José Cavero – La conversión al islamismo de Alicia Gámez.


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

A muchos nos ha dejado perplejos y atónitos la noticia que esta mañana de viernes nos proporcionaba el diario El País, según la cual, la cooperante liberada por sus secuestradores lo habría sido por dos razones fundamentales: primera y principal, por su conversión al islamismo. Y además, porque estaría enferma.

Según la crónica del corresponsal del referido diario en el norte de Africa, Ignacio Cembrero, tuvo acceso a un largo texto en el que Al Qaeda magrebí, AQMI, intenta justificar sus ataques contra ciudadanos españoles, y al que acompaña una fotografía en la que se ve a los tres rehenes catalanes poco después del secuestro -el 29 de noviembre en la principal carretera de Mauritania- y un vídeo. El rostro de la mujer está difuminado en la fotografía. En el vídeo, rodado aparentemente el pasado fin de semana, se ve a dos hombres caminar en el desierto rodeados de combatientes en armas. Se trataría de Roque Pascual y Albert Vilalta. Este último camina sin dificultad, por lo que se deduce que se ha recuperado ya de los tres balazos que recibió en una pierna el día del secuestro. Pues bien, dice el referido texto que «dado que Alicia Gámez se ha convertido al islam (…)» y «dado su estado de salud (…) los muyahidines decidieron liberarla». Y a continuación, precisan que la conversión fue «voluntaria» y que ahora su nuevo nombre es Aicha.

Al Qaeda da «gracias a Dios por haberla colocado en el camino recto y le ruega que su fe musulmana sea cada día más fuerte». Recuerda el periodista que los muyahidines se esfuerzan siempre por convertir a sus rehenes al islam. El médico español que examinó en Uagadugú a Gámez después de que fuese liberada, la encontró bien. De ahí que los argumentos esgrimidos en el comunicado parecen más bien un pretexto. Y en ese comunicado, el grupo terrorista se dirige al Gobierno español para recalcar que la liberación de Alicia-Aicha «es una iniciativa positiva que obliga [al Ejecutivo español] a responder favorablemente a nuestras peticiones legítimas que constituyen la única condición para que los otros ciudadanos [Vilalta y Pascual] salgan sanos y salvos». Y pide a la opinión pública española que presione al Gobierno.

AQMI no especifica en qué consisten sus «legítimas demandas». Según fuentes conocedoras de la negociación, se trata de un rescate de unos cinco millones de dólares (3,7 millones de euros) y de la excarcelación de un cierto número de presos islamistas de la prisión central de Nuackchot, capital de Mauritania. Esta última exigencia es difícil de satisfacer porque, por lo menos públicamente, el Gobierno de Mauritania se ha negado a soltar a ninguno de los 67 fanáticos islamistas que mantiene en prisión.

La misma crónica de cuenta de un segundo texto en el que la organización islamista reitera su tradicional y muy conocida explicación sobre por qué España es uno de sus objetivos: Recuerda que «ha participado con los aliados y con la OTAN en una guerra contra nosotros en Irak y Afganistán», una guerra no establece distinción entre civiles y militares, dice. «Y nosotros nos proponemos pagar a España y a sus ciudadanos con la misma moneda». «Mientras los musulmanes inocentes estén sufriendo, los españoles no van a estar en paz». Los terroristas de AQMI también se refieren a los condenados por el 11-M: «Los detenidos en España acusados de terrorismo, de los que se dice que están vinculados a nosotros, son personas inocentes, que no tienen ninguna relación con nosotros, ni de cerca, ni de lejos». Añade el texto que «los españoles son los primeros que deberían de conocer las bondades del islam y su gloria». «Ellos han tenido el honor de conocer la civilización islámica en Al Andalus», es decir durante la época en que la Península Ibérica estuvo islamizada. «Al Andalus es tierra de los musulmanes (…)».

La dirección de Al Qaeda concluye enviando un mensaje «tranquilizador sobre los dos secuestrados». Ambos «reciben un trato correcto por nuestra parte». «Podéis entrevistar a la hermana Aicha [Alicia] y aseguraros de que ella ha recibido un buen trato». Ahora queda por comprobar si Alicia Gámez confirmará su presunta conversión y su nueva religión O si, por el contrario, «sólo» padece un transitorio «síndrome de Estocolmo», que le hace proclamar que fue bien tratada durante los 101 días de su secuestro en el desierto…

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