Cuba atraviesa un diciembre sombrío. La organización Prisoners Defenders ha actualizado su registro: 1.192 prisioneros políticos, un récord que sigue en aumento mes tras mes.
De este total, 744 están encarcelados y 448 cumplen penas restrictivas bajo constante vigilancia.
Todo esto ocurre mientras Miguel Díaz-Canel reconoce que el PIB se encuentra en caída libre, con una contracción del 4% en el tercer trimestre de 2025, acompañado de una inflación descontrolada y una escasez alarmante de alimentos y medicinas.
El régimen atribuye esta situación al embargo impuesto por Estados Unidos y a los efectos del huracán Melissa, pero las cifras son contundentes.
La economía se desmorona, dejando a la población sin electricidad, sin acceso a alimentos regulados y con precios por las nubes. En medio de este caos, el gobierno opta por construir más prisiones.
El poder en Cuba y su forma de reprimir
Miguel Díaz-Canel ejerce la presidencia desde 2018, aunque el verdadero poder reside en el Partido Comunista de Cuba (PCC), el único legal en la isla. Díaz-Canel, primer líder no proveniente de la familia Castro, encabeza el Consejo de Estado y el Ejecutivo. No obstante, Raúl Castro continúa teniendo influencia como figura histórica, a pesar de estar formalmente retirado.
El control se ejerce a través de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), responsables de detener, torturar y vigilar a los disidentes. En noviembre de 2025, se registraron 19 nuevos prisioneros: 16 hombres y 3 mujeres, la mayoría arrestados por expresar quejas pacíficas entre octubre y noviembre.
- 743 presos del 11J: 409 encarcelados como convictos de conciencia, mientras que 334 enfrentan restricciones.
- 126 mujeres políticas: 46 tras las rejas y 80 bajo libertad condicional con amenazas constantes.
- 33 menores: 10 en prisión y 23 bajo vigilancia, condenados por motivos ideológicos sin haber recurrido a la violencia.
Estos datos provienen del informe mensual elaborado por Prisoners Defenders y evidencian un patrón claro: el Estado utiliza la justicia para castigar protestas pacíficas en lugar de abordar delitos reales.
Violaciones sistemáticas a los derechos humanos
Las cárceles cubanas son auténticos infiernos. El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas reportó 71 violaciones durante noviembre de 2025 en 27 centros repartidos por 14 provincias. Estas incluyen:
- 55 casos de hostigamiento y represión.
- 29 negaciones de atención médica.
- 13 traslados arbitrarios.
- 9 golpizas y torturas.
- 10 celdas destinadas al castigo.
Dos prisioneros perdieron la vida bajo custodia estatal. Además, otros 18 realizaron huelgas de hambre exigiendo derechos básicos. Tanto Human Rights Watch como Amnistía Internacional han denunciado detenciones arbitrarias, tratos crueles e inhumanos contra críticos del régimen, periodistas y manifestantes.
Algunos casos concretos ilustran esta brutalidad:
- Mario Víctor Liqui Rodríguez: Golpeado tanto por agentes como por otros reclusos bajo órdenes del sistema de seguridad.
- Yosvani Rosell García: Sentenciado a 15 años por sedición tras las protestas del 11J, ha sufrido palizas y amenazas de muerte.
- Jóvenes en Las Tunas: Acusados injustamente de atacar a la policía durante una protesta pacífica, ahora están recluidos en centros donde son sometidos a torturas.
Amnistía Internacional destaca que existe discriminación hacia mujeres, personas afrodescendientes y miembros del colectivo LGBTI+. Por su parte, la CIDH advierte sobre desafíos estructurales relacionados con los derechos humanos en Cuba.
Una economía devastada que alimenta la represión
En palabras claras de Díaz-Canel, durante el XI Pleno del PCC: el PIB ha disminuido más del 4%, con una inflación disparada y una economía paralizada; además, la generación eléctrica enfrenta serias dificultades. La CEPAL prevé un descenso del -1,5% para todo el año 2025, posicionando a Cuba como el segundo país con peor rendimiento económico en Latinoamérica después de Haití.
Entre las razones subyacentes destacan:
| Factor | Detalle | Impacto |
|---|---|---|
| Inflación | Alcanzó un impresionante 41% en el primer semestre de 2025 | Poder adquisitivo prácticamente aniquilado |
| PIB | Caída del -4% en el tercer trimestre | Recesión desde hace años; acumulando una pérdida total de doce puntos |
| Dólar | Devaluación drástica: pasó de 24 a 525 CUP | Aumento exponencial de la pobreza; remesas en descenso |
| Energía | Déficits diarios alarmantes | Parálisis tanto industrial como cotidiana |
| Alimentos | Producción entre un preocupante 30% y un máximo del plan establecido | Escasez crónica; fallidas importaciones |
El gobierno ha anunciado hasta 700 medidas que incluyen eliminar subsidios, implementar una dolarización parcial o aumentar tarifas. Sin embargo, muchos critican que estas acciones no abordan los problemas estructurales fundamentales. El conglomerado militar GAESA, que controla gran parte del país sin rendir cuentas ante nadie, sigue siendo un obstáculo para cualquier cambio real. Las inversiones extranjeras están estancadas y las crecientes deudas han distanciado aún más a aliados clave como Rusia y China.
Desde el estallido del 11J hasta este récord
Todo comenzó con las protestas del 11J en 2021, cuando cientos salieron a las calles exigiendo alimento y soluciones ante apagones constantes. El régimen reaccionó arrestando a un total inesperado: hasta hoy hay registrados unos 743 prisioneros políticos derivados directamente de aquellas manifestaciones. Desde entonces, la lista ha seguido creciendo; solo entre octubre y noviembre de este año se sumaron otros nuevos casos.
La represión parece ser la única respuesta que tiene el gobierno ante el creciente descontento social. Según afirma Prisoners Defenders, esta es su herramienta principal para mantenerse en pie ante una crisis galopante. Torturas, hacinamiento e infecciones acaban con la vida tanto de reclusos comunes como políticos.
La economía cubana ya mostraba signos preocupantes desde antes; desde el año pasado ha enfrentado múltiples crisis: la pandemia afectó gravemente al turismo e hizo caer las exportaciones un preocupante siete por ciento; además hay que sumar las sanciones internacionales e ineficiencias internas que han paralizado sectores clave como la industria azucarera.
