Gran expectación y solo dos buenos toros, ambos del hierro de Juan Pedro Domecq. Castella cortó una oreja por la mínima del cuarto que fue muy protestada. José María Manzanares otra merecida del quinto astado pese a las reticencias de unos pocos.
Y Alejandro Talavante, muy valiente y de menos a muy más con el difícil sexto toro que terminó rompiendo gracias a su meritísimo tesón, perdiendo trofeos por pinchar.
Este 20 de mayo de 2011 hubo muchas más guapas que feas en Las Ventas. Y mucha gente de afuera de Madrid también. Al entrar a la plaza, pareció que las localidades la iban a ocupar el doble de los que caben. Gran expectación.
No era para menos. Pero los toros fallaron en la primera mitad del festejo. Menos mal que la segunda parte resultó triunfal, competidora y hasta apasionante.
Si el primer toro hubiera tenido fuerza, las protestas que surgieron al verlo salir habrían quedado tapadas por la nobleza que llevaba dentro.
Cubierto simplemente el trámite de los dos primeros tercios, Castella lo tanteó por bajo con la mano derecha y lo llevó a los medios donde lo toreó por redondos a conveniente media altura sin conseguir más que unas poquitas palmas mientras los sietemesinos gritaban miau y tocaban palmas de tango. Brevísimo con la izquierda y a matar mala aunque prontamente.
Se reanudaron las protestas aunque más contenidas cuando salió el también flojo segundo que pasó a banderillas casi sin picar. También distraído, al menos se prestó al lucimiento en banderillas. A la ovación para Curro Javier siguió el expectante silencio a la espera de lo que hiciera Manzanares.
Sobresalieron los olés y las palmas sobre los pitos mientras lo toreó a media atura por redondos que ligó a una trinchera y la mayoría pidió a gritos que se callaran los reventadores. La paciencia y la calma del alicantino fue imponiéndose a duras penas al natural por lo que se defendió el toro y enganchó la flámula con el «puuum petardo» de los al final satisfechos tras el estoconazo caído del que murió el toro.
La flojera continuó dominando con el tercero, pero esta vez los reventadores aminoraron las protestas por preferir que en esta corrida triunfara Talavante en vez de Manzanares.
En principio poco más resistente el animal, Talavante empezó bien aunque a menos temple con la derecha y no tan brillante al natural que es la gran especialidad del extremeño. Con el toro ya a la defensiva y se acabó lo que se daba. Empate a cero entre los contendientes, pues, y la gente mascullando.
Los buenos y templados delantales de Castella en el recibo del muy cuajado cuarto, evidenciaron la buena condición del toro que aceptó con fijeza el castigo y galopó en palos, lo que abrió un hueco a la esperanza y, el distraerse, otro al desencanto.
Predominó lo primero. Muy buen toro para la muleta y Castella, por fin, a gusto para empezar con redondos, aunque de seguido a disgusto por no templar adecuadamente. La verdad es que este toro tuvo veinte embestidas de categoría y que tampoco esta vez estuvo Castella a la altura de su oponente ni de él en sus mejores tiempos.
Las verónicas y los delantales de Manzanares en el recibo del bravo quinto, supieron a gloria. También Barroso a caballo y en palos Trujillo y Blázquez. Pero la faena que siguió del alicantino, no supo a menos. De nuevo con su prodigiosa mano derecha, esta vez más poderosa que templada.
Los naturales, rotundamente desmentidores de que con la zurda baja su nivel. Corto quedó finalmente el toro y por ello enrarecidos sus dos últimos redondos para abrochar con un gran volapié que otra vez le dio el triunfo. Manzanares está devolviendo categoría que merece a la suerte suprema y una feria para recordar.
Valiente, dramática, grande al final por naturales fue la importante aunque forzosamente irregular faena de Talavante con el difícil sexto que vendió muy caro su escondido buen pitón izquierdo. Lástima que pinchara antes de agarrar una estocada suelta. Dio una vuelta al ruedo de campeonato.
DOS GANADERÍAS / CASTELLA, MANZANARES, TALAVANTE
Rechazados los toros anunciados de Garcigrande. Cuatro toros de Parladé, y dos -cuarto y quinto- de Juan Pedro Domecq, muy justos de presentación, muy blandos y nobles; destacaron cuarto, quinto y sexto.
Sebastián Castella: media baja (silencio); gran estocada (oreja).
José María Manzanares: estocada caída (palmas); estocada caída (oreja).
Alejandro Talavante: pinchazo, estocada y un descabello (silencio); -aviso-, pinchazo, casi entera atravesada, un descabello -segundo aviso- y un descabello (vuelta al ruedo).
Plaza de Las Ventas, 20 de mayo. Undécima corrida de feria. Lleno.

