Las autoridades cubanas tienen clara conciencia de esta situación
(Patricio Downes).-Laicos católicos cubanos señalaron que es «urgentísima» la necesidad de normalizar los vínculos entre sus compatriotas que residen en el extranjero, para no privarlos de sus derechos ciudadanos y permitir su aporte a la vida social de Cuba. La reflexión de Espacio Laical, en su Suplemento Digital, fue colgada por la entidad en la página de la Conferencia Episcopal de Cuba.
Recordó el Espacio Laical cubano que el tema fue analizado durante una sesión de La Nación y la Emigración, con cubanos residentes en el extranjero, a la que asistió el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, quien manifestó su voluntad de apoyar esta iniciativa.
«Esta viene a ser una necesidad urgente, porque es muy elevada la cifra de cubanos que residen en el extranjero y porque cada día aumenta vertiginosamente el número de los que marchan a otros países en busca de intentar conseguir sus anhelos, en algunos casos los más elementales anhelos. Lograr esa completa y estable relación constituye una necesidad urgentísima», señaló el texto de Espacio Laical.
Agregó que «instalarse en otro país no es una razón suficiente para que un cubano sea privado del disfrute de sus derechos ciudadanos, en su patria. En segundo lugar, porque la nación -ya de por sí empobrecida, lo cual se ahonda con la enorme sangría que representa dicha emigración- no puede darse el lujo de obstaculizar el aporte que esos compatriotas pueden darle a la vida social del país».
«Creemos que las autoridades cubanas tienen clara conciencia de esta situación y que aspiran a encontrar las mejores vías para solucionarla. Sin embargo, los dos últimos encuentros de este proyecto han perdido el exiguo brillo de los anteriores. Estos han colocado el diferendo entre los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba como aspecto principal y casi único de la agenda, con lo cual se ha reducido aun más la particularidad de los cubanos residentes en el extranjero que participan en esas reuniones», agregaron los laicos de la Iglesia cubana.
Lamentó asimismo que en los noticiosos se haya dejado de lado el avance de la intención de lograr un vínculo entre todos los emigrados, para centrarse en la crítica al gobierno de EE.UU., subrayando que el discurso del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada, estuvo dedicado totalmente a tratar el asunto del conflicto entre ambos países.
Agregó Espacio Laical que, «estas cuestiones, como el bloqueo norteamericano, y la condena -cuestionada por muchos- a cinco cubanos presos en Estados Unidos, claro que pueden, y hasta deben, estar en la agenda de estos encuentros; pero no han ser el eje central y determinante de los mismos, pues la necesidad de lograr el mejor vínculo entre la Isla y la emigración exige del análisis de muchísimos aspectos que no están relacionados de manera forzosa con el diferendo entre ambos Estados».
Entre otros temas, aconsejó no subordinar el acuerdo entre cubanos «a la conciliación con el gobierno de Estados Unidos. Es cierto que dicho arreglo político podría contribuir a facilitar el acomodo entre nacionales. Pero la realidad nos dice que esperar a por ello sólo contribuiría a nuestro empobrecimiento nacional».
«Se hace necesario invertir las variables, o sea, trabajar para arreglarnos entre nosotros, para que entonces el Gobierno de Estados Unidos se sienta estimulado, o cuasi obligado, a dar pasos en dirección a un arreglo, y ello a su vez contribuya a facilitar nuestro camino de encuentro nacional», indicó.
Consideró Espacio Laical que es «necesario ampliar este diálogo a toda la sociedad de la Isla y a muchísimos sectores de la emigración que tal vez incluyan ciertas críticas al Gobierno cubano; pero no partidarios de promover la subversión ni el aniquilamiento de nadie, sino más bien anhelan un acomodo en el que todos resulten ganadores».