«Nada es tan sombrío como el futuro, excepto el pasado.»
La cita es del escritor Arthur Golden y viene a decir que tanto el futuro como del pasado pueden ser igualmente desalentadores o inquietantes.
En lo que se refiere al socialista Pedro Sánchez habría que matizar: tiene un pasado oscuro, un presente desastroso y su futuro, si en España hay Justicia digna de ese nombre, será tenebroso
El marido de Begoña se encuentra en una encrucijada política sin precedentes.
Los últimos sondeos dibujan un panorama desolador para el amo del PSOE, que ve cómo sus apoyos se desmoronan, mientras la derecha se consolida con una amplia ventaja.
La encuesta de Target Point, que publica El Debate este 26 de enero de 2025, es solo la punta del iceberg de una tendencia que parece imparable.
PP y VOX alcanzarían nada menos que 194 escaños, muy por encima de la mayoría absoluta.
El partido de Santiago Abascal sería el gran beneficiado, con un aumento de entre 14 y 16 diputados respecto a los 33 que tiene actualmente.
Mientras tanto, el PSOE sufre una caída de casi 3 puntos, quedándose en un exiguo 28,5% de los votos.
Pero no es la única encuesta que augura malos tiempos para Sánchez.
El barómetro de DYM para 20 Minutos también otorga una amplia mayoría a la derecha, con entre 182 y 190 escaños para PP y VOX.
El CIS, entregado al Gobierno Frankenstein, muestra igualmente un acortamiento de la distancia entre PSOE y PP, quedando los socialistas a solo 2,1 puntos de los populares.
Ante este sombrío panorama, ¿qué opciones le quedan a Sánchez?
La periodista Ana Martín las resume en tres: «la suicida, la inviable y la desesperada».
Veamos cada una de ellas:
- La opción suicida: someterse a la cuestión de confianza exigida por Puigdemont. Esto supondría una humillación política sin precedentes y probablemente el fin de su carrera.
- La opción inviable: resistir contra viento y marea. Apretar los dientes y tratar de agotar la legislatura, confiando en un milagro que revierta las encuestas.
- La opción desesperada: adelantar elecciones. Jugársela a una carta final antes de que el desgaste sea irreversible.
Ninguna de estas alternativas parece especialmente atractiva.
La primera supondría entregar las llaves del reino a Junts, algo que ni siquiera los más acérrimos defensores de Sánchez verían con buenos ojos.
La segunda implicaría gobernar en minoría, con una oposición envalentonada y unos socios cada vez más exigentes.
Y la tercera sería reconocer implícitamente el fracaso de su proyecto.
El reciente pleno del Congreso ha sido un fiel reflejo de esta situación límite.
De los tres decretos presentados por el Gobierno socialcomunista, solo uno salió adelante… ¡y gracias al apoyo del PP!
El decreto ómnibus, que incluía medidas tan importantes como la subida de las pensiones o las ayudas al transporte, pero escondía dentro decenas de concesiones a los nacionalistas periféricos y subidas de de impuestos fue tumbado por la pinza entre PP, VOX y Junts.
Un «siniestro total», en palabras del periodista Antonio R. Naranjo.
Esta derrota parlamentaria no hace sino confirmar lo que muchos ya intuían: la legislatura está herida de muerte.
Como señala Naranjo, «todo indica ya que Pedro Sánchez no va a llegar al verano».
Y es que el presidente se encuentra en una posición cada vez más precaria, atrapado entre las exigencias de sus socios y el acoso implacable de la oposición.
Paradójicamente, la caída de Sumar está amortiguando el descalabro socialista.
Según la encuesta de 40dB para El País, los de Yolanda Díaz se dejarían nada menos que 7,2 puntos respecto a las últimas elecciones.
Muchos de esos votantes parecen estar refugiándose en el PSOE, lo que explicaría que su caída no sea aún más pronunciada.
Otro dato curioso es el auge de nuevas formaciones como SALF, el partido del polémico Alvise Pérez. Aunque la mayoría de encuestas no le dan representación, su mera existencia supone una amenaza para el flanco derecho de Vox.
El dato más preocupante para el Gobierno Frankenstein es la fuga de votos entre bloques.
Según la encuesta de El Mundo, la derecha le estaría robando nada menos que 11 puntos a la izquierda.
Un fenómeno inédito que, de confirmarse en las urnas, supondría un terremoto político.
Y para terminar, un dato curioso: según la encuesta de Target Point, el líder mejor valorado entre sus propios votantes es… ¡Alvise Pérez!
Con una puntuación de 7,86, supera incluso a Abascal (7,67) y a Sánchez (6,5).
En política, como en la vida, a veces la realidad supera a la ficción.
