, fundamentales para la mejora del crecimiento, la conservación de tejidos y la absorción de calcio, todo un compendio de beneficios para el cuerpo y la mente, además de lo delicioso de su sabor.

Es un alimento recomendado para cualquier edad, indicado en la etapa de crecimiento, por el alto contenido en calcio, pero también especialmente indicado para los adultos, por la gran cantidad de proteínas que aporta y fundamental para las personas de la tercera edad, ya que retarda la descalcificación ósea y es un alimento mas digestivo que la leche.
Hablar de queso de calidad es hablar de Castilla y León, de sus pastos inmensos y sus pastores, de los grandes rebaños ovinos, de sus gentes y de su gran territorio.
Son varios los factores que han consolidado al Queso Castellano las cualidades adquiridas a lo largo de siglos de tradición, como los inmensos pastos en el territorio más extenso de toda Europa, así como el clima de la Meseta o las materias primas de los prados y montes donde pastan los rebaños,espliego, tomillo, romero, salvia, hierbabuena, orégano… Aportan los sabores que se reproducen en la leche y sus derivados.

Las características fundamentales del Queso Castellano y por lo que se ha posibilitado la creación de la IGP «Queso Castellano» que se ha establecido para vigilar la calidad del producto, son que tiene que ser un queso de pasta prensada, elaborado principalmente con leche de oveja. Aunque también se elaboran con mezclas de leche de oveja, vaca y/o cabra.

Es un queso muy valorado por el consumidor, que cuenta con una textura y sabor que permanece en el paladar y en la mente del que lo prueba. Recuerda a las leches de oveja, vaca o cabra empleadas en su elaboración. Es sin duda, el rey de la tabla quesera.
Existen innumerables formas de degustar este queso. Es un producto ideal para tomar en cualquier momento del día, como aperitivo o como postre maridado con un vino tinto. Del mismo modo, el ‘Queso Castellano’ puede ser un ingrediente perfecto para elaborar deliciosos platos o ricos dulces por su versatilidad. Gracias a su textura y densidad, el ‘Queso Castellano’ le da un toque único a recetas que se elaboran al horno.
Desde el lanzamiento de esta marca, ‘Queso Castellano’ se ha establecido en los principales lineales de las grandes superficies y comercios de Castilla y León, y avanza imparable, cada día más, en su expansión por todo el territorio nacional.
Imágenes Tierra de Sabor y Lacteacyl.
