MADRID, 4 (OTR/PRESS)
La celebración de los treinta años del triunfo de Felipe González ha sido la única noticia respirable de los últimos días. Todo lo demás se inscribe en el catálogo infinito y deprimente de los errores del Gobierno, el avance de la crisis, el aumento del paro, las huelgas sectoriales, los nuevos deberes que la OCDE intenta imponer a España, las consecuencias de las elecciones catalanas, la detención del expresidente de los empresarios españoles. Pero por encima de todo el recorte de las pensiones, algo que Rajoy y su Gobierno habían calificado como la últia de las decisiones. Pues bien, ya está tomada. La siguiente tendría que haber sido la dimisión inmediata de Rajoy y su Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas o de un referéndum para que el pueblo español se pronunciase sobre la política del Gobierno, que incumple todas sus promesas y que cumple muchas de las barbaridades políticas que en realidad no había prometido.
El recorte de las pensiones, con todo, es o debiera ser el final del experimento nefasto de un Gobierno que llegó al poder sobre la base del engaño a los españoles. España es un clamor de protesta generalizada contra esa política que caracteriza el año transcurrido desde que el PP ganó las elecciones generales por amplia mayoría. Solo le sostiene la debilidad del principal partido de la oposición, ese que acaba de conmemorar el 30 aniversario de su gran victoria del 28 de octubre de 1982. Felipe González ha dado a sus correligionarios la orden de reconstruir el partido y convertirlo de nuevo en un partido de gobierno. Ya escribí aquí que la única solución para acabar con la crisis y regenerar la democracia española es la alianza de los partidos de izquierda y los movimientos regeneracionistas, empezando por el 15-M y pasando por todos los que se ocupan de los diversos sectores de la realidad española sometidos a la crisis y a la presión insoportable de los más poderosos y menos solidarios. Aunque no les guste a los demás esto que digo, no hay nada que hacer si no es con la presencia y el protagonismo de ese nuevo PSOE.
