Fermín Bocos – Cambios en el Gobierno.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

El nombramiento de un nuevo secretario de Estado de Comunicación, encomienda que asume Félix Monteira, un periodista sólido y poco dado a callar lo que piensa, es un primer cambio en el Gobierno. Los demás, según todos los indicios, vendrán al concluir la presidencia española de la Unión Europea. Las noticias de los cambios que se avecinan no hay que espigarlas en las confidencias de los asiduos al teléfono del presidente del Gobierno. Se infieren de las encuestas. La popularidad de Zapatero está en el nivel más bajo desde que llegó a La Moncloa y también ha descendido la confianza de los votantes socialistas en la capacidad de su líder para sacar al país de la recesión económica. En este trance, más que en Maquiavelo, será en Lampedusa donde ZP buscará la inspiración para ganar tiempo, su gran objetivo en la política. Que cambien las cosas para que todo siga igual. Esa será su línea de actuación. La misma, por cierto, que a lo largo de estos años ha presidido los nombramientos en la Secretaría de Estado de Comunicación.

Cuatro en seis años. Miguel Barroso, el más listo, desdeñó la vanidad que ensancha la efímera fama que da salir en la televisión. Moraleda, que se creyó que era él y no Zapatero el responsable de la Comunicación. Nieves Goicoechea, que intentó, sin éxito, poner orden en el caos de órdenes y contraórdenes y, por último, Félix Monteira. Le deseo que acierte, aunque lo tiene difícil, porque, ya digo, el verdadero secretario de Estado de la cosa es el propio ZP y es sabido que está todo el día colgado del teléfono llamando y puenteando a ministros y secretarios. Le encanta. Es su manera de recordar quien manda.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído