Cuando los españoles estamos pendientes del Sorteo de Navidad, esperando que nos toque El Gordo, el Gobierno de Pedro Sánchez nos regala ‘el premio’ más abundante y persistente: una lotería de corrupción, escándalos sexuales y fango que no para de repartir décimos a todos los contribuyentes.
Dejen a un lado los 400.000 euros al décimo; aquí el premio es vitalicio, con intereses en forma de comisiones ilegales, mordidas y fiestas pagadas con el dinero de todos.
Y es que ‘el gran bombo progresista’ no ha parado de girar este año, y los números premiados se cuentan a decenas: el caso Koldo, el más jugoso, esa trama de mascarillas infladas durante la pandemia que ha llevado a la cárcel a José Luis Ábalos y Santos Cerdán, ambos secretarios de Organización del PSOE –hombres de máxima confianza de Sánchez–. Koldo García, el exasesor de Ábalos que viajaba en el Peugeot con el presidente, ahora comparte celda mientras la UCO sigue destapando comisiones del 3% en obras públicas con constructoras como Acciona.
Pero el Gordo de verdad se lo lleva el núcleo íntimo del presidente. Begoña Gómez, esposa del líder socialista, investigada por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, con reuniones sospechosas para rescates como el de Air Europa y contratos adjudicados a amigos como Juan Carlos Barrabés. Afronta un 2026 complicado para el matrimonio que vive en el Palacio de la Moncloa.
El premio especial, los escándalos sexuales dentro del partido
El hermanísimo, David Sánchez, irá a juicio por prevaricación y malversación en la Diputación de Badajoz. Y para culminar, la ‘fontanera’ del PSOE, Leire Díez, detenida por presuntos amaños en la SEPI junto a ex altos cargos.
El premio especial, el relacionado con los escándalos sexuales, esa categoría que el PSOE, paladín del feminismo, domina con soltura. El clásico caso Tito Berni, con fiestas pagadas por empresarios, prostitutas y drogas en pleno confinamiento. Ahora, la cascada reciente: Paco Salazar, exasesor íntimo de Sánchez en Moncloa, apartado por conductas repulsivas en su trato hacia las compañeras; denuncias contra el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé; el líder del PSOE en Torremolinos, Antonio Navarro; y más casos brotando.
El partido que presume de la nefasta ley del «solo sí es sí» ahora acumula un ‘me too’ interno encabezado por figuras como Carmen Calvo y Adriana Lastra, que hace palidecer su credibilidad. Fuentes del entorno sanchista insisten en que todo es «fango» de la derecha, jueces y medios, pero los españoles ya le han cogido la medida a este Gobierno y los nefastos resultados en Extremadura es el claro reflejo de la hartura de la ciudadanía hacia las políticas socialistas. Los españoles están hartos de pagar este Gordo forzoso con un Gobierno acorralado por prisiones, juicios y denuncias.
Sánchez promete «contundencia» y planes anticorrupción, pero mientras, el bombo sigue girando.

