La Casa Rosada vivió una jornada marcada por la euforia y los nervios. El presidente Javier Milei, junto a su gabinete, anunció dos medidas que prometen transformar radicalmente la economía argentina: el fin del cepo cambiario y la concreción de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20.000 millones de dólares. Estas decisiones, que forman parte de un plan económico ambicioso, buscan estabilizar las cuentas públicas y abrir una nueva etapa para el país.
En cadena nacional, Milei calificó este acuerdo como «inédito» y subrayó que “eliminamos el cepo cambiario para siempre”. Este anuncio llega tras meses de negociaciones intensas con el FMI y en un contexto de urgencias económicas marcadas por la inflación y una caída crítica en las reservas del Banco Central. Según el ministro de Economía, Luis Caputo, se trata del paso final de la «fase 3» del plan económico, enfocado en recapitalizar al Banco Central y garantizar la estabilidad monetaria.
Fin del cepo: ¿un alivio o un desafío?
La eliminación del cepo cambiario supone uno de los compromisos más esperados por los sectores económicos y empresariales. Desde su implementación hace años, este control había sido criticado por limitar las operaciones cambiarias y distorsionar el mercado. Sin embargo, su levantamiento plantea interrogantes sobre los efectos inmediatos en el tipo de cambio y los precios internos.
De acuerdo con las condiciones pactadas con el FMI, Argentina deberá transitar hacia un esquema de flotación libre del dólar, lo que podría generar volatilidad en los primeros meses. El organismo internacional había insistido en un «salto devaluatorio inicial», aunque el gobierno optó por postergar esta medida para evitar impactos políticos adversos antes de las elecciones generales previstas para octubre.
La Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) respaldó la decisión, calificándola como «oportuna y conveniente», al considerar que mejorará la capacidad del Banco Central para gestionar sus políticas monetarias y financieras. Sin embargo, expertos advierten que sin un control efectivo sobre la inflación —que en marzo alcanzó un preocupante 3,7 %— los beneficios podrían diluirse rápidamente.
El acuerdo con el FMI: ¿una nueva oportunidad?
El préstamo otorgado por el FMI incluye un desembolso inmediato de 15.000 millones de dólares y está diseñado para extenderse durante cuatro años, con revisiones trimestrales y un plazo de devolución a diez años. Este programa busca no solo aliviar las presiones sobre las reservas internacionales —que alcanzaron su nivel más bajo en catorce meses— sino también consolidar reformas estructurales destinadas a mejorar la sostenibilidad fiscal del país.
Desde Washington, el FMI destacó los avances iniciales del gobierno argentino en reducir déficits fiscales y cuasifiscales, aunque subrayó que será necesario mantener un estricto cumplimiento de metas para garantizar el éxito del programa. Entre estas metas se incluye una mayor apertura comercial y la eliminación progresiva de subsidios energéticos.
Negociaciones con Estados Unidos: aranceles bajo revisión
En paralelo al anuncio económico, Javier Milei confirmó que iniciará negociaciones con el gobierno de Donald Trump para revisar los aranceles comerciales impuestos a productos argentinos. Este acercamiento busca potenciar las exportaciones nacionales hacia uno de sus principales socios comerciales, compensando así los desafíos internos derivados del ajuste fiscal.
Según fuentes oficiales, este diálogo bilateral incluirá sectores clave como el agroindustrial y el energético, ambos esenciales para reactivar la economía local. Aunque todavía no se han detallado los plazos ni las condiciones específicas, desde Cancillería consideran que esta iniciativa representa una oportunidad estratégica para mejorar la competitividad argentina en mercados internacionales.
Una Casa Rosada entre festejos e incertidumbre
Dentro del gobierno, la jornada fue celebrada como un punto de inflexión histórico. El expresidente Mauricio Macri calificó estos anuncios como “un gran día para Argentina”, destacando que medidas como el fin del cepo son esenciales para recuperar la normalidad económica. No obstante, voces críticas advierten que este acuerdo podría aumentar la dependencia financiera del país frente a organismos internacionales como el FMI.
En contrapartida, sectores opositores cuestionaron la falta de consenso político detrás de estas decisiones y señalaron riesgos asociados a posibles ajustes sociales derivados del acuerdo económico.
En definitiva, mientras algunos celebran lo que consideran un paso firme hacia la estabilidad macroeconómica, otros temen que este sea solo un alivio temporal en medio de una crisis profunda cuya resolución dependerá tanto de factores internos como externos.

