MADRID, 15 (OTR/PRESS)
Cuando el primer triunfo de Fernando Alonso con su nueva escudería se había convertido en la causa común de todos los medios de comunicación españoles, por encima del agobiante girigay de políticos y periodistas en torno a la crisis económica, el PP volvía a la carga por cuenta de la anunciada subida del IVA. Ni un día sin recordarle a Zapatero que España está al borde de la bancarrota por culpa de las medidas del Gobierno.
En este caso, la subida de los tipos general (del 16 al 18 por ciento) y reducido (del 7 al 8 por ciento) del IVA a partir del mes de julio, tal y como disponen los Presupuestos Generales del Estado para el año 2010, que es una ley aprobada por las Cortes Generales. Una excusa más para seguir apedreando a Zapatero. Está en la lógica de la confrontación entre el que gobierna y el que aspira a gobernar, aunque muy a menudo esa lógica se extravía en la creación de climas artificiales.
De inflar el suflé ya se han encargado la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, que está en el poder autonómico y en la oposición nacional, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, que tiene el poder en la calle Génova y su propia oposición interna en la oposición en la Puerta del Sol.
Lo de la lideresa es la «rebelión democrática» contra la subida del mencionado impuesto al consumo. Firmas, manifestaciones, protestas, lo que sea «para que el jefe del Ejecutivo no se quede con el dinero», en descarada expresión del consejero de Hacienda, Antonio Beteta. Lo de Rajoy, más institucional, consiste en someter este martes a la consideración del Congreso una moción para reclamar la anulación de la medida e impedir «el sablazo de un mal gobernante», una insidia similar a la de Beteta.
La moción es consecuencia de una anterior interpelación en la que el PP se había interesado por los motivos del Gobierno para mantener la subida del IVA «a pesar de la previsión europea de que perjudicará a la recuperación económica». Como las explicaciones del Gobierno no le convencieron ahora pide que la subida se retire, con la esperanza de que se sumen a la moción los votos suficientes para derrotar al Gobierno y demostrar que el PP está preparado para gobernar y sacarnos de la crisis.
Ganas de enredar. Primero, porque la moción no tiene ninguna posibilidad de salir adelante al tener enfrente el «bloque presupuestario». Además del PSOE, PNV y Coalición Canaria, básicamente. Es decir, la suma de votos de los partidos que a finales de diciembre aprobaron por mayoría absoluta la Ley de Presupuestos Generales del Estado 2010, uno de cuyos compromisos es la subida del IVA a partir de julio. Y segundo, porque este tipo de mociones, en las que «se insta al Gobierno a…», vienen a ser como cartas a los Reyes Magos, pues no tienen carácter vinculante. Aún en el hipotético caso de que CiU apoye esta iniciativa del PP, no le alcanzarían los votos ni la fuerza vinculante de la que carecen estas mociones.