Cara de bobo tiene, pero de ni un pelo de tonto. José Luis Rodríguez Zapatero dista de encajar en las etiquetas de ingenuo o inactivo que le atribuyeron en su día figuras como Mariano Rajoy.
Lejos de un retiro contemplativo, ha mantenido una intensa actividad pospresidencial centrada en mediaciones internacionales con regímenes autoritarios, como Venezuela y China, y viajes frecuentes a países como Marruecos, Colombia o República Dominicana, donde confluyen intereses personales y geopolíticos.
Pedro Sánchez ha integrado a Zapatero como asesor clave en La Moncloa, influyendo decisivamente en la política exterior española. Esta proximidad se manifiesta en decisiones controvertidas: la abstención de España en condenas internacionales al fraude electoral venezolano de 2024, que impidió la presidencia de Edmundo González; el uso de la embajada española en Caracas para su extracción bajo presión de Nicolás Maduro; la omisión de felicitaciones a María Corina Machado por su Nobel de la Paz; el giro favorable a Marruecos en el Sáhara Occidental; y la defensa de rebajar aranceles europeos a vehículos eléctricos chinos, perjudicando la industria automovilística comunitaria.
La sombra de Zapatero se extiende a ámbitos donde mantiene vínculos económicos, especialmente evidentes en el rescate de la aerolínea Plus Ultra (vinculada al chavismo), que recibió 53 millones de euros públicos pese a su mínima operatividad. Testimonios como los de Víctor de Aldama —quien afirma que Zapatero presionó a José Luis Ábalos por orden de Sánchez, y que 10 millones fueron transferidos a Panamá como comisión— han intensificado las sospechas. La reciente detención de Julio Martínez Martínez (amigo cercano de Zapatero, cliente de sus hijas y presunto implicado en blanqueo) y su reunión secreta con el expresidente días antes refuerzan indicios de irregularidades.
Zapatero ha negado toda implicación en el rescate y cualquier irregularidad, pero su silencio ante acusaciones detalladas plantea interrogantes sobre la frontera entre diplomacia legítima y aprovechamiento privado de influencia. El PP lo citará a la comisión senatorial del caso Koldo para aclarar estos extremos.
Los indicios sugieren que Zapatero prioriza beneficios propios y de aliados autoritarios sobre intereses nacionales, explicando su apoyo incondicional a Sánchez: su permanencia en el poder preserva un statu quo ventajoso para el expresidente, aunque no necesariamente para España.
La situación se asemeja a un sainete político: Sánchez se muestra reticente a “poner la mano en el fuego” por Zapatero, mientras su Gobierno ha financiado y respaldado al lobista asociado con el expresidente utilizando recursos públicos y otorgándole privilegios diplomáticos. Todo esto ocurre en un contexto donde el patrimonio inmobiliario de la familia del exlíder socialista crece exponencialmente y sus vínculos con el régimen chavista se convierten en una constante en la política exterior no oficial de España.
Lo que comenzó como una relación de mentor y delfín entre Zapatero y Sánchez ha evolucionado hacia un complejo rompecabezas: un presidente que se distancia verbalmente de su predecesor, pero cuyas decisiones administrativas y presupuestarias han reforzado el entramado político, económico y diplomático donde opera el exjefe del Ejecutivo.
El apoyo al lobista y la renovación del pasaporte diplomático
La Moncloa ha destinado al menos dos millones de euros en recursos públicos al lobista vinculado a Zapatero y le ha renovado un pasaporte diplomático en junio, permitiendo así una cobertura oficial para sus gestiones internacionales con regímenes como el de Nicolás Maduro.
Esto implica tres aspectos políticamente sensibles:
- Uso de dinero público para estructuras cercanas al expresidente.
- Reconocimiento oficial mediante un pasaporte diplomático renovado en medio de controversias por sus intermediaciones con Caracas.
- Diplomacia paralela que se entrelaza con las acciones del Ministerio de Asuntos Exteriores y la postura de la Unión Europea frente a Venezuela.
Mientras Sánchez evita blindar a Zapatero con declaraciones de confianza absoluta, su Gobierno ha permitido que ese lobista actúe bajo una cobertura institucional que no concede ningún Ejecutivo con ligereza. Esta contradicción genera una percepción de doble discurso: precaución ante los micrófonos, continuidad en el Boletín Oficial del Estado.
En el ámbito político interno, la oposición ve este caso como un signo de algo más profundo:
- Un PSOE que mantiene, bajo perfil, canales privilegiados con el chavismo a través de figuras semi-oficiales.
- Un presidente que intenta distanciarse retóricamente sin romper los lazos que su propio mentor le ha proporcionado hacia ciertos aliados internacionales.
De patrimonio modesto a imperio inmobiliario
El contexto económico que rodea a Zapatero acentúa la relevancia del caso. Al dejar La Moncloa en 2011, declaró un patrimonio inmobiliario de apenas 37.258,67 euros, correspondiente a una parcela en León, sumando un patrimonio total ligeramente superior a 209.000 euros.
Desde entonces, los datos publicados por diversos medios muestran una transformación asombrosa:
- La familia Zapatero ha pasado de esos poco más de 38.000 euros en inmuebles a superar los 3,7 millones de euros en patrimonio inmobiliario.
- Su patrimonio se ha multiplicado entre 90 y 115 veces desde que el expresidente se dedicó a su papel como mediador con el chavismo y actividades internacionales.
Entre las propiedades más notables destacan:
- Un chalé lujoso en Lanzarote (urbanización Famara Bungalows), valorado alrededor del millón de euros, por el cual solo se solicitó una hipoteca cercana a los 295.000 euros.
- Un chalé exclusivo en Aravaca/Valdemarín (Madrid), adquirido por cerca de 800.000 euros y tasado entonces en más de dos millones.
- Un nuevo chalé en Puerta de Hierro (Madrid), comprado por unos 700.000 euros aunque situado en una zona muy cotizada.
- Residencia en un chalé lujoso en Monte Rozas, valorada alrededor de dos millones de euros, equipada con medidas de seguridad costeadas por Interior.
El panorama final es evidente: aquel exjefe del Gobierno que salió de Moncloa con un perfil patrimonial relativamente modesto ha edificado hoy un imperio inmobiliario valorado en varios millones, realizando operaciones en algunas áreas más caras del país y demostrando una notable habilidad para adquirir propiedades por debajo del precio habitual del mercado.
El “embajador” del chavismo y la diplomacia cuestionable
Este crecimiento patrimonial está estrechamente ligado al papel que desempeña Zapatero como intermediario ante Nicolás Maduro. Su nombre aparece frecuentemente en:
- Procesos para dialogar entre el chavismo y sectores opositores venezolanos.
- Contactos extraoficiales que han permitido a Caracas ganar tiempo y legitimidad internacional.
- Narrativas públicas donde se presenta como mediador neutral, mientras sectores opositores venezolanos y numerosas organizaciones defensoras de derechos humanos denuncian la existencia de un aparato estatal responsable de torturas y represión sistemática.
En este marco, renovar un pasaporte diplomático para un lobista vinculado a este entorno genera una imagen difícilmente aceptable: un Gobierno europeo apoyando, aunque sea indirectamente, canales comunicativos con un régimen señalado por torturas, presos políticos y manipulaciones electorales.
La etiqueta no oficial “embajador de los torturadores chavistas” que ha emergido en parte del debate público no es meramente provocativa: refleja una preocupación legítima sobre hasta qué punto esta diplomacia paralela está legitimando un sistema político cargado de denuncias internacionales.
Mentor político, relato guerracivilista y giro estratégico
En clave interna, la influencia de Zapatero dentro del PSOE actual va mucho más allá del caso venezolano o los chalés lujosos. El expresidente ha sido uno de los principales artífices:
- De la agenda sobre memoria histórica, muchas veces criticada por tener un enfoque abiertamente guerracivilista, reabriendo viejas divisiones políticas.
- Del relato identitario progresista, llevado aún más lejos por Sánchez mediante leyes sobre memoria histórica, alianzas con independentistas y discursos polarizados.
- Del cambio estratégico hacia pactos con fuerzas nacionalistas y populistas, marcando distancia respecto a la socialdemocracia tradicional.
Fuentes cercanas al entorno socialista han advertido durante años sobre la influencia ejercida por Zapatero desde tres perspectivas:
- Ideológica: consolidación del eje izquierda‑nacionalismos frente a la derecha constitucionalista.
- Discursiva: énfasis en un relato sobre “bloque progresista” que reinterpretan tanto la Transición como la Constitución del 78.
- Pragmática: normalización e interlocución con aliados previamente considerados inaceptables, desde el chavismo hasta ciertas formaciones independentistas.
En este tablero complejo, Sánchez ha encontrado en su predecesor un valioso mentor para construir alianzas complicadas pero numéricamente necesarias. Sin embargo, surge el dilema cuando esa mentoría política se cruza con intereses privados, negocios familiares y redes externas.
Los negocios familiares e hijas emprendedoras
El crecimiento patrimonial familiar no puede explicarse únicamente mirando al expresidente; sus hijas también han cobrado relevancia económica:
- La mayor, Laura Rodríguez Espinosa, adquirió en 2024 un piso cercano al chalé ubicado en Puerta de Hierro valorado alrededor de 300.000 euros.
- Junto a su hermana menor, Alba, dirige la agencia publicitaria What The Fav, creada en 2019 y cuyo crecimiento significativo coincide con las conexiones internacionales desarrolladas por su padre.
Paralelamente:
- La menor también compró otro piso valorado igualmente cerca de 300.000 euros.
- En total, las propiedades familiares —chalés junto a pisos— superan ampliamente los 3,7 millones de euros según las valoraciones conocidas.
La cuestión política no radica tanto si las actividades empresariales son legales —no hay indicios penales conocidos— sino si se benefician indirectamente del capital político acumulado por su padre gracias a sus relaciones con gobiernos extranjeros o lobbies.
En una nación sensible ante temas relacionados con corrupción e influencias indebidas, esta combinación resulta explosiva:
- Un exjefe del Gobierno convertido ahora en mediador internacional ante regímenes problemáticos.
- Una expansión patrimonial notable lograda en menos década y media.
- Negocios familiares prósperos coexistiendo paralelamente a esa actividad política.
Todo esto se adereza además con el respaldo público otorgado por parte del actual Gobierno hacia un lobista cercano al entorno familiar junto a la concesión reciente de un pasaporte diplomático que facilita sus gestiones ante cancillerías internacionales.
Un triángulo incómodo lleno de curiosidades
El triángulo formado por Sánchez-Zapatero-Venezuela presenta datos interesantes que ayudan a entender por qué esta situación incomoda tanto a La Moncloa:
- Antes del año 2011, el patrimonio inmobiliario declarado por Zapatero rondaba los 38.000 euros; hoy día su familia supera los 3,7 millones según inmuebles conocidos.
- El chalé ubicado en Puerta de Hierro fue adquirido por 700.000 euros; sin embargo está situado donde las viviendas pueden alcanzar hasta cinco millones lo cual alimenta percepciones difíciles para justificar ante contribuyentes comunes.
- En Lanzarote logró otra “oportunidad”: villa lujosa adquirida mediante hipoteca relativamente baja mientras coincidía frecuentemente durante veranos junto a Sánchez quien reside gestionando Patrimonio Nacional también allí.
- Las hijas han pasado rápidamente —en menos tiempo—de ser figuras discretas hasta convertirse ahora además como propietarias residenciales valuadas ya cientos miles euros e incluso empresarias dentro sector publicitario donde acceso grandes cuentas depende mucho redes contactos existentes.
Mientras tanto el Gobierno insiste constantemente sobre su narrativa vinculada hacia regeneración ética pública; sin embargo toda esta historia relacionada entre lobistas patrocinados junto pasaportes renovados coexiste milagros patrimoniales logrados tanto expresidente como su familia convirtiéndose así mismo dentro tipo relatos políticos difíciles explicar…y absolutamente imposibles ignorar para analistas críticos hoy día.
