LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

La descarnada confesión de un socialista a Ignacio Camacho: «Quiero creer que no nos hemos vuelto gilipollas e ir a terceras elecciones»

"Si después de la bronca vamos a las urnas, aunque sea con un candidato nuevo y circunstancial, tipo Gabilondo, sería un harakiri"

Variedad de temas este 16 de octubre de 2016 en las tribunas de opinión y editoriales de la prensa de papel. Desde las confesiones de un socialista explicando que no se puede volver a unas terceras elecciones, al sabor que ha dejado la reelección de Miquel Iceta al frente del PSC o el famoso chivatazo del ‘caso Faisán’.Ignacio Camacho, en ABC, reproduce una conversación con un importante socialista, no sabemos si diputado o no, pero que deja bien a las claras que el mal menor para el PSOE será abstenerse en la investidura de Rajoy aunque sea haciendo que once parlamentarios acaben distrayéndose por el camino:

«Más que preguntarme si nos vamos a abstener, pregúntate si hemos armado la que hemos armado para acabar yendo a elecciones. Quizá la inteligencia colectiva de este partido haya disminuido mucho en los últimos tiempos pero quiero creer que no nos hemos vuelto todos gilipollas. Si después de la bronca vamos a las urnas, aunque sea con un candidato nuevo y circunstancial, tipo Gabilondo, sería un harakiri. Figúrate además que Pedro se presentara a las primarias… y las ganase. No; necesitamos tiempo para cicatrizar el conflicto y reorganizar el liderazgo, y eso sólo lo podemos conseguir con un Gobierno débil y corto de Rajoy. Hay que abstenerse en defensa propia».

«Así las cosas, se está abriendo paso la idea de las once ausencias en la segunda votación de investidura. Susana está en contra, prefiere asumir una abstención completa bien explicada, pero admite que es difícil. Y Javier, cuyo criterio es decisivo, puede acabar inclinándose por la fórmula que menos daño interno haga. Esta idea tiene la ventaja de que el partido en conjunto mantendría el no, lo que daría una salida honorable a Pedro, a los suyos y a los catalanes. Y Rajoy saldría investido por un solo voto, que es un resultado más acorde con la fobia que suscita. Nadie se abstendría, sólo habría once fuera del quórum, físicamente ausentes».

El País, desde su editorial, respalda que el PSOE no vaya a elecciones, coincidiendo justo con el sondeo de Metroscopia que publica este 16 de octubre de 2016, y donde sale que ir a las urnas sería un suicidio:

Toca a esa gestora y a los demás líderes del PSOE, además de explicar a sus militantes la inevitabilidad de una abstención en la investidura si se quiere evitar unas elecciones que debiliten aún más al partido, el comenzar a pensar de qué manera podrá el PSOE, una vez en la oposición, convertir su fuerza parlamentaria en un instrumento eficaz para cambiar el sentido de las principales políticas impuestas por el PP en estos años pasados. Frente al abatimiento que domina el ánimo socialista, hay que recordar que un futuro Gobierno de Mariano Rajoy, al estar en minoría parlamentaria, nada tendrá que ver con el visto hasta la fecha, y que en un Parlamento como el surgido del 26-J, no solo existirán múltiples posibilidades para articular una oposición exitosa sino que todas ellas pasarán necesariamente por el concurso parlamentario del PSOE, que será decisivo.

El editorial de ABC habla sobre los resultados de las primarias socialistas en Cataluña y asegura que Iceta sólo es un mal menor, pero que el verdadero drama está en que el PSC sigue sin encontrar un candidato solvente:

El resultado de las primarias en el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) fue ayer tan ajustado como el de la recogida de avales para los dos candidatos, Miquel Iceta y Núria Parlon. Finalmente, Iceta obtuvo el 54 por ciento de los votos frente al 46 de su adversaria, gracias a la oferta combinada de un cierto continuismo en el papel del partido en Cataluña y a una cerrada defensa del «no» a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Podría decirse que, en comparación con Parlon, Iceta es un mal menor, pero este es el drama del PSC desde hace varios años, que no encuentra un candidato que resitúe al partido en el catalanismo de izquierda no nacionalista del que fue removido por la estrategia de Zapatero de pactar con los nacionalismos para marginar al Partido Popular.

La Razón va en la misma línea y precisa que nada se ha resuelto en el PSC con la reelección del ‘bailón’ Iceta:

Los socialistas no volverán a ser una alternativa de Gobierno creíble si no recuperan el voto perdido en Cataluña -han pasado de los 25 escaños al Congreso conseguidos en 2008 a los 7 obtenidos en 2016- y, también, en Madrid. Llegados a este punto, era evidente que las elecciones a primer secretario del PSC, tal y como estaban planteadas, no iban a contribuir a la solución del problema. Si la hipótesis de una victoria de la candidata Núria Parlon significaba una vuelta de tuerca en el enfrentamiento con la actual dirección del PSOE -a la que ni siquiera reconocía la alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet como interlocutor válido-, el triunfo, apretado, de Miquel Iceta tampoco abre vías claras de diálogo con la actual gestora de Javier Fernández, una vez que el reelegido líder del PSC mantiene su postura de rechazo a mantener la disciplina de voto en el grupo parlamentario y apuesta por una vía consultiva en la cuestión separatista, aunque se declare partidario de mantener el actual modelo de relación con el PSOE

Para Francisco Pascual, en El Mundo, resulta casi inadmisible que el presidente de Asturias y líder de la gestora del PSOE, Javier Fernández, le pase la mano por el lomo al «corrupto» de Mariano Rajoy:

El asturiano ha intentado salir del trance con una frase memorable: «No se puede levantar una barricada ética sobre el PP por respeto a sus millones de votantes». Suena sensato, pero reducir la democracia a la aritmética ofrece algunas dificultades. Una porque, matemáticamente, se trata de un cuerpo electoral de 7,9 millones sobre un total de 36; dos porque, políticamente, los principios a veces importan más que el tamaño, y tres, porque le da a Rajoy la escapatoria soñada. No es el PP el que permanece acorralado por la corrupción, sino su presidente, que es quien compartía labores con Luis Bárcenas y campañas con Francisco Correa. Y lo hace acaudillando una organización que lleva cinco años sin celebrar un congreso que juzgue su gestión.

El editorial de El Mundo se centra en el famoso ‘caso Faisán’, ya saben aquel esperpento en el que alguien relacionado con la cúpula de Interior avisó a unos etarras a huir para evitar ser detenidos:

Nada se ha avanzado oficialmente para esclarecer la X del caso Faisán, por más que la ciudadanía albergue pocas dudas de qué sucedió realmente en aquel bar de Irún, puesto que gracias al periodismo de investigación se conocieron los entresijos de este episodio propio de las peores cloacas del Estado. Lo menos que cabe exigir ahora es que se cumpla la sentencia contra Ballesteros y Pamies. Albergamos la esperanza de que algún día tengan la decencia y la dignidad de contar toda la verdad. La ayuda que se prestó nada menos que desde Interior a ETA fue una ignominia, independientemente de las razones esgrimidas. Y sólo podemos lamentar que no se esté haciendo justicia.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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