ESCÁNDALO EN ANDALUCÍA

María Jesús Montero mantiene en la Ejecutiva del PSOE-A a dos cargos denunciados por acoso sexual

La líder del PSOE andaluz conserva en sus puestos a Demetrio Pérez y Javier Perales, a pesar de las denuncias judiciales por acoso laboral y abuso sexual. El 'MeToo' socialista sacude al partido con una cascada de dimisiones

La vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, junto a Demetrio Pérez
La vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, junto a Demetrio Pérez. PD

María Jesús Montero, más conocida como ‘Chiqui‘ en los corredores del poder, se enfrenta a una nueva tormenta en el PSOE andaluz.

Dos figuras destacadas de su Ejecutiva regional permanecen en sus cargos, a pesar de las serias acusaciones que pesan sobre ellos: Demetrio Pérez, coordinador de Presidencia en la Diputación de Sevilla y secretario de Acción Electoral, ha sido denunciado por acoso laboral y coacciones; mientras que Javier Perales, diputado de Agricultura en Jaén, exalcalde de Linares y responsable de Reindustrialización, está bajo investigación por abuso sexual leve debido a comentarios inapropiados durante una reunión municipal.

Esta decisión contrasta notablemente con la reciente oleada de dimisiones que ha sacudido al partido, donde Pedro Sánchez prometió una respuesta contundente -tarde, como siempre- contra cualquier forma de acoso tras verse salpicado por su inacción ante lo que sucedía.

El caso de Demetrio Pérez se hizo público cuando una trabajadora del grupo socialista en la Diputación lo denunció por acoso laboral, coacciones y revelación de secretos.

En la querella también se menciona a Rafael Recio, secretario de Organización del PSOE sevillano, quien supuestamente le dijo a la víctima: «¿Encima que estás enchufada ahora vienes con esto?». A pesar de estar al tanto, Montero no ha tomado medidas, lo que ha generado murmullos internos sobre un posible uso selectivo de los protocolos establecidos.

Por su parte, Javier Perales es investigado desde febrero de 2025 tras hacer comentarios como «me das vidilla» o «me pones» dirigidos a una empresaria durante una reunión privada. El PSOE intenta distanciarse alegando que la Fiscalía solicita el archivo del caso; sin embargo, fuentes jurídicas desmienten esta afirmación: el asunto sigue abierto y la denunciante pide que se consideren agravantes por abuso de autoridad.

La cascada de dimisiones que precedió al silencio andaluz

Hace apenas dos semanas, el PSOE experimentó un terremoto interno con seis dimisiones consecutivas debido a denuncias internas por acoso. Silvia Fraga, secretaria de Igualdad del PSdeG, renunció tras desavenencias sobre la gestión de un caso en Lugo; Francisco Luis Fernández, alcalde de Belalcázar (Córdoba), dejó su puesto tras enviar mensajes obscenos a una empleada; Toni González, alcalde de Almussafes (Valencia) y número dos provincial, suspendió su militancia después de una investigación interna; Antonio Navarro, líder del PSOE en Torremolinos, cuya denuncia llegó hasta la Fiscalía; José Tomé, presidente de la Diputación de Lugo, dimitió pero mantuvo su cargo como alcalde en Monforte de Lemos; y finalmente, Javier Izquierdo, senador y miembro del Comité Federal, quien renunció sin hacer referencia a las acusaciones.

Pedro Sánchez, durante su balance anual, no escatimó en promesas: «El PSOE ha sido el primero en establecer un protocolo para dar cobertura y proteger eficazmente los casos presuntamente relacionados con acoso laboral o sexual», afirmó sin distinguir entre las diferentes formas de maltrato. Incluso Montero exigió una moción de censura contra José Ignacio Landaluce, alcalde popular de Algeciras, por denuncias similares. Sin embargo, en Andalucía, esa firmeza parece diluirse. Fuentes internas hablan ya del ‘MeToo socialista‘ que se expande con Perales como un ejemplo notable: el exedil niega las acusaciones iniciales y argumenta que la denuncia es una represalia por injurias; no obstante, el juzgado mantiene abiertas las diligencias correspondientes.

Este contraste provoca tensiones. Socios como Sumar, liderados por Yolanda Díaz, califican la situación como «insoportable» y exigen un «cambio profundo» dentro del Gobierno, criticando la falta de acción ante casos de corrupción y abusos. A nivel interno, feministas dentro del PSOE han denunciado exclusiones y fallos en los protocolos existentes. Montero ha reconocido la necesidad urgente de «mayor celeridad y mejor acompañamiento». En Sevilla surge otro caso problemático: Francisco Toajas, condenado por acoso laboral con una multa de 6.000 euros y obligado a pagar 20.000 para evitar otra denuncia adicional, ha consolidado su posición en la Diputación manejando Recursos Humanos. Un militante le comunicó esta situación directamente a Montero en julio de 2025 sin recibir respuesta alguna.

¿Doble rasero o estrategia electoral?

La permanencia de Pérez y Perales en la Ejecutiva bajo el liderazgo Montero choca frontalmente con las purgas que se han llevado a cabo a nivel nacional. Mientras Sánchez presume orgullosamente del protocolo pionero implementado por su partido, Andalucía parece un refugio para quienes enfrentan acusaciones graves. La denunciante contra Pérez señala a Amparo Rubiales, ex presidenta honoraria del PSOE sevillano, acusándola incluso de cuestionar su versión; menciona también conexiones políticas mediante Juan Espadas. Por otro lado, Perales enfrenta una ampliación sobre su denuncia debido a una campaña difamatoria: perfiles falsos en redes sociales junto con filtraciones e intentos coordinados para acosar a la víctima por parte incluso de otros miembros dentro del entorno cercano a Montero.

En este clima tenso, el PP andaluz cuestiona desde cuándo se oculta el caso referente a Málaga e insta a Montero a asumir responsabilidades. La actual vicepresidenta primera navega entre su discurso feminista y las realidades internas del partido. El fenómeno del ‘MeToo’ no hace distinciones entre siglas políticas; sin embargo, dentro del PSOE ha puesto en jaque toda la legislatura: presupuestos bloqueados, socios cansados e incertidumbre ante unas posibles elecciones anticipadas.

Para ilustrar lo sucedido recientemente dentro del PSOE:

CargoLugarAcusaciónConsecuencia
Silvia FragaGaliciaGestión inadecuada ante acosoDimisión
Francisco Luis FernándezBelalcázar (Córdoba)Mensajes obscenosDimisión y baja militante
Toni GonzálezAlmussafes (Valencia)Acoso sexual/laboralSuspensión militancia; continúa como alcalde
Antonio NavarroTorremolinosAcoso sexualDimisión; Fiscalía investiga
José ToméLugoAcoso sexualDimisión diputacional; sigue como alcalde
Javier IzquierdoFederalAcoso sexualRenuncia como senador y miembro Ejecutivo
Demetrio PérezSevillaAcoso laboral/coaccionesPermanece en Ejecutiva PSOE-A
Javier PeralesJaén/LinaresAbuso sexual levePermanece en Ejecutiva PSOE-A

Esta tabla pone al descubierto una realidad preocupante: la implicación de muchos altos cuadros tapando los escándalos y las dimisiones fake para intentar deslindar al partido de los casos.

No es solo Demetrio Pérez quien tiene sombras sobre su gestión: su denuncia incluye revelación indebida de secretos laborales mientras Recio cuestionaba el estatus «enchufado» de la víctima.

En cuanto a Perales —quien fue alcalde hasta 2024— impugnó inicialmente los cargos sobre abusos leves; no obstante, María Teresa Márquez denuncia haber sido objeto también ella misma de una «campaña organizada» con insultos vertidos mediante redes sociales junto con falsas acusaciones racistas.

En Lugo se registra otro episodio inquietante: la madre de otra víctima advirtió sobre el caso al dirigente socialista local José Besteiro, quien alegó impotencia ante tal situación. Durante su comparecencia pública reciente, Sánchez equiparó los conceptos acoso laboral y sexual; sin embargo Toajas —condenado firmemente— logró silenciar otra querella mediante un pago considerablemente alto. Montero —quien ha promovido leyes contra violencia machista— observa cómo su Ejecutiva aguanta mientras otros sectores dentro del PSOE llevan adelante purgas necesarias para restaurar credibilidad. Un dato final digno mencionar: aunque Perales negó inicialmente cualquier tipo demanda contra él mismo este martes finalmente admitió haberla recibido lo cual aviva sospechas acerca potencial encubrimiento.

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