Andrés Aberasturi – Y pese a todo, se aprobará.


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Que la subida del IVA -tan próxima ya- va a traer mas perjuicios que beneficios, es algo en lo que la inmensa mayoría de los estudiosos parecen estar de acuerdo; que subir el IVA es lo menos progresista que se vende en impuestos, también y que va a afectar muy seriamente a sectores como el del automóvil, el turismo y muy especialmente en la pequeña y mediana empresa, no lo discute casi nadie. Pero se va a probar. Se va a aprobar porque quien ha enarbolado la bandera en contra es el PP y salvo algún partido serio, el resto o se va a abstener o va a votar con el Gobierno. ¿Y se van a abstener porque les da igual? No, se abstendrán porque no quieren votar una iniciativa del PP.

Que se sepa, el Gobierno tienes dos aliados: Coalición Canaria y PNV. En el caso de Coalición la cosa está clara y lo ha dicho su presidenta Claudina Morales: esta formación ha mostrado su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para 2010 que, incluyen la subida del IVA, a fin de garantizar inversiones por más de 1.500 millones de euros en las islas. Es un razón de peso, claro, pero dudo mucho que sea realmente seria y solidaria; a cambio de una inversión en Canarias -que desde luego habría que hacer por muchos motivos- se vende el apoyo a una medida que va a perjudicar muy seriamente al conjunto del estado y a la economía de todo el país. Supongo que así es la democracia, pero reconocerán conmigo que esto no tiene pies ni cabeza y que un sistema que funciona de semejante forma, es, por lo menos, manifiestamente mejorable.

El caso del PNV es muy parecido; se pactó en su momento y a última hora el apoyo a los presupuestos -al que se le hicieron desde el grupo vasco enormes y muy duras críticas- y aquellos barros trajeron estos lodos. Lo de «pactar» es un eufemismo; en realidad sería comprar o, siendo benévolos, intercambiar. Pero no es del todo serio por muy democrático que parezca. No es serio porque la medida que se apoya con el voto favorable o se permite con la abstención, va a tener unos efectos a corto, medio y largo plazo negativos. Sólo el Gobierno, que necesita hacer caja con urgencia, cree en beneficiosos de la subida del IVA frente a la crítica generalizada del restos de los partidos y, como he dicho, de la mayoría de los expertos. Pero se va a aprobar. Y entre el silencio de unos y el «si» escasamente solidario de otros, entrará en vigor y todos seremos un poco más pobres o, mejor dicho, los más ricos serán casi igual de ricos y los más pobres serán mucho más pobres. Subir el IVA es lo último que se le debería ocurrir a un gobierno que se dice de izquierdas y que presume de socialista y le va a resultar muy difícil a IU y a otros grupos minoritarios -si al final se abstienen- explicar por qué lo hacen. En estas situaciones resuena la cantinela del recordado Julio Anguita: «programa, programa, programa» Y si el programa coincide con el PP, allá ellos y los que quieran resucitar aquella estupidez de la famosa «pinza». Uno hace lo que cree que debe hacer en la vida. Pero eso sirve para todos y para todo menos para la política y los políticos; tal vez por eso ya ocupan el número 2 -y subiendo- en la lista de las preocupaciones nacionales.

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