MADRID, 29 (OTR/PRESS)
No lo han podido soportar. No, no han podido soportar que un pequeño país como Grecia, con una economía irrelevante en el conjunto de la UE no haya bajado la cabeza. Me refiero a los que mandan sobre ese conglomerado de intereses económicos que tristemente dominan la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Y lo que menos soportan es que sea un gobierno de izquierdas el que se haya atrevido a alzar la voz contra ese política tenebrosa de austeridad que ha dejado en el camino a millones de familias sobre todo en el sur de Europa.
Sí, los que provocaron la crisis son los que han exigido que los ciudadanos de a pie paguen las consecuencias imponiendo unas medidas draconianas que ha llevado a menguar el Estado del bienestar y ha provocar bajadas salariales y unas reformas laborales que han provocado paro amen de una perdida de derechos de los trabajadores.
En España si es que el PP se pregunta por qué está perdiendo votantes tiene la respuesta precisamente en esas medidas de austeridad que han dejado a tantos ciudadanos en la cuneta, amen claro, de la corrupción.
Pero volvamos a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional, a cuyos dirigentes no les tiembla la voz cuando exigen que se bajen las pensiones, que se recorten los sueldos, que se despida a la gente, que se eliminen prestaciones sociales. Eso sí, quienes mandan en estas instituciones jamás han dado ejemplo personal de austeridad. Cobran unos sueldos fabulosos, tienen unos fondos de pensiones millonarios, viven en la burbuja de tenerlo todo sin que sientan la más mínima empatía por el resto de los mortales.
Pedir más austeridad a los griegos es pedirles que se suiciden. Pero los que dictan esa austeridad nada saben de lo que supone vivir con salarios de miseria.
Me gustaría ver a la «jefa» del Fondo Monetario Internacional, Cristina Lagarde, viviendo con quinientos, cuatrocientos o trescientos euros al mes. Igualmente me gustaría ver en esa misma circunstancia a Angela Merkel, Jean Claude Junker presidente de la Comisión o al presidente del Eurogrupo el «estirado» Jeron Disselbloem, por no hablar de Mario Dragui, etc, etc, etc. Sí todos ellos y todos los que mandan deberían de vivir durante una temporada como la gente de a pie.
Lo he escrito en otras ocasiones: esta no es la Unión Europea que muchos soñábamos. La UE debería de ser un espacio común principalmente al servicio de los ciudadanos, pero se ha convertido en la madrastra mala de las pesadillas infantiles.
A Grecia la hundieron los gobiernos de la derecha, y sí, también los últimos gobiernos del PASOK tienen su cuota parte de responsabilidad. Por eso resulta impúdico ver al líder de la derecha griega Samaras arremetiendo contra el Gobierno de Alexis Tsipras.
En realidad Tsipras lo que viene defendiendo es que le permitan pagar la deuda pero a otro ritmo sin ahogar más a sus conciudadanos y pide que la UE revise su política austericida que tanto sufrimiento ha causado y continua provocando. Y eso es lo que no perdonan el club de los poderosos, que un gobierno de izquierdas de un pequeño país alce la voz y defienda otras políticas. Los que mueven los hilos en la UE y en el FMI prefieren provocar un tsunami económico antes que modificar siquiera la letra pequeña de sus dictados. No pueden permitir que David siquiera dispare una china a Goliat. Por eso están castigando a Grecia. ¡Qué vergüenza!
