Solo 24 horas después de que el Parlament aprobara una medida de presión al Gobierno señalando qué tipo de financiación autonómica quieren los partidos nacionalistas para la Generalidad de Cataluña –es decir, copiar el modelo del concierto económico–, Artur Mas (CiU) reunió a «todos los altos cargos» de la Administración autonómica para decirles que participarán en «una misión histórica».
Según reveló este domingo La Vanguardia —Mas moviliza al Gobierno para «cambiar la historia»–, Mas, en una reunión poco habitual les manifestó a los casi 300 altos cargos de la Generalidad que «sois los generales de un ejército que es la Generalidad y que tiene una gran misión. De la Generalidad depende la suerte del país».
De directores de empresas públicas a arriba, hasta los consejeros, todos –colocados en la Administración autonómica por CiU o renovados por este partido– fueron arengados por Mas en un discurso más belicista que institucional, y más parecido a épocas pasadas.
El presidente autonómico les instó que le ayuden a «cambiar la historia» y a reducir lo que los nacionalistas utilizan como arma electoral, el supuesto déficit fiscal de la Generalidad con el resto de España, una cifra que los propios nacionalistas sitúan entre los 22.000 y los 16.000 millones de euros.
«ESTAR PREPARADOS»
Mas les adelantó que se acercan «los momentos más difíciles», «los peores obstáculos para gobernar que se ha encontrado nunca ningún gobierno», y aseguró que «todo apunta a un conflicto creciente con el Estado». Por ello les instó a «estar preparados» para todo tipo de acciones.
Sin embargo, a lo más que llega el diario del Grupo Godó –el único que se hizo con la exclusiva– es a traducir esta amenaza como un adelanto electoral para 2013. Así lo recoge Jordi Barbeta:
«En tal caso, sin pacto fiscal y con la caja vacía, a Artur Mas sólo le quedará como oferta electoral la bandera de la rebelión. Más tarde o más temprano, aseguran varios miembros del Gobierno [de la Generalidad], las próximas elecciones, sean cuando sean, se convertirán en un referéndum sobre el Estado propio».
«AUTÉNTICA OLEADA DE ENFADO»
Ya el pasado viernes –27 de julio de 2012– le tocó el turno de arengar a los más jóvenes de Convergència. Mas asistió a la XXX edición de la Escuela de Verano de la Joventut Nacionalista de Catalunya, que convocó a sus militantes bajo el lema «Construyamos el Estado propio».
El presidente autonómico, también de CDC y CiU, aseguró que si el Gobierno aplicaba la ley e intervenía las cuentas de la Generalidad se «desataría una auténtica oleada de enfado y de protesta en el conjunto de Cataluña».
Y añadió:
«No sería solo yo el que no permitiría la intervención política, estoy seguro de que sería el pueblo de Cataluña el que ante una amenaza de intervención política diría que ni hablar, porque ya sería el colmo, hablando claro, que aquellos que más contribuyen y que más adelante están desde el punto de vista de las políticas de austeridad fuesen intervenidos políticamente».
Mas reveló que ha enviado una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP), explicándole la resolución aprobada en el Parlament sobre el concierto económico reclamado por CiU, ICV-EUiA y ERC: «Si en la primera reunión nos dicen que no hay nada que hablar, se ha acabado. Pero, si son mínimamente listos, no lo harán».
«NOSOTROS VAMOS HACIENDO LAS MALETAS»
Finalmente, el secretario de Organización de CDC, Josep Rull, tampoco dejó pasar la oportunidad para alinearse con Mas y acusó al PP de recentralizar el Estado «en todos los aspectos». Así, según el diputado autonómico:
«No solo se está haciendo una ofensiva irresponsable contra el autogobierno de Cataluña, sino contra la nación, contra las personas, contra la sociedad civil. Esta ofensiva en toda regla no es improvisada, sino que hay un punto de intencionalidad muy evidente. El rechazo al diálogo quiere decir que tenemos la puerta abierta para marchas, por tanto, que lo tengan bien claro, nosotros vamos haciendo las maletas».
Soprendentemente, ante estas amenazas, posiciones bélicas y manifestaciones, el PP catalán -socio de CiU durante los últimos dos presupuestos, cuya abstención fue determinante para su aprobación- solo ha llegado a responder que, en los próximos meses, se pensarán su relación con CiU.

