El sistema de pensiones español está experimentando una transformación sin precedentes.
Los datos más recientes de la Seguridad Social confirman que España ha superado por primera vez la barrera de las mil jubilaciones diarias, un hito que marca el inicio de un periodo de intenso crecimiento en el número de pensionistas.
Esta tendencia, lejos de ser una anomalía temporal, representa el comienzo de un fenómeno demográfico largamente anticipado: la jubilación masiva de la generación del baby boom.
Durante los primeros cuatro meses de 2025, más de 120.000 personas han accedido a una pensión contributiva de jubilación, mientras las bajas, principalmente por fallecimiento, se mantienen estables en torno a las 22.000 desde 2021.
Un dato especialmente relevante es que la prestación media de las nuevas altas de jubilación superó en abril los 1.562 euros mensuales, 287 euros más que en el mismo mes de 2018.
El impacto del baby boom en el sistema de pensiones
La generación del baby boom, caracterizada por ser la más numerosa de la historia española y por contar con largas carreras de cotización, está comenzando su desembarco masivo en el sistema de pensiones. Este fenómeno demográfico está teniendo un impacto directo tanto en el número de pensionistas como en la cuantía media de las prestaciones.
Los nacidos durante este periodo, que abarca aproximadamente desde finales de los años 50 hasta mediados de los 70, están accediendo a la jubilación con carreras laborales más completas y bases de cotización más altas que generaciones anteriores, lo que explica que sus pensiones iniciales sean significativamente más elevadas que la media del sistema.
Radiografía actual del sistema de pensiones
El sistema español de pensiones atiende actualmente a un volumen sin precedentes de beneficiarios. Según los últimos datos disponibles, en abril de 2025 se registraron 10,32 millones de pensiones, lo que representa un aumento del 1,72% respecto al mismo mes del año anterior. Estas pensiones corresponden a aproximadamente 9,34 millones de pensionistas, ya que algunos beneficiarios reciben más de una prestación.
Por sexos, el sistema cuenta con 4,71 millones de hombres pensionistas y 4,63 millones de mujeres. Sin embargo, persiste una notable brecha de género en la cuantía de las prestaciones: mientras la pensión media de los hombres en mayo de 2025 fue de 1.570,39 euros, en el caso de las mujeres ascendió a 1.078,49 euros.
El gasto total en pensiones alcanzó los 13.515,2 millones de euros en abril de 2025, un 6,33% más que en el mismo mes del año anterior. Las pensiones de jubilación representan el mayor desembolso, con 9.882,3 millones de euros, seguidas por las de viudedad (2.192,95 millones), incapacidad permanente (1.225,79 millones), orfandad (178,03 millones) y las de favor familiar (36,13 millones).
Evolución de las cuantías y revalorización
La pensión media del sistema se situó en abril de 2025 en 1.309,07 euros mensuales, mientras que la pensión media de jubilación alcanzó los 1.503,31 euros. Estas cifras reflejan el impacto de las sucesivas revalorizaciones aprobadas en los últimos años.
Para 2025, el Gobierno aprobó una revalorización general del 2,8% para las pensiones contributivas, correspondiente a la inflación media entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024. Este incremento ha supuesto que un pensionista que percibía una pensión media de jubilación de 1.441 euros mensuales en 2024 pase a recibir 1.481,35 euros en 2025, lo que representa un aumento de 564,87 euros anuales.
Además, las pensiones mínimas experimentaron una subida del 6%, las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital un 9%, y las de viudedad con cargas familiares un 9,1%. Con estas medidas, la pensión mínima para los pensionistas de 65 años o mayores se fijó en 12.241,60 euros anuales, elevándose a 15.786,40 euros en el caso de jubilados con cónyuge a cargo.
Tendencias y sostenibilidad del sistema
Un fenómeno interesante que está cobrando relevancia es el aumento de las jubilaciones demoradas, que ya representan el 11,2% de las nuevas altas, más del doble que en 2019 (4,8%). Este cambio refleja el impacto de los incentivos introducidos para prolongar la vida laboral más allá de la edad ordinaria de jubilación.
Sin embargo, el principal desafío para la sostenibilidad del sistema sigue siendo demográfico. Los pensionistas permanecen en el sistema cobrando prestación durante casi 19 años de media, un periodo que tiende a alargarse con el aumento de la esperanza de vida. Al mismo tiempo, la relación entre cotizantes y pensionistas se está deteriorando progresivamente.
Actualmente, España cuenta con aproximadamente 19,5 millones de ocupados frente a 8,81 millones de pensionistas. Esta ratio de poco más de 2 trabajadores por cada pensionista está lejos de los 4 trabajadores por pensionista que se consideran óptimos para garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo.
Perspectivas de futuro y retos demográficos
El proceso de jubilación de la generación del baby boom, que apenas ha comenzado, se intensificará en los próximos años y se extenderá durante más de una década. Este fenómeno, combinado con la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida, plantea serios desafíos para la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Las proyecciones demográficas indican que el envejecimiento de la población española se acelerará en las próximas décadas. Si bien no se dispone en los resultados de búsqueda de datos específicos sobre cuántos jubilados habrá en España en 2050, las tendencias demográficas sugieren un aumento sustancial del número de pensionistas y una disminución relativa de la población en edad de trabajar.
El límite máximo establecido para la percepción de las pensiones públicas en 2025 es de 3.267,60 euros mensuales o 45.746,40 euros anuales, una cifra que previsiblemente seguirá actualizándose en función de la evolución económica y presupuestaria del país.
Medidas para garantizar la sostenibilidad
Ante este escenario, se han implementado diversas reformas orientadas a reforzar la sostenibilidad del sistema. Entre ellas destacan los incentivos a la prolongación de la vida laboral, que están mostrando resultados positivos con el aumento de las jubilaciones demoradas.
La revalorización de las pensiones conforme al IPC, establecida por la Ley 20/2021, ha garantizado el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. Según declaraciones de la ministra Elma Saiz, «una pensión de 1090 euros habría crecido solo 19 euros al mes en 7 años, entre 2018 y 2025, con la anterior legislación. Gracias al Gobierno de coalición, que ha garantizado una revalorización conforme a la subida de precios por ley, esta misma pensión ha aumentado 270 euros al mes, lo que supone 4.000 euros más al año».
El sistema de pensiones español se encuentra, por tanto, en un momento crucial. El desafío consiste en garantizar pensiones dignas y suficientes para una población jubilada cada vez más numerosa, manteniendo al mismo tiempo la sostenibilidad financiera del sistema. La evolución demográfica, las políticas de empleo, la productividad económica y las futuras reformas del sistema determinarán en gran medida la capacidad para afrontar con éxito este reto.
