Temperatura excelente. Unas medidas de seguridad inusuales- incluso hay colocados 300 maceteros gigantes de hormigón a lo largo de toda la Croisette con el fin de evitar el acceso de vehículos- y un minuto de silencio. El que ayer, a instancias del Festival, se guardó en el Palais en señal de repulsa al atentado ocurrido el lunes en Manchester.
Este año Cannes, con un cumpleaños redondo (70) y capitaneado de nuevo por Thierry Frémaux, quien tiene la habilidad de estar en todas las presentaciones y de tratar con el mismo cariño a la súper estrella y al director primerizo, ha seleccionado 19 películas a concurso en la Sección Oficial.
De las diez ya vistas, los críticos consultados por la revista especializada Screen International dictaminan que, por ahora, la rusa Loveless (Sin amor), de Andrey Zvyagintsev, es la mejor. Este film inspirado en Secretos de un matrimonio (Ingmar Bergman, 1973), narra la desaparición de un niño de 12 años atrapado en medio del amargo divorcio de sus padres.
Sin embargo, llama la atención que, por ejemplo, la magnífica The Square, del sueco Ruben Östlund (Fuerza Mayor), sobre el director de un museo de arte moderno a punto de lanzar una nueva instalación, se lleve la máxima puntuación de algunos informadores, mientras que, otros, como el diario francés Libération, le otorguen sin contemplaciones una aplastante cruz (es decir, un cero).
La cinta, en tono cómico, es sorprendente, impactante, originalísima, muy entretenida, y muestra escenas nunca vistas que, gusten o no, realmente dejan al espectador con la boca abierta. En Cannes siempre hay un cine que genera opiniones dispares. Lo que a uno le parece una obra maestra, a otro, puro aburrimiento, o simplemente una birria. Y viceversa.
Pero quedan varios días de muestra cinematográfica (acaba el domingo), y son cientos los largometrajes, documentales, cortos, y hasta realidad virtual (Carne y Arena, de Alejandro González Iñárritu), que se exhiben aquí.
En la competición Oficial falta por ver lo que ha hecho Sofia Coppola con The Beguiled (La seducción, estreno en España el 7 de julio), remake de una película de Don Siegel protagonizada por Clint Eastwood, quien, por cierto, el domingo dio en la sala Buñuel una masterclass.
También, entre otras, L´Amant Double, de Francois Ozon, o In the Fade, de Fatih Akin. Fuera de ella, lo nuevo de Roman Polanski, Basado en una historia verdadera, programada para el sábado, despierta máxima expectación. Además, en las sesiones especiales y en las secciones Una Cierta Mirada, Quincena de Realizadores, Semana de la Crítica y Cannes Classics todavía quedan títulos jugosos.
En estos primeros días ya hemos tenido oportunidad de conversar con celebridades mundiales de todo ámbito. Desde el político- el ex vicepresidente estadounidense Al Gore presentando “Una verdad muy incómoda: Ahora o Nunca”, secuela del documental ganador del Oscar sobre el cambio climático, o el ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger y sus Wonders of the Sea 3 D, en la que de la mano de Jean-Michelle Cousteau (hijo de Jacques Cousteau), alerta sobre la importancia de cuidar el océano- al puramente cinematográfico.
Por nombrar a algunos, cineastas tan valientes como el francés Michel Hazanavicius insistía que, a pesar de aparecer más que tangencialmente el Festival de Cannes en su película, para él fue una sorpresa estar seleccionado.
El ganador de la Palma de Oro y del Oscar por The Artist hace en Le Redoutable un retrato (y no demasiado complaciente) de Jean-Luc Godard, brillantemente encarnado por Louis Garrel. O actrices de la talla de Emma Suárez, ganadora el pasado febrero de dos premios Goya y “la mejor intérprete del mundo”, según Michel Franco, su director en Las hijas de Abril.
Todos dedican palabras bonitas al Festival de Cannes, no solo el certamen internacional de cine más importante, sino el evento cultural más relevante a nivel mundial, y muestran su alegría por estar aquí. En cuanto al Marché Du Film, también el mayor mercado de cine del planeta, el ambiente este año se mantiene. En este espacio se venden y compran películas, se cierran coproducciones y se atraen rodajes a los distintos países.
Piluca Querol, directora de Andalucía Film Commission, insiste en que muchos productores quieren conocer posibilidades de localizaciones, de incentivos fiscales y de industria. “En esta edición hemos cerrado el rodaje en Granada en septiembre de Granada Nights, una producción británica, pero también hemos puesto en marcha la posibilidad de otros diez proyectos para rodar en Andalucía” explica. “En el stand de España se vende el cine español y se atraen rodajes para el territorio. En Cannes hay que estar. Es el lugar”.
