A la gente le importa un pimiento las relaciones con mujeres que mantuvo Maciel -de las que nacieron varios hijos naturales-, pero lo que sí preocupa son los abusos y el ocultamiento
La SER ha tenido acceso al contenido de una reunión interna mantenida por la cúpula de los Legionarios de Cristo en España tres días antes del comunicado del Vaticano que ordenó refundar la Congregación.
En ese encuentro, celebrado el 28 de abril en un seminario de Salamanca, se constata la preocupación de los Legionarios por el impacto del escándalo tanto en su credibilidad como en sus finanzas. La reunión, de una hora y cuarto de duración, estuvo presidida por el Jefe de la Orden en España y a ella asistió cerca de un centenar de sacerdotes y religiosos.
Uno de los temas más comentados fue el de los abusos cometidos por el fundador de la Orden, el ya fallecido Marcial Maciel, y la falta de información interna al respecto. El asunto provoca diferencia de opiniones sobre la política seguida por la Congregación en la respuesta dada a las víctimas, y algunos asistentes piden que ese perdón sea claro y público, y no se limite a meros comunicados o contactos privados. Otro de los asistentes asegura que a la gente le importa un pimiento las relaciones con mujeres que mantuvo Maciel -de las que nacieron varios hijos naturales-, pero lo que sí preocupa son los abusos y el ocultamiento que se ha hecho de los mismos.
También hay referencias a las finanzas de la organización, conocida en algunos ámbitos como los «Millonarios de Cristo» por sus florecientes conexiones con el mundo financiero y empresarial.
Uno de los legionarios muestra su inquietud por la cuestión del dinero y asegura que hay mucha gente preocupada por perder su trabajo. En la reunión se revela que hay preocupación en los consejos directivos y comités de riesgos de los bancos vinculados a los Legionarios y se pone como ejemplo que en Italia se han suspendido ya unos 200 créditos. También se comenta el descrédito que está sufriendo la Orden y se refiere la bronca monumental que recibió un alto cargo de los legionarios por parte de un importante empresario francés que le reprocha formar parte de una institución moralmente corrupta.
Algunos legionarios lamentan también la falta de comunicación interna y el hecho de haber recibido información de sus superiores con cuenta gotas, lo que puede provocar cierta sensación de desconfianza o de ocultamiento. Algún asistente a la cita llega a señalar que esa actitud siembra dudas sobre si no habrá más de lo que realmente nos cuentan.
En la reunión no faltan tampoco las referencias a los medios de comunicación. A modo de ejemplo se advierte a los asistentes de que estén al loro por la posible llegada a España de dos periodistas enviados por el New York Times.
