España vive una situación inédita: el fenómeno del “yihadismo TikTok” ha puesto en máxima alerta a las fuerzas de seguridad, que constatan un aumento récord de menores detenidos por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista.
En los últimos dos años, el número de arrestos de jóvenes vinculados a la radicalización islámica ha crecido de forma alarmante, situando a nuestro país entre los más afectados de Europa por este fenómeno emergente.
Las palabras clave de enfoque —alerta policial, menores radicalizados, redes sociales y yihadismo— resuenan con fuerza en los últimos informes de Interior y en el debate público.
El último informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, dependiente del Ministerio del Interior, lo deja claro: en 2024 se detuvieron 15 menores por yihadismo, más del doble que el año anterior, y en el primer semestre de 2025 ya van 7 arrestos.
Entre 2017 y 2022 apenas se registraron 8 detenciones de menores, lo que pone en perspectiva la magnitud del salto. España y Francia concentran el 55% de las detenciones de adolescentes extremistas en Europa, consolidando el perfil del menor como nuevo objetivo del reclutamiento radical.
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Redes sociales: el epicentro de la radicalización
La clave del fenómeno está en el uso masivo y creativo que las organizaciones yihadistas hacen de las plataformas digitales. El investigador Lorenzo Vidino ha acuñado el término “yihadismo TikTok” para describir cómo las redes sociales, especialmente TikTok, Instagram y YouTube, se han convertido en el canal preferente para captar y adoctrinar a los más jóvenes.
Los yihadistas han perfeccionado sus estrategias de propaganda online: vídeos cortos, memes y mensajes visuales diseñados para viralizarse y conectar emocionalmente con adolescentes, segmentando a su público y explotando sus vulnerabilidades. La facilidad para crear perfiles anónimos, el alcance global de la red y la dificultad para detectar contenido cifrado o en lenguaje codificado complican la tarea policial.
En el último operativo de Europol, en el que participó España, se eliminaron más de 2.000 contenidos violentos destinados a menores, de los cuales 450 fueron localizados gracias a la colaboración de la Policía Nacional, Guardia Civil y cuerpos autonómicos. Los expertos coinciden: las redes sociales no solo difunden el mensaje radical, sino que también crean comunidades cerradas donde se fomenta el aislamiento, la obediencia ciega y la planificación de posibles acciones violentas.
Perfil del nuevo radical: joven, digital y vulnerable
La mayoría de menores detenidos en España por yihadismo presentan rasgos comunes:
- Edad entre 14 y 17 años.
- Mayoría de origen musulmán, aunque también hay casos de conversos o de segunda generación.
- Residencia en áreas urbanas y, especialmente, en enclaves como Ceuta y Melilla, donde la proporción de población musulmana supera el 40% y existen focos de marginalidad y desarraigo.
- Consumo intensivo de redes sociales y escasa supervisión familiar.
- Contacto con perfiles que difunden propaganda yihadista, a veces gestionados por adultos desde el extranjero.
Los psicólogos alertan de la facilidad con la que los adolescentes pueden ser seducidos por narrativas de “heroísmo”, “justicia” o “venganza”, así como por la promesa de pertenencia a una comunidad poderosa. Las plataformas digitales han democratizado el acceso a estos discursos, eliminando la necesidad de contactos físicos previos y acelerando los procesos de radicalización.
Evolución del yihadismo en España: del 11-M a la era TikTok
El yihadismo en España ha evolucionado en dos décadas. Tras los atentados del 11-M en Madrid (2004), la respuesta policial fue contundente, pero el fenómeno mutó. Los grandes comandos dieron paso a células pequeñas, lobos solitarios y, ahora, a grupos de adolescentes coordinados online.
El salto más dramático llegó en 2017, con los atentados de Barcelona y Cambrils, donde una célula compuesta por jóvenes marroquíes cometió varios atropellos y apuñalamientos, dejando 16 muertos y más de 300 heridos. El grupo había sido adoctrinado por el imán de Ripoll, Abdelbaki es Satty, y planificaba un gran atentado con explosivos en lugares emblemáticos, truncado por una explosión accidental.
Desde entonces, los servicios de inteligencia han detectado que el yihadismo no solo ha sobrevivido a la presión policial, sino que ha sabido adaptarse, trasladando su labor de captación y adoctrinamiento al terreno digital, donde la vigilancia es más compleja y la velocidad de propagación del mensaje, mucho mayor.
Cifras y datos clave
- En 2024, 81 personas fueron detenidas en España por actividades yihadistas, la cifra más alta desde 2005.
- De estos, 15 eran menores de edad; en el primer semestre de 2025 ya son 7.
- España lidera el ranking europeo en detenciones por yihadismo, por delante de Francia, Italia y Alemania.
- Más del 20% de los contenidos violentos retirados en la última operación de Europol fueron localizados por cuerpos policiales españoles.
- Ceuta y Melilla concentran una parte significativa de la actividad yihadista, por factores sociales, económicos y geográficos.
Testimonios y análisis de expertos
El catedrático Manuel R. Torres Soriano resalta que los terroristas son “usuarios tempranos de nuevas tecnologías”, buscando plataformas que les permitan evadir la vigilancia y maximizar su impacto. El profesor Luis de la Corte Ibáñez subraya que el entorno de Ceuta y Melilla, con alta tasa de paro y fracaso escolar, facilita la captación de jóvenes, especialmente cuando se sienten marginados o discriminados.
Las fuerzas de seguridad insisten en la necesidad de una vigilancia reforzada en el entorno digital, cooperación internacional y campañas de prevención dirigidas tanto a menores como a sus familias. El reto es doble: frenar la difusión de la propaganda y ofrecer alternativas sociales y educativas que reduzcan la vulnerabilidad de los adolescentes.
Anécdotas y curiosidades
- En 2024, un ciudadano marroquí de 45 años fue detenido en Málaga por gestionar un perfil de TikTok que incitaba a cometer atentados y promovía la captación de terroristas, demostrando que adultos actúan como dinamizadores de la radicalización juvenil.
- En Alicante, la Policía Nacional arrestó a una mujer de origen mexicano profundamente radicalizada por DAESH, que utilizaba las redes sociales para reclutar y difundir contenido extremista.
- Las operaciones policiales han llevado a detenciones en lugares tan diversos como Teulada (Alicante), Cornellà (Barcelona) y Colmenar Viejo (Madrid), lo que confirma el carácter descentralizado y disperso del fenómeno.
Claves para entender el futuro de la amenaza
El “yihadismo TikTok” representa un desafío inédito para España: combina la rapidez y el anonimato de las redes sociales con la vulnerabilidad emocional de los adolescentes. La alerta policial no es solo una cuestión de cifras, sino de adaptación a una amenaza que ya no distingue fronteras físicas, ni edades. La colaboración entre cuerpos policiales, instituciones educativas y familias será crucial para frenar la expansión de la radicalización digital y proteger a una generación especialmente expuesta al reclutamiento extremista.
