VACACIONES PRESIDENCIALES EN TIEMPOS DE CRISIS

Sánchez se tumba al sol en La Mareta antes de que su régimen se siente en el banquillo

Mientras los incendios forestales arrasan España, el marido de Begoña y jefe de Ábalos y Cerdán, prolonga sus vacaciones y los ministros de su Gobierno hacen chistes para capear la tormenta política

Pedro Sánchez de vacaciones y España en llamas
Pedro Sánchez de vacaciones y España en llamas. PD

No saben ni lo que es la vergüenza.

Un dirigente político tiene muchos privilegios y la obligación moral de estar al lado de los ciudadanos cuando estos se ven golpeados por la catástrofe.

No es tan difícil.

Pero ni Pedro Sánchez ni sus numerosos y bien pagados ministros lo entienden.

Las llamas que están arrasando España y han causado ya varios muertos, no llegan a La Mareta.

El amo del PSOE hará este domingo -10 días después de que comenzaran los incendios- una breve pausa en sus lujosas vacaciones, para visitar a toda prisa León y Orense y hacerse unas fotos cerca de las llamas, los bomberos y las cenizas, procurando -eso sí- evitar a toda costa los abucheos de la gente, que serán sonoros si se pone a tiro.

No se descarta que suene en la zona la ‘canción del verano’, esa que lleva como única letra y repetido estribillo lo de ‘¡Pedro Sánches, hijo de puta!’.

El verano del marido de Begoña en ese palacete blanco colgado sobre el Atlántico en Lanzarote, se ha convertido en el epicentro del debate político estival.

Lejos quedaron aquellas imágenes del amo del PSOE paseando por mercadillos y restaurantes locales.

Este año, Sánchez opta por el búnker: 40 guardias civiles, refuerzo de seguridad y protocolos de acceso dignos de una película de espías.

La Mareta, regalo del rey Hussein de Jordania a Don Juan Carlos, es ahora el refugio presidencial donde ni los abucheos ni el malestar ciudadano consiguen penetrar.

A día de hoy, 17 de agosto de 2025, no hay incendio que llegue a las puertas de esta residencia gestionada por Patrimonio Nacional.

Ni siquiera la alarma generada por las más de 100.000 hectáreas arrasadas en Galicia y Castilla y León ha logrado alterar la rutina vacacional del líder socialista.

Los vecinos de Lanzarote lo dicen claro: “Que se vaya a hacer su trabajo, que España se quema”.

Pero para Sánchez y su círculo íntimo, el tiempo parece transcurrir a otro ritmo.

El silencio como estrategia política

En esta edición veraniega del sanchismo, el presidente aplica una táctica peculiar: aquello que no verbaliza, sencillamente no existe. Como si la realidad pudiera ser conjurada desde la tumbona, Sánchez ha tardado una semana en levantar el teléfono para interesarse por los incendios que asolan Orense.

Mientras tanto, el dúo cómico gubernamental formado por Félix Bolaños y Óscar Puente se encarga de entretener al personal con sus ocurrencias y comentarios en redes sociales.

El ministro de Transportes ha dedicado dos semanas a culpar a los presidentes autonómicos del PP por los incendios registrados en sus regiones, mientras el ministro del Interior Marlaska asiente con cierta indiferencia.

Esta actitud contrasta con la historia reciente de los gobiernos españoles.

Todos han tenido que afrontar situaciones de emergencia: catástrofes naturales, alarmas sanitarias, crisis económicas o incluso ataques terroristas.

Algunos lo han hecho con mayor fortuna que otros, pero ninguno había huido de su responsabilidad como hace ahora el llamado Gobierno Frankenstein presidido por Sánchez.

Incendios fuera y dentro del Gobierno

La crisis por los incendios forestales ha supuesto una prueba de fuego para la gestión gubernamental.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido públicamente la movilización del Ejército más allá de la Unidad Militar de Emergencias (UME), considerando la situación como una «crisis nacional» que exige «medios extraordinarios».

Sin embargo, hasta este fin de semana Sánchez no ha hecho acto de presencia: primero participó vía videoconferencia en la reunión del comité estatal CECOD y solo después anunció su visita a las zonas afectadas en Orense y León.

El retraso ha sido objeto de crítica tanto por parte de la oposición como entre los propios ciudadanos afectados. Mientras las llamas avanzan y los equipos de emergencia luchan contra condiciones extremas —más de 30 grados, menos del 30% de humedad y vientos superiores a 30 km/h— el presidente se mantiene ajeno al clamor social hasta que la presión política le obliga a salir del retiro isleño.

Las vacaciones blindadas: visitas selectas y protocolo reforzado

No todo es descanso para Sánchez en Lanzarote. La agenda privada incluye visitas selectas como la del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, cineastas como Pedro Almodóvar o políticos como Salvador Illa y Fernando Grande-Marlaska. El protocolo para acceder a La Mareta ha sido reforzado: ya no hay lista visible de vehículos autorizados; sólo una persona del equipo presidencial habilita cada acceso para evitar filtraciones a la prensa.

La seguridad roza niveles inéditos: además de los habituales guardias civiles, Moncloa suma 11 agentes adicionales cuando Zapatero pisa suelo lanzaroteño. Todo para garantizar que ni curiosos ni periodistas perturben el descanso estival del presidente y su familia.

El Gobierno Frankenstein ante el banquillo

El clima político nacional no invita precisamente a relajarse bajo el sol canario. El entorno personal y político de Sánchez se ve cercado por casos judiciales —su esposa Begoña Gómez permanece imputada por tráfico de influencias— mientras la oposición multiplica sus ataques sobre la gestión gubernamental. Los fuegos internos arden tanto como los externos.

La estrategia parece clara: resistir desde la tumbona hasta que pase el temporal mediático. Pero lo cierto es que ningún gobierno anterior había optado por desaparecer durante una crisis nacional con tal nivel de emergencia.

Curiosidades sobre La Mareta y el verano presidencial

  • La Mareta cuenta con diez apartamentos independientes, tres piscinas, helipuerto y acceso directo a playa privada.
  • Por sus habitaciones han pasado desde Gorbachov hasta Helmut Kohl o Václav Havel.
  • La seguridad supera este año cualquier registro previo: más agentes desplegados que nunca.
  • A pesar del blindaje informativo, OKDIARIO logró captar imágenes inéditas del presidente junto a su familia cenando al aire libre.
  • El presidente suele prolongar su estancia hasta finales de agosto; este año podría quedarse hasta el 24 o 25.
  • Los incendios han arrasado ya más superficie forestal que toda la suma anual registrada desde 2017.

Por ahora, ni los fuegos ni las críticas logran sacar definitivamente a Sánchez del oasis lanzaroteño. A este paso, habrá que inventar un nuevo protocolo estival: “Si no lo verbaliza ni lo ve desde la tumbona… ¿ha ocurrido realmente?”

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído