Por supuesto que es cuestión de gustos, pero a mí estas películas que rayan en lo absurdo en cada secuencia me gustan, aunque realmente nada encaja hasta el momento final.
Repleta de flashbacks y con un contenido en donde el queso tiene un gran peso en el argumento, el director y guionista Daniel Hendler consigue un producto compacto y sugerente.

Todo ello gracias especialmente a la labor del actor principal, Sergio Prina, que desarrolla satisfactoriamente un papel bastante complicado.
Si te gusta el humor absurdo no te la pierdas.
3 ★★★
